Sombra recogía sus escasas pertenencias y las guardaba en su petate. Ahora que tenía confirmación, ella y sus hombres debían ser los que recuperasen el enlazador. A muchos Fauces del grupo no les hacía ninguna gracia tener que buscar a tres personas con la simple pista de sus descripciones. Se habían hecho ilusiones de no tener que trabajar y tomarse ese viaje a modo de vacaciones. Con ayuda de Gorshnag, ella había conseguido mantener firmes a sus esbirros.
Una vez lo hubo recogido todo, le echó un vistazo a la cama de Lilith. La Melnix siempre volvía para dormir, pero desde hacía algo más de una semana esta se levantaba casi al alba y no volvía a la habitación hasta bien pasada la medianoche. Con suerte lograba verla alguna vez por aquel pueblo, pero su amiga se despedía casi al instante con aspecto nervioso.
-¡Sombrita!
Como si la invocase con sus pensamientos, Lilith apareció en la habitación dándole un fuerte abrazo por la espalda.
-Que penita que nos vayamos.
-Ya claro...
-¿Te pasa algo?-preguntó Lilith extrañada.
-No nada. Solo que no esperaba que mi mejor amiga me dejara casi en la estacada, solo eso.
-He tenido una muy buena razón para eso...
La Melnix puso una gatuna sonrisa de maliciosidad mientras rebuscaba en sus bolsillos.
-¿Qué pretendes ahora?
-¿Recuerdas que hace cinco días fue tu cumple?
-Sí, también recuerdo que no tuve a nadie con quien celebrarlo, Gorshnag es demasiado seco para esos temas.
-Pues verás-empezó a decir Lilith, ignorando eso último-Resulta que uno de mis contactos comerciales andaba cerca de aquí. Me ha costado muchas y largas noches de negociación, pero te he conseguido algo bonito.
Tras unos segundos más, encontró lo que andaba buscando. La Melnix sacó un pequeño paquete envuelto con mucha torpeza.
-¡Feliz cumple!
Lilith casi obligó a su amiga a extender las manos para que lo aceptara.
-No tenías porque...
Sombra se quedó muda al desenvolver el paquete. Se trataba de un pequeño colgante con un adorno en forma de cuchillo fabricado con un extraño mineral negro.
-Esto es...
-Correcto, un colgante con adorno de Hadanita.
-¡¿Hadanita?! No puedo aceptar algo tan valioso.
-Deja de decir tonterías y deja que te lo ponga.
Con algo de recelo, Sombra se levantó el pelo para que su amiga tuviera más fácil el ponerle la joya.
-Es imposible que pudieras permitirte algo así-dijo Sombra.
-Me he cobrado algunos favores. La verdad es que ha salido barato teniendo en cuenta el material.
Sombra se miró en un espejo. La pequeña joya relucía ligeramente, como si quisiera pasar desapercibida y no pudiera.
-Bueno... Creo que puedo perdonarte por eso-farfulló Sombra.
-Eres malísima-Comentó Lilith mientras se apoyaba en sus hombros-¿Gueist no te dio nada cuando estuvo aquí?
-El no sabe cuando cumplo años.
-Pues menudo sieso. Yo se me el tuyo, el de Wardow, Gorshnag y...
Lilith se detuvo antes de que el nombre de Arc saliera de sus labios. El joven la había acompañado todos los días que había estado apartada de Sombra para conseguir el collar y habían hablado mucho entre ellos.
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The Last Guardian
Fantasía¿Qué pasaría si alguien se saliera del papel que la sociedad le ha impuesto? En la monótona ciudad de Nilven, el joven ladrón Caju busca su gran golpe para poder vivir a cuerpo de rey sin tener que preocuparse por nada. Cuando se presenta en la ci...