I. Sueños cumplidos

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Ella era tan perfecta, tan pura, tan inocente; que, pese a no ser mía, la deseaba poseer sin importar a quién tuviera que apartar de mi camino...

***

No esperaba el momento para ir a casa, deseando saber cómo le había ido a mi esposo en su entrevista de trabajo. Luego de tanto tiempo preparándose y adquiriendo conocimientos, al fin pudo tener la oportunidad de solicitar empleo en la corporación más importante y grande de Australia.

Mudarnos de país jamás estuvo en mis planes, pero no puedo darle la espalda a mi esposo ahora que tanto me necesita. Su sueño ha consumido años y ha hecho tantos sacrificios para poder cumplirlos, que simplemente no estar para él y darle mi apoyo es una muestra de que mi amor por él no es tan grande como digo que es.

Will no solo es el hombre con el que me casé, es el amor de mi vida, lo más bonito que me ha pasado. Mi amor por él no ha hecho más que crecer con el paso de los años. Apoyarlo en cada uno de sus pasos es una felicidad inmensa, porque me basta con ver el brillo de ilusión en su mirada para que mi corazón se sienta satisfecho.

—Amanda llamando a tierra —mi compañera soltó una risita divertida mientras sacudía su mano frente a mi rostro—. ¿En qué planeta estás, mujer? No me digas que ya sé, no es de extrañarse que estés pensando en tu perfecto marido.

Reí, negando con la cabeza y prestándole toda mi atención a Sheyla.

—Te tengo tanta envidia —suspiró—. Will es el hombre que toda mujer sueña; caballeroso, amable, amoroso, atento, vigoroso, apasionado y bastante guapo.

—Tengo un esposo lleno de excelentes cualidades, ¿eh?

—Te digo, eres la envidia de todas nosotras. Todas quisiéramos uno así, pero a mí solo me llueven sapos —hizo una mueca y reí—. Y lo peor es de ese tipo de sapo que escupe veneno y es infiel.

—No te mortifiques por esos sapos venenosos. Pronto llegará tu principe azul.

—Pero ojalá llegara pronto porque se está como demorando —bufó y reí más fuerte, ella siempre me hacía reír con sus ocurrencias—. Por cierto, cambiando un poco de tema. ¿Qué planes tienes para esta noche? Hace días no tenemos una salida de chicas, y creo que Elize tiene nueva conquista y no nos ha contado absolutamente nada.

—Me encantaría salir con ustedes, pero Will me invitó a cenar esta noche.

—¡Ah, por el amor a Dios! Ocho años después y siguen siendo tan amorosos como el principio.

Sonreí de oreja a oreja.

Ocho años de relación y seis de casados y los detalles no han cesado de parte y parte. Cuando Will no me sorprende, lo hago yo. Muchos dicen que por eso la llama del amor no se ha extinguido, porque nos preocupamos en nunca dejarla apagar.

—Hoy es un día importante —fue todo lo que dije, antes de que nuestra jefa saliera de la oficina y nos destinara más trabajo.

Ciertamente no tengo ni la menor idea de lo que haré si se diera el caso de irnos a Australia, pero con mi experiencia supongo que no será difícil encontrar un nuevo trabajo. Sé que Will no me presionará en ese aspecto, no obstante, he estado demasiado acostumbrada a trabajar, ser activa e independiente. No me gustaría quedarme en casa sin hacer nada, me moriría de aburrimiento.

Deseo Enfermizo[✓] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora