Capítulo 52

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Samuel: Le sonrió y me voy con ella. Entremos al área de la piscina y esta bien bonita, la única que vez que vine no vi esta parte. Esta muy bonito el lugar.

Andrea: Sí... Es hermosa esta parte, pero casi no la usamos,

Samuel: Intrigado le pregunto. ¿Porque no la usan?

Andrea: Por que siempre vamos a la playa.

Samuel: Miro a mi alrededor y veo como cinco sillas con sus cojines y le señaló. Esos son los sillones.

Andrea: Si... Lo miro intrigada y le digo. ¿Porque?, no te gustaron.

Samuel: Con un poco de inseguridad le digo. Bueno están bien, pero serán cómodos para dormir.

Andrea: Le sonrió y le digo. Son cómodos, ni vas a dormir encima del sillón.

Samuel: Le pregunto con un poco de curiosidad y confundido. ¿Dónde vamos a dormir?

Andrea: Me le acerco y pongo mis manos alrededor de su cuello y le digo. Vamos a dormir en el piso. Le sonrió y le doy un beso en la mejilla.

Samuel: La agarro por la cintura y le digo. El piso es duro, brujita.

Andrea: No puedo evitar echarme a sonreír. Mi mugrosito bello, vamos a acomodar todos los cojines en el piso, así podemos dormir mejor. Me le acerco a su oído y bajito le digo. Podemos dormir abrazaditos, ¿Te parece?

Samuel: Me quedo callado unos segundo. Ya te entendí, lo que quieres, acaso mi novia me estás proponiendo una propuesta indecorosa. La miro fijamente a los ojos esperando una respuesta.

Andrea: Quiero hacerme la interesante y le digo. ¿Que tu crees? Me doy media vuelta y me voy por el primer cojín.

Samuel: Mira esta, que se cree, respondiéndome con otra pregunta. Veo como se aleja y me voy detrás de ella, la agarro por la cintura y le digo. Para mi puede ser un sí, camuflajeado, pero para ti puede ser un no.

Andrea: Le sonrió y le digo. Me ayudas a acomodar los cojines. Me volteo mirándolo a los ojos. ¡Por favor!

Samuel: La miro a los ojos y le digo. Sus deseos son ordenes, brujita.

Andrea: Le pongo las manos en el cuello y le digo. Mmm... Que sepa así no termina la frase.

Samuel: Le sonrió, le doy un beso cerca de los labios y le digo. Es que la modifique, porque no eres princesa, eres mi brujita.

Andrea: Le alzo la ceja derecha y le digo. Como soy bruja, te ordeno que hagas la cama con los cojines, sino quieres que te convierta en lagartija. Le sonrió y le beso el cuello despacio.

Samuel: Le hago puchero y le digo. No, lagartija no, mejor en sapo, así me das muchos besos para convertirme en tu príncipe y después te puedo convertir en mi Reina.

Andrea: Le sonrió y le digo. Me parece buena idea. Me levanto mis pies de puntita y con mi nariz le acaricio la suya, le doy un beso de poquito y le digo sonriendo. Los cojines te están esperando.

Un Amor para la Historia #PSF2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora