CAPITULO 30

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Mi hermana claro que supo entender a Verónica, incluso la llamó madre un par de veces sin ningún problema. Para ella es fácil decirlo porque es más abierta mentalmente pero no yo, para mi es más difícil y es que me siento culpable.

No sabia la otra parte de la historia; no tenía ni idea de lo que había pasado me dejé llevar por mis emociones, jamás me imaginé de que nuestro padre tuviera ese tipo de ambiciones.

Jamás pensé que fuera capaz de hacer ese tipo de cosas para vengarse. Al final, es el responsable de todo lo que vivimos.

—Me alegra verte mejor. —Bastián me toma de la mano pero me siento extraña al ver nuestras manos entrelazada; después de todo, no somos nada —¿Sigues molesta?

—No. —murmuro soltándome de su mano. —Solo que entiendo perfectamente que... no somos nada.

—Sandy!...

Mi hermana me llama para que me despida de veronica, le doy una sonrisa de despida, abrazo a las chicas y ellas me dicen que nos veremos en la escuela y yo respondí que si. La miro avergonzada, me sentía una tonta y mi hermana mueve sus ojos para que me despida de ella o que diga algo.

—No necesitas...

—Lamento haberla juzgado mal, me dejé llevar por la forma brusca de la noticia y yo... lo siento mucho. —Ella iba a hablar —Prometo venir a visitarla, madre.

—No tienes que decirme así —se acerca a mí y me sonrió cálidamente por un segundo —Solo dime Verónica.

—Lo digo porque quiero, nadie me obliga. —la miro a los ojos —Mi hermana tiene razón, es una mujer buena con aspecto de villana. —su expresión de asombro me hizo ver que no era las palabras correctas —Lo que quiero decir es que... es una mujer increíble; me salvó en dos ocasiones y lo agradezco mucho. —muevo mis ojos inquieta —Por cierto... su batalla, si fue épica. Me siento feliz de ser parte de su familia.

Pude ver una sonrisa otra vez por un instante.

—Espero que nos visite, madre. Será bienvenida en nuestra casa, no es grande como este castillo, pero es acogedor y cálido.

entre abre su boca y suspira pero no me mira a mí si no auto que me espera.

—Ya no hagas esperar a tu hermana.

Le sonrío tímidamente mientras me despido, mi hermana me felicita por ser una buena chica, pero no tiene que hacerlo porque dentro de mi; sabía que era lo correcto. Un auto de la familia Arwockle nos llevaría a casa. La miro desde la ventana y veo que conversa con los chicos que parecían tristes.

Mi hermana no me presionó en ir a clases asi que me tomé el día libre y durante mi tiempo libre; lo medité mucho y vaya que si lo hice.

Yo llevo sangre vampiro en mi asi que eso me hace diferente. No soy una humana común.

—Ahora que lo pienso...

Aquella vez con esa bruja...

"Ahora entiendo porque de la nada tenia tanta fuerza"

Aquella vez que golpeé a la bruja, también las veces que sobreviví a semejantes palizas que me dieron las veces que me atacaron. Todo encaja; ningún humano ordinario seria capaz de soportar lo que yo viví.

Lo medité desde mi alcoba y creo no es una mala idea.

Aun lo recuerdo, aquella batalla, sus movimientos y sus golpes mortales pero sobre todo la elegancia que poseía, la forma de usar aquellas armas, ver aquello fue fantástico y hermoso al mismo tiempo, aquello fue un espectáculo tan hermoso que no puedo sacarlo de mi cabeza.

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