Capítulo 78

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Samuel: Amo a mi esposa, la quiero delgada, gorda, bonita, fea, sin estrías o con estrías. Para mi ella es mi prioridad. Se me acerca e intenta besarme, pero me aparto y le digo. Lárgate.

Patricia: Sácame, porque no me pienso ir, quiero hacerte entender que yo soy la mujer de tu vida.

Samuel: Entiendo, ahora que tu esposo está preso, acudes a mí. No me interesas, ni como mujer ni como nada. Se lanza sobre mí e intento zafarme de su agarre cuando escucho como se abre la puerta y miro hacia la dirección. Veo Andrea con cara de pocos amigos y le digo. ¡Amor!

Andrea: Amor, nada. Samuel. Solo vine a traerte el celular. Le tiro el celular en el sofá que tiene en la oficina. Me giro cerrando la puerta de la oficina. Salgo directo al ascensor, se abre y presionó el botón del living. Llega al primer piso, me encamino donde deje el chofer. Me abre la puerta y se monta en él área del piloto. Veo como arranca el carro y le digo. Llévame a casa de mi madre.

Recuesto mi cabeza en el cristal, no puedo evitar que mis lagrimas salgan. Me tapo la cara con ambas manos. Recordando lo sucedido en su oficina. "Andrea cálmate esto le hace daño a mis bebes." Me limpio mis lagrimas que corren por mis mejillas. Acaricio mi vientre. Respiró profundo e intentó tranquilizarme. Suena mi móvil cuando veo la pantalla es Samuel. Rechazó la llamada inmediatamente.

Miro al chófer que no dice nada. Eso me alivia, eso significa que no se mete en los asuntos de los demás. "Porque Samuel me hiciste eso, te amo. Porque tuviste que meterte con esa, zorra. Intenté ser mejor persona para ti. No puedo crees que tu me engañaras con ella." El carro se detiene en frente de la casa de mi madre. Me abre la puerta y me ayuda a bajar.

Chófer: Desee que la espere o me llama cuando guste irse.

Andrea: No, tranquilo Francisco. Vete. Cualquiera cosa te aviso. Me encamino a tocar la puerta de la que alguna vez fue mi casa. Me abre Nieves y le digo. Mi abuelo.

Nieves: En la cocina con nosotros. ¿Le sucede algo?

Andrea: Sí, le puede decir que estoy aquí. Por favor, tráeme un té.

Nieves: Enseguida, Andrea.

Andrea: Me siento en el sofá. Pongo mis manos en mi cara, intentando poner mis pensamientos claros. Respiró profundo, inhalo y exhalo varias veces. Me acarició mi vientre intentando darle seguridad a mis bebes.

Abuelo: Mi niña, me alegro que vengas a visitarme. ¿Qué tienes princesa?

Andrea: Sin poder evitar el esfuerzo, empiezo a llorar desconsoladamente en su hombro. Me acaricia mi pelo. Intentó decirle entre lágrimas. Samuel, abuelo.

Abuelo: ¿Qué pasó con Samuel?

Andrea: Me limpio las lágrimas y le digo con un nudo en la garganta. Me engaña, abuelo. Le digo eso y esa imagen en la oficina, me perturba.

Abuelo: Princesa, estás segura de lo que dices. Mira no creo que sea capaz de engañarte. Mírame a los ojos, Andrea.

Andrea: Levanto la vista, mirándolo a los ojos. Me limpia mis mejillas con sus dedos. Nieves me pasa el té, le doy un sorbo. Le digo. Yo lo vi, en la oficina con la cantante de cuarta.

Abuelo: Samuel, te lo confirmo. Te dijo que está saliendo o no sé. Que te hace pensar que te engaña.

Andrea: Con un nudo en la garganta y sollozando, le digo. Abuelo, ella lo estaba manoseando, encima de él. Y él le aguantaba los brazos y los acariciaba. Ya no sé.

Abuelo: Lo mejor es que hables con él, piensa en los bebés que tiene en tu barriga.

Andrea: Abuelo, quisiera que esto fuera una pesadilla, pero yo lo vi. Me duele. Escucho como tocan la puerta, Nieves sale de la cocina y abre la puerta. Nos mira. Cuando veo a Samuel entrar por la puerta y le digo. No tienes nada que hacer aquí. Lárgate.

Un Amor para la Historia #PSF2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora