The Last Guardian

Capítulo 38:Empieza la batalla

"El siguiente de los comandantes tiranísios responde al nombre de Biorn Crayiss. Es conocido por ser el mejor estratega del norte y por su habilidad blandiendo el hacha doble. La gente le conoce todavía más por su carácter complicado y bonachón. Se cuentan historias de cómo ha realizado toda índole de recados para las personas, como la vez que fue corriendo a otro pueblo para entregar una carta de una anciana a su hija. Cómo llevó a caballito a un niño hasta la cresta verde, la montaña más alta del norte, y le subió hasta la cima porque este quería ver el paisaje. O de cómo atendió los negocios de toda una calle porque sus dependientes tenían recados en otros lugares. Muchos tachan estas acciones de algo idiotas y tachan al comandante de ser demasiado inocente. Sin embargo, muchísimos más ven en estos actos a alguien que se preocupa por sus semejantes y se desvive por ellos"

"1001 datos curiosos de Reguian" por Sosara Hondour, sección militar.

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Shuren estaba sentado frente a su mesa de estudio, mirando casi sin parpadear aquel enlazador. El único sonido que le hacía compañía era el chisporroteo de la chimenea. Observó su morada, repasando con la mirada cada rincón, cada tapiz que decoraba las paredes, cada pieza de cada polvorienta armadura que decoraban las esquinas. Lo observó todo, recordando el día que llegó a esa torre, aquella torre que se convertiría en su hogar durante tantos años. Aquel día estaba muerto de hambre y frío. Se había aventurado allí para suplicar por ayuda y cuando llegó se encontró todos aquellos cadáveres en avanzadísimo estado de descomposición. A pesar de todo, decidió quedarse para morir con ellos, en aquella lujosa fosa común, mucho más de lo que pensaba que se merecía.

Al día siguiente, se presentaron allí algunas sacerdotisas de Siranne. Aquel día conoció a Martha, que por entonces todavía no era la madre superiora. A la sacerdotisa le extrañó ver a alguien con vida en aquel lugar infestado de muerte. Le alimentaron y ofrecieron reposo en su santuario hasta que terminaran de enterrar los cuerpos para darles un descanso a sus almas, pero cuando hubo recuperado las fuerzas volvió a irse. No fue hasta muchas décadas más tarde que Shuren volvió por aquel lugar. Martha le volvió a ofrecer un lugar en el monasterio, viendo lo herido que estaba el espíritu del viajero, pero Shuren insistió en quedarse en la torre. Con el tiempo, exhumando las tumbas de la torre y reanimando a los esqueletos con sumo cuidado. Martha siempre estuvo pendiente de él, pues era la única a la que Shuren le había hablado de la totalidad de su pasado. De la resurrección y posterior asesinato de su esposa, de su papel en numerosas matanzas de los pueblos más aislados y de cómo había vagado sin rumbo, esperando a que la muerte le reclamara por fin.

Un toqueteo a la puerta le sacó de sus pensamientos.

-Adelante.

La que entró fue Elh. La semi-dríada cerró lentamente la puerta tras de sí.

-¿Vienes a abrir ventanas?-preguntó Shuren en tono bromista.

-Ni me lo recuerdes. Por los dioses, que vergüenza haberme comportado así-dijo Elh mientras se tapaba la cara con las manos y la punta de sus orejas se sonrojaba.

El mago se levantó y le ofreció asiento en uno de los sillones individuales que descansaban frente a la chimenea. Ambos se sentaron para chalar.

-Recuerdo todo Shuren, incluido el partido.

-¿No me iras a decir que vuelves a sentirte culpable por atacarles?

-Todo lo contrario, me siento orgullosa de ellos. No había reparado en cuanto ha crecido Estrik.

-Si..., se ha convertido en un buen muchacho.

-Porque tú has sido un buen padre Shuren.

-Pero que dices. Tú estuviste más tiempo con él cuando era pequeño, es normal que te quiera tanto.