Capítulo 9:Escoltas

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"No solo se encontraron restos de otras dos razas en los yacimientos de Payhir, también se encontró un extraño mineral nunca antes visto. Este mineral era más duro y resistente que el acero, pero mucho más liviano. Pero sin duda su mayor cualidad era su capacidad para conducir el maná. Se le llamó mineral feérico o Hadanita. Gracias a él, las personas pudieron empezar a utilizar el maná (no al nivel de los magos o enlazados). La única pega es el laborioso proceso que hace falta para procesar la Hadanita y poder trabajarla, por esa razón no son muy frecuentes las estructuras de este material. Suele ser más usado para fabricar todo tipo de armas, ya que se conectan a la red de maná interna de su portador, haciendo que le sea más fácil manejarlas. Existen casos de gente que ha conseguido usar armas de Hadanita para efectuar ataques usando su propio maná que nada tienen que envidiar a los hechizos de los magos"

"Mineralogía variada de Reguian" por Fradim Yisk.

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Otra vez, Caju estaba en un espacio oscuro, lleno de bruma. Pero esta vez no era una pesadilla. Aunque no podía ver nada a su alrededor, tenía la sensación de que era un sitio enorme. Unas pequeñas risitas llamaron su atención. Miró a su espalda y vio una pequeña figura de aspecto humano. No podía verla claramente a causa de la oscura niebla que les rodeaba. Solo pudo apreciar que el pelo de aquella silueta se movía de una manera muy extraña.

-¿Quién eres?-dijo Caju.

Volvió a oír las risas. Parecían las risas de una niña pequeña que se ríe de algún chiste.

-¿Qué es tan divertido?

Volvió a responderle con risas. Esta vez más disimuladas. La niebla se hizo aún más densa.

-"Despierta" "Libérate"

-¿Cómo?

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-Venga, despierta.

Estrik despertó a Caju dándole toques con el pie. Caju bostezó mientras salía de debajo de su manta. Hacia unos cuatro días que habían huido de Katorá y no habían parado hasta entonces. A los tres les extrañó que los Fauces no los persiguieran, pero necesitaban descansar. Habían salido del camino hasta internarse en el bosque. Encendieron una pequeña hoguera, y durmieron.

-¿Y Elh?-dijo Caju.

-Atendiendo una llamada de la naturaleza-dijo Estrik.

-Vaya ¿Algún ritual mañanero en el que las dríadas dan gracias por todos los dones de la naturaleza?

Estrik puso cara de incredulidad.

-No tío... Solo ha ido a mear.

-Ah. ¡Bueno, cualquiera puede equivocarse!

Estrik se reía mientras Caju empezaba a soltar excusas.

-Anda, desayuna y deja de decir idioteces.

Le pasó un pedazo de carne ahumada y un palito de pan con semillas. Había visto que eso era lo único que llevaban. Estrik seguía riéndose mientras masticaba su comida.

-Ciertamente se puede considerar un ritual...-dijo Estrik entre risas.

-¡Cierra la boca!

Elh llegó entonces. El panorama la dejó confundida.

-¿Me he perdido algo?

-Aquí nuestro ladrón, que se despierta con una extraña imaginación.

Elh no entendía nada. Se sentó y empezó a comer de lo que le ofreció Estrik.

-Por cierto ¿Hacia dónde vamos?-dijo Caju con la boca llena de comida.

Elh y Estrik intercambiaron una mirada de complicidad.

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