CAPITULO 7

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—Pecas, escúchame —toma mis mejillas para que lo vea a los ojos —Corre y no te detengas hasta llegar a tu casa. Estarás a salvo, lo prometo.

Mi instinto lo hace y comencé a correr y no por el tipo que lucha contra Bastian si no por desconocer al chico del que me enamoré. Corrí hasta quedarme sin aliento como si mi vida dependiera de ella, aunque en verdad si depende de lo rápida que sea para llegar a casa y así llamar a la policía; cuando vi mi casa a lo lejos me detuve. Respiro hondo para tomar aire y cuando estaba por dar el siguiente paso, todo se vio en cámara lenta para mí, nuevamente escuché la risa macabra pero frente a mí.

Su mirada era peligrosa y llena de maldad, me tomó del cuello y me suspendió, pataleo al sentir que me asfixia, mis pies no tocan el suelo, no puedo moverme para quitar su mano de mi cuello hasta que me arroja a la oscuridad del bosque pude respirar volviendo a la vida, pero un grito desgarrador sale de mi boca cuando siento la patada que me dio en la espalda antes de caer.

Ruedo entre las hojas del suelo hasta que mi cuerpo se detiene dejándome paralizada por el golpe que sigue latente en mi haciéndome temblar como una gelatina.

Levanto mi cabeza cuando veo sus pies, su mirada era siniestra como si no tuviera alma, solo sonreía macabramente. El miedo, el pánico se mezclan mientras mi cuerpo tiembla al desconocer el peligro en el que estoy.

—No la mates, la necesitamos con vida, muerta no servirá y lo sabes perfectamente.

“¿Servir?”

Vuelve a patearme y esta vez con mas fuerza a tal grado que me hizo escupir sangre. No se detiene y me patea como si fuera un saco de boxeo y cada patada es más potente al igual que la sangre que sale de mi boca.

“Me está torturando”.

—¡Sandy!

Algo logró quitarme a mi verdugo de encima haciéndome respirar mejor y dejar de sentir el dolor, nuevamente estoy tosiendo cuando tomo bocanadas de aire, pero casi me ahogo cuando la sangre brota de mi boca. Mis ojos divisan a Bastian, me toma con cuidado y limpia mis labios preocupado.

—¿Estas… preocupado?

—No hables, te llevare con tu hermana.

Cuando me carga en sus brazos me oculta en su pecho y de alguna forma siento que salimos volando hasta atravesar algo, al ver a mi alrededor miro la sala de mi casa, mi hermana bajó corriendo y grito de horror cuando nos vio.

—¡No se acerque!.

Bastian fue rápido y logró esquivar a nuestro atacante cuando venía por nosotros, en segundos nos encontrábamos con mi hermana, ella llora al verme en mal estado. Intenta controlar mi sangrado, pero no puede, es como si ese sujeto me hubiese reventado los órganos de mi cuerpo a punta de patadas.

—Sandy… —llora sin consuelo —Por Dios…que te hicieron esos desalmados.

Me rio atolondradamente, pero me quejo de dolor porque duele hacerlo. Bastian le dice a mi hermana que nos alejemos, pero no hubo tiempo de hacerlo porque venia por mi nuevamente, pero Bastian sacó una fuerza sobrenatural y lo mandó volando lejos de nosotras por el puñetazo que le dio.

—Me quieren a mí, —habla con frialdad —Váyanse.

Mi hermana no duda en hacerlo, pero la detuve y le dije que sería inútil.

—No te quieren a ti… me quieren a mí. —susurro con dificultad —Si… nos vamos, moriremos.

Bastian no tuvo tiempo de procesar lo que dije porque el tipo venia nuevamente como si no le hiciera nada los golpes de Bastian. Luchan de igual potencia, pero me percaté de algo, los ojos de Bastián cambiaron, eran color carmesí brillante, algo cambiaba en su mirada, era siniestra, realmente siniestra como si no tuviera alma como su enemigo. Sus ojos carecen de emociones, están vacíos, como si estuviéramos frente a un demonio o un ser maligno, el aura que tiene, todo él irradia oscuridad porque esta vez, él tomo el control. Una sonrisa macabra cambió mi forma de verlo, daba miedo, de alguna forma podría describirlo como si algo lo poseyera haciendo que le diera más fuerza a tal grado de poder arrancarle la cabeza a su enemigo y que luego rodó hasta nosotros.

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