CAPITULO 66

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Todos fueron puestos a salvo después del atentado contra mi, en especial los humanos que han aliados de nuestra familia por muchos siglos. Los centinelas y los caballeros se movilizaron en la búsqueda del infiltrado.

—Hay que ponerte a salvo. —mi madre me toma de la mano para llevarme arriba pero me niego —Sandy. Obedece. No puedes arriesgarte a que te pase algo ahora que estas cerca de conseguir el trono...

—Ya basta madre. —me libero de su agarre. —Ya no soy una humana ahora soy...

—Y con mas razón debes estar protegida. —Bastian hace una mueca de molestia. Al ver su mano me espanto y la tomo porque se ve como negra. —Estaré bien. —dice con una sonrisa. —Sandy.

—Esto no indica que vas a estar bien. Mira tu mano...

—Confía en mi. Por favor. No me va pasar nada.

—Niño, ¿enserio estuviste inmunizando tu cuerpo para el veneno? —pregunta mi madre sorprendida y el no responde. —Eres mas astuto de lo que creí, niño.

—Si voy a gobernar, es seguro que habrán muchos que creerán que soy un blanco fácil y querrán atacarme por ello así que lo primero que usaran es veneno de lobo o vampiro para eliminarme.

—Es una suerte que fueras mas rápido que la flecha. —masculla mi madre —De lo contrario la historia para Sandy sería otra.

Me miran a mi.

—No, ni siquiera lo piensen. No me van a encerrar.

Bastian frunce el ceño y en un parpadeo me cargó sobre sus hombros como un costal y segundos después ya me encontraba en mi habitación. Molesta le advierto que no lo haga y al ver que iba usar mis habilidades se me adelanta y sale colocando después el seguro en la puerta.

Furiosa le grito que me abra o tumbaría la puerta.

—No puedo. —exclama desde el otro lado —No hasta que atrape al enemigo.

—¡¡Bastian Collins!!...

No escucho una respuesta de su parte por mas que grite a todo pulmón.

Me pongo de rodillas para ver por debajo de la puerta si aun sigue del otro lado pero ya no se encontraba. Escucho pasos afuera y a mi madre decir "Hazlo, ahora"

Preocupada de lo iba a hacer quise tumbar la puerta pero al primer intento algo me electrocutó. Miro mis manos dejándome estupefacta de que estén quemadas.

—¡¡Madre que significa esto!!

—Te conozco y sé que querrás salir de ahí cuando empieces a desesperarte. Por eso las ventanas y puerta están hechizadas y solo yo conozco las palabras para liberarte.

—¡¡Madre no me hagas esto!!...

Todos me ignoran dejándome encerrada en la habitación, llamo a mi hermana pero no parece estar aquí también. Intento tranquilizarme y respiro profundo antes de que mi paciencia se acabe.

Escucho una respiración como si estuviera en mi nuca, desesperada me levanto y me quito el vestido para ponerme algo mas cómodo. Nuevamente escucho ese susurro. Cierro mis ojos para tranquilizarme hasta que escucho a otra vez esa voz. Esa voz fastidiosa.

Lo reconozco. Si, es él, es de ese rubio.

—¿Cómo pudiste fallar? Debiste darle en la frente para tener su corazón.

—Debo salir de aquí. y tu también. Escucha, nadie debe saber que somos aliados.

Al tocar la ventana mis manos se queman. Exploto furiosa y comienzo a golpear esa energía que me quema, grito furiosa para salir y más al escuchar al otro decirle que nadie de saberlo y que debe de desaparecer por completo.

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