Deseo Enfermizo[✓]

XL. Revelaciones...

Esa noche dormí en calma, no sabía si por el cansancio mental y físico que tenía acumulado, porque era libre o por el medicamento que me suministraron, pero sentí que dormí como nunca. Hacía mucho no descansaba tan bien.

En cuanto desperté me pusieron nuevos líquidos y me trajeron un desayuno rico y nutritivo, e hice un gran esfuerzo para comer lo más que mi estomago lo permitiera. Después la psicóloga que mencionó el doctor me hizo la visita y volví a desahogar todo mi dolor con ella, contándole de manera más profunda cómo me sentí en ese lugar, lo triste que había estado, lo sola que me sentía, lo destruida que estaba y de cómo no sabía cómo continuar sin la presencia de mi esposo.

Hablé de él y de cómo injustamente me lo habían arrebatado, pero también conté esa parte vergonzosa y que me hacía sentir la mujer más ruin, pero la doctora me explicó que era muy normal que el cuerpo reaccionara a los estímulos y que no tenía por qué sentirme culpable, después de todo, seguía siendo la victima por más placer que hubiese sentido mi cuerpo.

Le hablé de un miedo que no quería pensar ni mucho menos expresar en voz alta, pero que estaba latente en mi corazón cada segundo. Sentía temor de que Julen me buscara y me encontrara, me volviera a encerrar y me hiciera vivir el peor de los infiernos por segunda vez. No sabía dónde estaba, si se encontraba cerca vigilando mis pasos y planeando llevarme cuando se le presentara la oportunidad o si le habían dado de baja en la operación del Agt. Stevenson y Niklas. Nada era un imposible para Julen y se me lo había hecho saber de la peor forma, moviendo los hilos a su antojo sin importar poner mi vida en riesgo con tal de tenerme en sus manos y alejarme de mis seres queridos.

La sesión duró una hora, fue corto el tiempo, pero al menos pude liberar parte de mis frustraciones y pude ser escuchada por una persona que estaba capacitada para ayudarme a sobrellevar esa experiencia tan horrible y que no le deseaba a nadie.

Una vez sola en la habitación me quedé mirando el techo blanco e hice los ejercicios de respiración que la psicóloga me dijo cuando el primer recuerdo amenazó con atacar mi mente. Pensé en mis padres, mi esposo y en todos los momentos felices que había vivido para que mi mente no se llenara de esas imágenes que me hacía caer en un bucle sin salida y me hacían despertar cientos de miedos.

Tenía que olvidar a como diera lugar a Julen, pero él me dejó marcada de por vida y de una manera para nada grata. Jamás imaginé que la maldad se pudiera vestir de encanto y belleza.

Un suave golpe en la puerta me hizo girar la cabeza hacia esta y, antes de dar la autorización, se abrió, dando paso al Agt. Stevenson. El hombre de mediana edad me regaló una sonrisa y se acercó, tendiéndome un teléfono celular.

—Buenos días, Amanda. ¿Cómo dormiste? ¿Lograste descansar? —inquirió—. Aquí tienes, para que puedas hablar con tu familia e informarles que estás bien y que pronto podrás estar de regreso con ellos.

—Buenos días, Agt. Stevenson. Me encuentro mucho mejor que ayer, sabiendo que esta libertad sí es cierta y no es parte de mi imaginación —recibí el teléfono con el corazón latiendo a mil—. Gracias, no se imagina lo mucho que deseo hablar con mis padres.

—Le daré la privacidad que necesita para que hable con ellos, pero antes de eso me gustaría saber si Niklas no mencionó algo más, algo que nos diga dónde pueda estar.

—No me dijo nada, la situación no le dio tiempo de hacerlo. Me entregó la nota con el rastreador y su teléfono antes de sacarme de esa casa. Luego de que salí solo corrí tal como me la había dicho días antes —fui sincera, pero me sentía culpable, después de todo, él me había ayudado a escapar—. ¿Aun no se ha puesto en contacto?

—No, pero tenemos la plena certeza de que Nik dará señales de vida en cualquier momento. Es el mejor en la institución, además de que a él lo mueve algo mucho más grande que la justicia. Y en vista de que los Black lograron escapar, seguirá fingiendo que trabaja para ellos con tal de atraparlos y tenerlos donde tanto ha querido por mucho tiempo.