Capítulo 33

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Andrea: Que yo sepa no eres un bebe para que te estén bañando.

Samuel: No soy un bebe, pero me gusta ayudar a la madre tierra. Acuérdate que hay que preservar los recursos naturales y hay que economizar el agua para que no se gaste. Con una sonrisa triunfante.

Andrea: Con una sonrisa picara. Por esta vez tu ganas. Me levanto de la cama y le extiendo la mano a Samuel y me da la suya y se levanta de la cama. Me abrazo por la espalda, sus manos rodearon mi abdomen y sentía como me acariciaba, me da besos en el cuello y así nos fuimos hasta el baño. Abro la puerta de la ducha y enciendo la ducha esta un poquito fría. Samuel sin pensarlo me mete debajo del agua y escucho como se ríe. Me volteo para quedar frente a él y pongo mis manos en su torso. Siento como me jala hacia él y me empieza a besar y morder los hombros, mientras que yo no pude evitar acariciar sus nalgas y apretarlas de vez en cuando, con mis labios acariciaba su cara y recorría toda su piel hasta llegar a sus labios y lo beso con muchas ganas y pasión al mismo tiempo. Me despego despacio y tomo la esponja y el líquido de jabón, comienzo a bañarme y el me quita la esponja y me empieza a bañar y yo hago lo mismo con él. Cuando terminamos de bañarnos siento como el me alza, hace que rodee mis piernas en su cintura y me pega contra la pared. En esa posición entro en mi, empieza un movimiento suave que me enloquece, lo único que puedo hacer es acariciarle la espalda y el cuello, mi frente esta tocando la suya, están complaciente que no puedo evitar gemir. En esa posición terminamos haciendo el amor. Cuando termina nos metimos el me seco y yo lo seque a él. Salimos al cuarto, nos acostamos abrazados, nos tapamos y dormimos toda la noche.

Narrador: Cayetana y Néstor tuvieron una noche mágica, el cuarto lleno de velas y pétalos de rosa. Arturo y Sofía pues no corrieron con la misma suerte ya que cuando estaban en el trámite se despertaba Arturito, esa misma noche decidieron que iban a hablar con Cayetana para prepararle el cuarto de al lado. Irina y Flavio hicieron el amor con mucho cuidado, Flavio no quería lastimarla y muchas veces se abstenía a estar con ella por no hacerle daño al bebe. Mientras que en la oscuridad de la noche alguien vagaba por las calles, buscando un escondite. Al amanecer Cayetana despierta y le pide el desayuno a Nieves que lo suban a su habitación cuando estuviera listo.

Habitación, de Andrea:

Samuel: Ya había amanecido, parecía un sueño, me sentía el hombre mas afortunado, despertar con mi brujita no tenía precio. Verla dormir entre mis brazo, plácidamente, sin maquillaje, despeinada se veía hermosa. Quisiera detener el tiempo y quedarme así mirándola lo tierna y dulce que se ve, lastima que tenía que despertarla, con mis labias acaricie los de ella y le susurré en el oído. Mi amor, despierta son las 7 de la mañana.

Andrea: Déjame dormir un ratito mas. Con mis ojos cerrado, para mi trompeta para que me de un beso y siento como me lo da. Lo abrazo fuerte no quiero que se acabe este momento mágico.

Samuel: La tengo abrazada acaricio su espalda baja y dandole besitos en la cabeza. Que mas quisiera que te quedaras conmigo hasta medio día, pero si tu madre te ve aquí y nos ve así como estamos en cueros.

Andrea: No quiero ni pensarlo, mejor me voy para la habitación de huéspedes. Me siento en la cama y miro donde esta mi ropa, con las sabanas me cubro para párame, pero Samuel me la quita. ¿Por qué me quitas la sabana?

Samuel: Porque quiero verte, como Dios te trajo al mundo. Veo que me pone una cara, que se cree este. Eres mi mujer Andrea, además ya te visto.

Andrea: Amor, no es el momento para que te pongas con estas cosas. Veo como se me acerca y me empieza a besar con deseo al cual le correspondo y sin pensarlo me subo encima de él, siento como el me acomoda que quedo rodeando su cintura, me agarra por mis caderas y me ayuda con un movimiento suave y siento como su cuerpo reacciona junto con el mío. Así hicimos el amor de nuevo, separarme de él era como dejar de respirar. Cuando términos casi eran las 7:30 de la mañana, me vestí, verifique que no hubiera nadie en el pasillo y me fui a la habitación de huéspedes. Me di un buen baño me puse unos leggins, camisa de botones y unas botas hasta la rodilla. Me dispuse a bajar las escaleras hasta llegar a la sala.

Un Amor para la Historia #PSF2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora