Capítulo 16: Vínculo

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"La edad del olvido no es solo la más antigua de la que se tiene constancia, sino también la única edad cuyos orígenes son más misteriosos. Se tienen pruebas de que Reguian es mucho más antiguo pero no se conservan registros de ninguna clase que daten de esas fechas, ni los magos, valiéndose de la memoria del mundo, son capaces de vislumbrar lo ocurrido con anterioridad. Lo único que pueden ver es Reguian completamente destrozado, como si los mismísimos dioses hubieran elegido nuestro mundo para librar una batalla y que nadie podía recordar nada de lo sucedido, como si algo o alguien hubiera borrado los recuerdos de todas las personas de Reguian que sobrevivieron a esa misteriosa hecatombe"

"1001 datos curiosos de Reguian" por Sosara Hondour en colaboración con el cuentacuentos Voldafir Serkun.

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Ar-Engwar no podía dejar de mirar los ojos de Elh. Su instinto le gritaba que saliera corriendo de allí, que se había topado con un depredador. Elh se abalanzó hacia él, el miedo y la sorpresa le impidieron reaccionar a tiempo. Cuando quiso darse cuenta, Elh le había cogido del cuello y le alzaba con un solo brazo.

-Dime, Ar-Engwar ¿Tienes miedo?-dijo Elh con una voz que parecía un gruñido.

Tenía miedo, podía ver la muerte en los ojos de Elh. Pero no mostraría miedo, había sido criado como miembro de una familia de elfos nobles y aprendió a no mostrar emociones de debilidad desde que tenía uso de razón.

-Más que miedo, lo que siento es curiosidad-dijo Ar-Engwar.

-¿Cómo?

Ar-Engwar estiró su brazo hasta que pudo tocar la frente de Elh con la punta de sus dedos mientras una sonrisa se iba dibujando en su rostro.

-¿Darás aún más motivos para odiar a los de tu clase o marcarás la diferencia?

Elh sabía que Ar-Engwar se estaba tirando un farol, podía oler su miedo. Pero por alguna razón era ella la que había empezado a temblar, podía notar cómo le corrían pequeñas gotas de sudor frío por la nuca.

-¿Qué será, raciocinio o locura, orden o caos?

Elh notaba como su respiración estaba subiendo de ritmo.

-Yo...

De pronto, Elh notó una presencia a su espalda, una que conocía demasiado bien.

-"¿Vas a permitir que te hable así, una forma de vida inferior?"

Elh conocía aquella voz profunda y áspera, parecida a un rugido.

-Cállate...

-¿Cómo que me calle?-dijo Ar-Engwar

-¡Tú no! ¡¿Acaso no lo ves?!-gritó Elh.

Elh sabía que era inútil preguntarlo, sabía la respuesta que recibiría pues era la que siempre le daban y cada vez que la oía su mundo se derrumbaba un poco más

-¿Ver el qué? Aquí solo estamos los dos.

-"Mátalo de una buena vez"

-¡¡Cállate!!-gritó Elh.

Ar-Engwar notó como la presión sobre su cuello disminuía. Elh le soltó al tiempo que retrocedía y se llevaba las manos a la cabeza.

-¡Joder, ya bastante tengo con esta resaca para que vengas tú a tocarme las narices!

Elh se frotaba la cabeza con las manos, despeinándose, mientras murmuraba palabras. Ar-Engwar la observaba desde el mismo sitio en el que le había soltado, sin moverse un centímetro. Tras un rato, Elh cayó de rodillas sobre el suelo, Ar-Engwar pudo ver como sus pupilas habían vuelto a ser circulares y como sus uñas y colmillos habían vuelto a la normalidad.

The Last GuardianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora