The Last Guardian

Capítulo 21:El gremio nunca olvida (Part 2)

"Una cuestión es la que atormenta a los eruditos y, en general, a todo ser con conciencia de sí mismo ¿Es posible vivir eternamente? Es cierto que los alquimistas más expertos han conseguido crear vida, vida decrépita y decadente, pero vida al fin y al cabo. Sin embargo ninguno ha conseguido crear un ser que viviera eternamente o que al menos viviera más de unas semanas sin tenerlo que someter a constantes tratamientos. Tampoco creo que nadie haya alcanzado la inmortalidad nunca porque, si fuera así, semejante individuo debería estar presente por toda la historia de Reguian, aunque fueran simples menciones o leyendas"

Reflexiones de Lagrum Rokdor. Profesor de filosofía de la universidad de Tiransis.

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No sabía lo que vería cuando abriera los ojos. Pensaba encontrar una gran extensión de verdes prados bajo un cielo azul o, en su defecto, un páramo desolado a merced del fuego y el azufre, pero no fue ninguna de esas dos cosas. Cuando volvió a abrir los ojos lo único que pudo ver fue la oscuridad. No una oscuridad total, sino la oscuridad propia de una habitación sin absolutamente ninguna iluminación.

Tenía un fuerte dolor de cabeza, el estómago revuelto y la boca le sabía ligeramente a sangre, pero, aparte de todo eso, se notaba perfectamente.

-No es posible, debería estar muerta.

Seska intentaba encontrar una respuesta. Sabía que aquella cantidad de Murko la mataría sin problemas. Pero allí estaba, respirando. En ese momento, un pequeño ruido llamó su atención. Sus oídos zumbaban ligeramente pero pudo identificar esos ruidos como ligerísimos piares. Notó como algo se movía sobre su cabeza. Levantó la mano y lo cogió. Su tacto era muy suave y ligeramente cálido. Al bajarlo para ver de qué se trataba se quedó sorprendida. En sus manos, hecho un ovillo, un pequeño fénix le devolvía la mirada mientras hacía pequeños ruidos. Al mirar al suelo pudo ver junto a ella lo que parecían ser los restos del huevo del que había salido, los cuales brillaban como si su interior estuviera hecho de oro.

Un nuevo golpe llamó su atención. Un fuerte golpe contra la puerta de aquella habitación. Seska creyó que alguien entraría para hacerle daño, pero no entró nadie. Prestando más atención pudo escuchar ruidos que venían del otro lado de la puerta, en concreto una risa que parecía de loco.

-Si... Es cierto que lo hiciste.

Seska reconoció aquella voz en el acto.

-¿Caju?

No podía dar crédito, ni se le había pasado por la cabeza que Caju la seguiría hasta allí. Sintió como las ganas de quitarse la vida desaparecían, quería salir de allí, abrazar a Caju y pedirle perdón las veces que fueran necesarias por robarle. Intentó levantarse pero sus piernas no tenían fuerza para sostenerla. El fénix la piaba mientras ella se arrastraba a la puerta como buenamente podía. Cuando llegó a ella estaba demasiado exhausta como para levantar los brazos o la voz.

-Mierda...

Intentaba hacer saber que estaba allí, que seguía viva y quería salir de allí, pero nadie la oía.

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Estrik y León se vigilaban sin siquiera pestañear.

-Chudan no Kamae, la guardia del agua. Es increíble que un cachorro como tú la conozca-dijo León.

Estrik se sorprendió de que aquel mercenario conociera tan bien una postura de espada Marashi, pero en Kamae era primordial la concentración, de modo que no mostró un ápice de confusión por aquello. León avanzó, y lanzó una estocada. Estrik la desvió y, sin separar su hoja de la de su adversario, hizo avanzar su espada sobre la superficie de la de León, quien tuvo que apartarse para evitar que aquel ataque se hundiera en su piel.