Capítulo 30

4.3K 160 26
                                    

Andrea: Siento como sus manos rodean y acaricia mi cuerpo. Me estoy volviendo loca de amor por este hombre. El me a enseñado tantas cosas, sobre todo a no tenerle miedo al amor, porque para mi el amor representa debilidad. Estar entre sus brazos es volar sin alas. Sam... Te amo!

Samuel: Yo mas mi brujita. Le doy un beso en su frente. Sabes ya no quiero estar separado de ti, mañana hablamos con todos en el desayuno. A noche quería darte un beso en la cena y no pude.

Andrea: Acariciando su pecho y dandole un besitos. Quiero estar siempre contigo, pero mañana en dos días es la boda de Sofía y Arturo, porque no mejor esperemos que pase la boda.

Samuel: Amor, hemos perdido mucho tiempo y quiero recuperar todo ese tiempo perdido! No soporto estar escondiéndome de nuestros hermanos ya tu mama aprobó nuestra relación.

Andrea: Ya se, pero tendremos tiempo de sobra, para estar juntos, conocernos mas, querernos y disfrutar de nuestra relación.

Samuel: Te entiendo amor, pero sabes jamás me perdonaré no darme cuenta que tu eras la mujer de mi vida. Todos los días le doy gracias a Dios de ponerte en mi camino.

Andrea: Yo nunca me perdonaré como te trate al principio. No te lo merecías, jamás te portaste a mal conmigo. Me arrepiento de tantas cosas.

Samuel: Yo te perdono por haberme tratado como un perro. No quiero que cambies nunca, me encanta tu temperamento, bueno me encanta todo de ti. Le da un beso y se acarician las narices. Promete que nunca vas dejar de ser Andrea Del Junco.

Andrea: Te lo prometo, amor, pero tu también prométeme que jamás dejarás de ser tan romántico. Quiero que prometamos algo.

Samuel: Mmm... Lo que tu quieras, brujita, de mi corazón.

Andrea: Levanta tu mano derecha. Ambos levantan la mano derecha. Prometemos que jamás nos iremos a dormir o salir de la casa peleados.

Samuel: Esa promesa me encanta... Quiero que sepas que me gustas tu tu voz tu mirada, la luz que contagias la forma en que me hablas y adicto a la magia que tiene tu alma. Me tienes loco alborotado mucho más que enamorado no se lo que me has hecho. Jamás me había pasado mi vida tu me has cambiado.

Andrea: Eres casi el hombre perfecto el que busque por tanto tiempo, el que me hace vibrar la piel y el esqueleto, él que imagine en mis sueños. No me deslumbro tu convertible, como tu porte de caballero, si bien el dinero a veces sirve yes tu amor lo unico que quiero.

Samuel: ¡Casi perfecto! Pensé que era el hombre perfecto para ti.

Andrea: Bueno casi lo eres, pero no estamos casados, para saber si eres el hombre perfecto. Sabes no todo es perfecto y tus pocos defectos me encantan. Cuando estamos así solos tu y yo no existe nadie mas.

Samuel: Para mi estos momentos a solas, ósea no me refiero a estar en la cama, sino todos esos momentos que disfrutamos juntos, para mi son mágicos.

Andrea: Pero te tengo que decir algo la magia se acaba, por que ya me tengo que ir, si se levanta mi madre y se va a forma tremendo revolú.

Samuel: Eso sí... La abrazo fuerte y casi no la dejo respirar. Te amo gracias por la maravillosa noche.

Andrea: Gracias a ti. Le doy un beso tierno pero pasional al mismo tiempo. Me levanto de la cama y veo como se levanta acercándose a mi, siento como me agarra la cintura y me jala hacia el. ¿Qué paso? Pongo mis manos en su pecho.

Samuel: Sonriendo. Solo quería decirte que te amo. Con una de mis manos acaricio su cuello y con mucha ternura le doy un beso.

Andrea: Tengo que vestirme y irme a la habitación de mi madre. Me despego de el, y comienzo a ponerme la ropa, veo como se acuesta en la cama y le da una palmadita.

Samuel: No te vayas quédate conmigo toda la noche. Le pongo unos de cordero degollado y con un puchero.

Andrea: No me pongas esos ojitos, mi mugrosito. Me gustaría pero quiero evitar problemas con mi madre. Termino de vestirme y le doy un beso rapidito y me salgo de mi propia habitación. Abro con cuidado la puerta de la recamara de mi madre y la veo durmiendo. Me acomodo en la cama sin hacer ruido y me siento tan cansada que me quedo dormida de inmediato.

Samuel: Mi brujita me dejo solo, no quería que se fuera. Mañana sin falta hablo con su madre, para decírselo a todos, no soporto tener que tenerla lejos. Mi brujita me hace sentir que soy un hombre completo, con ella me quiero casar, formar una gran familia. Me la imagino entrando al altar con su vestido de blanco y no puedo evitar sonreír e ilusionarme. Me quedo dormido pensando en mi brujita.

Narrador: Al día siguiente Arturito no para de decir mama... todo era esa palabra no se cansaba de decirla y Sofía no paraba de sonreír cada vez que la escuchaba. Irina se levanta de mal humor, producto de su estado y Flavio no sabe como hacerla reír, ya que todo le molesta. Cayetana se levanta y ve que Andrea no esta en la habitación y presiente lo peor, cuando la ve salir del baño.

Andrea: Buenos días, mami.

Cayetana: Buenos días. Le da un beso en la frente. Te ves radiante.

Andrea: ¿Tu crees? con una cara de asombro.

Cayetana: Sí... te vez tan feliz, como nunca antes.

Andrea: Ma... estuve hablando con Samuel y el quiere decir lo de nosotros ahora en el desayuno.

Cayetana: No me parece correcto que se haga en el desayuno, yo voy hablar con el.

Andrea: Esta bien mami. Me termino de arreglar frente al espejo y bajo a la sala y me encuentro a Samuel, el no sea percatado que estoy detrás de el así que lo abrazo de espalda y le doy un beso en su espalda. Buenos días, mi mugrosito.

Samuel: Escuchar su voz, me encanta, sonriéndole me volteo y le doy un abrazo y un beso rapidito. Buenos días, amor ¿Cómo amaneció la mujer de mi vida?

Andrea: Me encanta que me digas así... pues amanecí feliz. Le doy un tierno beso y le sonrió.

Samuel: ¡¡¡Te AMO!!! Dándole un fuerte abrazo. Veo como Cayetana baja las escaleras y me le despego un poco de Andrea. Buenos días, Cayetana.

Cayetana: Buenos días, Samuel, vamos al despacho que necesito hablar contigo.

Samuel: Le da un beso a Andrea y se va detrás de Cayetana. Claro que si señora. Llegamos al estudio y veo como cierra la puerta. Dígame.

Cayetana: Andrea me dijo que quieres hablar con toda la familia ahora en el desayuno de la relación que tienes con Andrea.

Samuel: Sí... la verdad es que no me gusta estar escondiéndome para estar con su hija y si tengo la aprobación de usted, no tengo por que ocultárselo a mis hermanos, ni a mis cuñadas que son sus hijas.

Cayetana: Pienso que debes de hablar con todos pero en la noche con una cena.

Samuel: Como usted desee, pero que no pase de hoy. Ya quiero que todos sepan de nuestra relación.

Irina: Me quedo en shock con lo que acabo de escuchar de la boca de Samuel. Perdón... escuche bien Samuel, dijiste nuestra relación.

Un Amor para la Historia #PSF2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora