•AMANDA•
Las palabras estaban atoradas en mi garganta, no podía decir lo que en ese momento pensaba, aunque mi cabeza también era un lío andante y mis pensamientos tomaban direcciones opuestas y sin sentido.
Aunque Sheyla me lo dijo una sola vez y no quise darle demasiada importancia en su momento porque Nick nunca actuó diferente conmigo ni demostró más de lo que debería, lo cierto era que sus palabras llegaban a mi mente y se mezclaban con las que él me acababa de soltar.
Estaba enamorado de mí y yo no sabía ni siquiera qué decirle al respecto. Sus palabras fueron hermosas e hicieron que mi corazón latiera con fuerza, pero que también me hicieran sentir horrible por no poder corresponderle los sentimientos como él los merecía.
Merecía que lo amaran sin miedos ni reservas, que le entregaran el corazón en su totalidad y le hicieran sentir un amor hermoso y que no se pudiese comparar con ningún otro. Algo que yo no podía darle.
En ese momento de mi vida solo podía pensar en mí, en estar bien yo misma y con todo lo que tenía a mi alrededor para así darle lo mejor a mi bebé. Mi pequeño merecía que le diera un amor inigualable y que no tuviera brechas ni bajones, por eso ponía lo mejor de mí para salir adelante y seguir luchando por sanar tanto física como mentalmente. Y un hombre no estaba en mis planes, quizás jamás entraría a ser parte de mis sueños o metas a futuro lejano o cercano.
—Encontrarás a esa mujer y serás tan feliz como te lo mereces —fue lo único que pude decirle, sin dejar de abrazarlo.
—Desde luego que sí.
Estaba tan sorprendida y aún impactada con su confesión que no supe qué más decirle para no hacerlo sentir mal y de paso no dañar nuestra amistad. Esperaba que este suceso no fuese una brecha para nosotros, porque lo quería mucho y tampoco me gustaría que se alejara de mí. Perder su amistad me dolería muchísimo.
***
Los días fueron corriendo con rapidez y no hubo ningún cambio entre nosotros. Todo seguía igual, tan igual que esa confesión quedó en el olvido más rápido de lo que pude imaginar. Nick seguía siendo el mismo hombre conmigo, estando siempre al pendiente de mí y preocupándose hasta por la más mínima cosa. Me ayudaba en todo y me acompañaba a mis controles prenatales, procurando que todo siguiera en orden.
Una parte de mí se sentía incómoda porque, aunque actuabamos con completa normalidad, sus palabras aún seguían rondando mi mente y habían noches donde me preguntaba por qué se fijó en mí habiendo tantas mujeres en ese mundo. ¿Por qué quererme más allá de una amistad? ¿Qué lo hizo enamorarse de mí? Esas y muchas más eran las preguntas que me hacía y quisiera preguntarle a él, pero me daba pánico sacar el tema a colación cuando Nick parecía haberse olvidado de todo en cuestión de días.
Así que decidí hacer lo mismo. Dejé de lado mis interrogantes y la incomodidad que sentía para enfocarme en la llegada de mi bebé. La felicidad que sentía en mi corazón no la podía comparar con ninguna otra. Cada día me levantaba con grandes esperanzas de vivir, de ser la mejor madre para mi hijo y darle todo lo que estuviese a mi alcance sin reservas.
Mirarme al espejo y darme cuenta de que en mi vientre crecía una pequeña vida que le estaba dando todo el sentido a la mía, era una ilusión y una bendición muy grande. Le agradecía tanto a Dios por haberme escuchado y por permitirme ser madre a estas alturas y luego de todo lo que había sucedido. Le agradecía por haberme dado ese milagro que tanto anhelé con todas las fibras de mi ser. Y aún mejor que ese bebé fuese parte del hombre que más he amado sobre este mundo.
A veces pensaba cómo sería nuestra vida juntos sabiendo que seríamos padres, pero no había una imagen clara que me dijera cómo podría ser. Simplemente agradecía a mi esposo por haberme dejado parte de sí, para que fuera feliz y me hiciera compañía el resto de mis días. Porque si pensaba demasiado en lo que ya no podía ser, sería hacerme daño a mí misma y no quería caer de nuevo en esa tristeza que tanto me había consumido y me había costado salir.
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Deseo Enfermizo[✓]
Misteri / ThrillerAmanda es feliz junto a su esposo, sin embargo, su perfecta y maravillosa vida se empieza a desmoronar a medida que su nuevo jefe; Julen Black, hace hasta lo indecible para poseerla y tenerla en sus manos, sin importar el tipo de trucos que use para...