CAPITULO 6

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SANDY

La entrega, el deseo es mejor de lo que pude imaginar, jamás en mi vida me había sentido tan viva como en este momento. No quiero parar, quiero continuar y si es él no me importa nada.

Mi piel solo quiere que siga y me marque con sus manos, quiero ser solo suya.

—Sandy!…

Escuchar mi nombre salir de su boca me hacía estremecer, pero Bastián se alejó de de golpe, cierra sus ojos y me dice que no puede, lo observo confundida y noto que no se ve tan afectado como yo, quiero decirle algo, pero salió de mi habitación antes de que pudiera hacerlo, me cubro con las sabanas de mi cama y mi hermana aparece por la puerta.

“¿Por eso se fue?”

—Oye… —mi hermana inclina su cabeza hacia atrás como si pudiera verlo —¿Qué le hiciste que iba furioso?.

“¿Furioso?”

—Nada. —me defiendo. —Tal vez… sea porque me vio.

Me miro a mi misma en el espejo pensando en esa posibilidad y mi hermana me pregunta si él quiso sobrepasarse conmigo.

“Ya quisiera que hubiera pasado”

Tomo la bata y bajo las escaleras, la puerta esta abierta. Al salir no lo encuentro, ya se había ido. Entró nuevamente a la casa y cierro la puerta detrás de mi, subo a mi habitación, pero me detuve a mitad de las escaleras al ver unas marcas en el barandal de las escaleras, al tocarlo me llevo un susto de muerte porque la madera se rompió.

—¡Pero que demonios! —dijo Keith molesta —Y encima me cobraron una fortuna, por la disque reparación, ja, pero ahora me van a escuchar.

Mi hermana se encerró en su habitación para discutir con los trabajadores que reemplazaron las cosas destruidas. Volví a mi habitación y mi cuerpo se prende al recordar lo que pasó.

Los recuerdos me queman por dentro y fuera al revivirlos. Siento los latidos de mi corazón tan fuertes que podía jurar que lo tenía en mi garganta.

Me cargó en sus brazos sin dejar de besarme, cierro mis ojos y lo revivo en mi mente con una enorme sonrisa sin creer que él me haya besado y me haya tomado de esa forma.

Cuando estaba por quedarme dormida recibo un mensaje de Aine, pero al abrirlo veo que el remitente es otro, lo escribió él. Los nervios me paralizan y la emoción se mezcla con el pánico al leerlo haciendo que mis orejas se me calienten.

“Te veo después de clases, esperemos que los demás se vayan antes de vernos”

El mensaje fue extraño.

“¿Acaso me va a decir que le gusto?”

Mi mente vuela sin poder dejar que me durmiera. Al final terminé desvelándome al pensar en lo que querá decirme.

Llegué a la escuela en el autobús y lo vi justo a tiempo, su auto vislumbra y ciega a todos, pero él lo hace más porque todas las miradas de las chicas caen sobre él cuando se acomoda su chaqueta de cuero de corte ajustado y ligeramente tiene una apariencia algo desgastada por lo sucedido anteriormente, le quedaba tan perfecta porque hacía juego con el color de su cabello que le hacen tener ese aire peligroso más de lo que habitualmente ya posee.

Ya estuvo en mis manos antes y se muy bien lo suave que es pese a que es gruesa. Su andanza es elegante, mis ojos no pueden apartarse de él, no puedo hacerlo porque es hipnotizante verlo hasta sentí que sus ojos posarse sobre mí por breves segundos haciendo que el aliento se me escape al inhalar profundo y solo puedo respirar nuevamente cuando lo pierdo de vista.

LinajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora