CAPITULO 49

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Tengo un sabor amargo en la boca, Maite no fue la mejor pero no merecería morir, nadie lo merece y más cuando te arrepientes de los daños que hicistes. No presto atención a los cazadores que informan lo que pasó; nos miran a nosotros y les dicen que si ya el asesino estaba muerto no había razón para reternos; ellos no parecían convencidos y les dicen que lo mejor es matarnos par no dejar ningún tipo de evidencia, pero les ordenan que nos liberen sin objeción alguna.

—Dime por favor que no lo vamos a hacer —dijo la chica con fastidio por la orden que les dieron. —Hay que matarlos para que no vuelva a suceder.

—Órdenes son órdenes.

—Bueno... —habla otro de ellos —Dijeron que no podemos matarlos pero no mencionaron que no pudiéramos divertirnos con ellos.

Sus compañeros sonríen de acuerdo con él, pero el líder les dice que no.

—Vamos; será una hora, son inmortales, no podrán hacer nada.

Él nos mira a todos por un momento, nos da la espalda y sale dejándonos con ellos quienes sonríen emocionados diciéndonos que había comenzado la diversión. Miran a mis amigas haciendo que Bastian gruña advirtiéndole que ni se le ocurra pensarlo, pero otro le atraviesa una lanza y goza al ver su expresión de sorpresa al no esperar su ataque.

—¡Bastian! —mi corazón es lento en cada latido al ver que escupe sangre —¡No, deténganse!

—No te perocupes reina; te dejaremos a ti como el platillo principal.

Ellos toman las dagas y las lanzan contra mis amigas como si fuera el blanco de los dardos.

—¡No! ¡Basta malditos bastardos! —gritó mi hermana furiosa

Mi cuerpo se congela al ver que uno de ellos le atravesó el estómago con un cuchillo a mi hermana. La sangre me herve mientras grito desesperada que se detengan. Mi hermana se desengra y él también.

—Cállate estúpida

—Keith!... susurró al verla —Hermana...

Bastian se puso de pie e intentó golpearlo pero las esposas que los reprimen por completo lo hizo débil como si fuera un humano haciendo que un golpe de su verdugo lo derribara con facilidad.

—No eres tan rudo sin tu fuerza sobrenatural. —otro le atraviesa una espada en la espalda —Todos son débiles sin ese poder. Son como unas ratas que se mezclan entre los nuestros creyendo que tienen el poder de hacer lo que quieran solo porque alargan un poco más sus vidas.

—¡Hermano! —las chicas lloran al verlo escupir sangre —¡Malditos, los voy a matar lo juro!

—Ah, mira nada más, las gatitas blancas quieren más atención. —el que posee una cicatriz en la cara tenía una mirada perversa sobre ellas.

—¡Aléjate de mis amigas enfermo!...

De pronto algo me atravesó el estómago hasta atravesar mi cuerpo. Observo hacia abajo y veo una espada negra, siento el sabor metálico de mi sangre por mi boca, mi cuerpo se enfría como si estuviera muriéndome. Veo a mis amigas, hermana y al chico que amo desconcertados, así como los cazadores.

Un sudor frío me recorre mientras pierdo la vista al volverse borrosa.

KEITH

Mi alma se desvanece y mi corazón se detiene cuando mi hermana cierra sus ojos.

—¡¡Sandy!! —mis lágrimas ruedan con dolor —¡¡Sandy!!

—¡Qué mierdas hiciste! —dijo uno de ellos asustado —¿Y ahora que hacemos con el cuerpo?

LinajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora