Capítulo 5

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Andrea: No entiendo porque tanto estudio, si me siento bien. Lo único que quiero es irme a mi casa y regresar a Paris para terminar mis estudios. No entiendo porque está aquí, cuando abrí mis ojos, no dijo ni media palabra hacia mí, solo salió a buscar al médico. Entre mis pensamientos y el cansancio que sentía me quede dormida.


Sala de espera:

Doctor: Señora, todo está bien con excepción de que su hija no responde a los estímulos de las piernas.

Cayetana: explíquese mejor

Samuel: No lo estamos entendiendo.

Doctor: Que la joven va a necesitar terapias, para volver a caminar, su columna está bien, solo que necesita, fortalecer sus piernas. Es cuestión de tiempo, esfuerzo y dedicación.

Abuelo: Lo que me faltaba, me van hacer compañía, con otra silla de ruedas en la casa, pero es temporal.

Doctor: Asi es, Señor. Bueno me retiro.

Cayetana: bueno, gracias a todos por estar aquí, ya vallan a descansar que me quedo con mi hija.

Sofía: No Mama, te voy a llevar al rancho para que te bañes y te traemos de regreso.

Cayetana: No, como crees que voy a dejar a Andrea sola.

Soledad: Cayetana, yo me quedo hasta que regreses.

Samuel: Arturo, llévate mi carro para que vallas directo al rancho del junco. Cuando regreses me voy contigo y soledad.

Cayetana: Me despido de mi hija y nos vamos.

Samuel: Cayetana, soledad y yo entramos a la habitación de Andrea y estaba dormida. Cayetana le dio un beso en la frente y se retiró.

Samuel: parece un angelito, durmiendo verdad.

Soledad: si la tratan como una princesa, se comporta como tal.

Samuel: Mejor nos quedamos calladitos, antes que se despierte y se trasforme en bruja. (Ríe)

Soledad: Hay Samuel, que voy hacer contigo (Ríe), quédate aquí voy por un café quieres uno.

Samuel: No, gracias.

Samuel: Se va soledad y me siento junto a la brujita le tomo la mano y me quedo mirándola. Una enfermera entra y me aparto para que la revise.

Andrea: (con los ojos cerrado y pensando) y este que le pasa, porque está aquí, el piensa que estoy dormida, pero no tenía ganas de abrirlos cuando entro mi madre, soledad y este imbécil.

Samuel: Enfermera todo bien, con la paciente.

Enfermera: (asentó) si, es rutina.

Samuel: Me siento de nuevo junto a ella, mirándola lo linda que se ve así dormida, pienso, si le doy un beso y si se levanta que le digo. Sin pensarlo me acerco a ella, puedo sentir su respiración, la tengo tan cerca que nuestras nariz se tocan, mis labios rosan los de ella, e intento darle un beso tierno, pero de pronto siento que me tocan el cuello, y siento que me está devolviendo el beso, la sigo besando con más tranquilidad y más ganas, muevo mi mano a su cintura.

Andrea: Que acabo de hacer, Dios, muevo mi cabeza y lo despego de mí, le pregunto. ¿Por qué me besas?

Samuel: ¿Por qué me respondiente? Se suponía que estabas dormida.

Andrea: No puedo creer que me responda con otra pregunta y ahora que hago. Primero responde mi pregunta.

Samuel: Lo que me faltaba que le digo para que no se moleste o soy sincero. Bueno, pues... Tenía ganas de besarte desde que volviste de Paris. Ahora te toca a ti.

Un Amor para la Historia #PSF2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora