Capítulo 24:Empieza la persecución

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"Una vez hablado del Rey de la montaña, hablaremos de la otra cara de la moneda. El depredador más peligroso que mora por los mares. El rey del mar, el kraken. Las historias lo describen como un gigantesco pulpo que arrastra los barcos a las profundidades, pero son solo historias. Aunque es cierto que lo primero que se ve del kraken son sus tentáculos, estos solo componen la parte inferior de su cuerpo. La parte superior es más semejante a una bestia marina, provisto de dos garras capaces de destrozar los corales marinos y unas fauces que atraviesan con total facilidad los cascarones de otras criaturas. A la hora de cazar, aprisiona a su presa con los tentáculos y la arrastra contra sí mismo y se vale de sus brazos y garras para destrozarla. La creencia de que ataca barcos está totalmente infundada, los kraken no atacarán a menos de que algo entre en su territorio. El problema está cuando el animal cambia de lugar su territorio en busca de alimento"

"1001 datos curiosos de Reguian" por Sosara Hondour. Sección de biología. Los reyes naturales.

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Caju y Elh ayudaban a Estrik a caminar por el bosque, procurando que su herida no se abriera todavía más. Hacía poco que se había hecho de noche, pero prometía ser fría si no encontraban un lugar donde refugiarse. Elh estaba especialmente preocupada por que Estrik pudiera dormir en alguna especie de refugio, cualquier cosa antes que pasar la noche a la intemperie.

-Mira, está empezando a nevar de nuevo-dijo Caju mirando al cielo.

-Veo un refugio.

Elh señaló lo que parecía la entrada a una cueva. Se adelantó a ellos para ver si aquello era la madriguera de algún animal peligroso. Caju se quedó evitando que Estrik cayera al suelo. A pesar del remedio de Elh contra la infección, eso no solucionaba el hecho de la pérdida de sangre.

Elh se acercó a la entrada y empezó a olfatear. Podía oler que allí había estado un animal, pero en aquel momento la cueva estaba vacía.

-Es seguro, tráelo.

Caju ayudó a Estrik a llegar hasta la cueva. En la misma entrada Estrik se derrumbó, apenas podía dar un paso más.

-Joder, tengo frío-murmuró Estrik.

Podían ver como estaba cada vez más pálido y empezaba a tiritar. Más bien parecía un cadáver andante.

-Tenemos que conseguir algo para comer, en tu estado te sentará mejor que las provisiones.

Elh y Caju reunieron leña para encender un fuego, pero resultaba inútil intentarlo siquiera.

-Mierda, la madera está húmeda por la nieve, no prende-dijo Elh

-Déjame a mí, siempre se me ha dado bien encender fuego.

Caju sacó de su riñonera un pedernal y empezó a hacer chispas frotándolo contra una de sus dagas. A pesar de que caían sobre las diminutas ramas que debían iniciar el fuego, estas ni se inmutaban. Caju sabía que, sin fuego ni comida era muy posible que Estrik no pasara de esa noche.

-"No sabes lo patético que resultas ahora"

-No veo que tú lo hallas conseguido, Elh-dijo Caju con un tono molesto.

-¿Cómo?

Caju entendió en ese momento que aquella era aquella voz que aparecía cuando le venía en gana. Siempre como un susurro dentro de su cabeza, pero aquella vez le había parecido muy real.

-"Que no consigas encender una mísera hoguera, precisamente tú"

En aquel instante, la madera se prendió en su totalidad como si estuviera completamente seca, dando lugar a una hoguera que prometía durar bastantes horas.

The Last GuardianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora