"Escribir es muy difícil. He intentado dar forma a miles de relatos sin conseguirlo. Estaba estancada en mi fracasado curso de literatura en la universidad de Tiransis cuando entendí que Reguian era esa gran obra que trataba de plasmar. Pedí una excedencia de mis estudios y me largue de viaje, cosa que me desaconsejaron mis profesores en numerosas ocasiones. Es cierto que he pasado por muchos apuros y me he metido en algún que otro lío, pero una chica con mis capacidades es perfectamente capaz de sobrevivir y traer su mayor obra, para que rabien algunos de los profes que decían que no lo conseguiría. Esta se la dedico a ellos"
Texto escrito en la primera página de "1001 datos curiosos de Reguian" escrito por Sosara Hondour.
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Caju se levantó de mala gana de la cama. Al mirar por la ventana pudo ver que apenas había amanecido. Hacía más de un mes que había empezado el entrenamiento con Shuren, pero seguía sin poder volver a sacar esas llamas azules. Se vistió rápidamente y salió hacia el despacho del mago. Ya se había acostumbrado del todo a los esqueletos, por lo que ya no se asustaba al verlos.
Llegó sin ánimo alguno ante la puerta de la habitación y llamó con aún más desgana. Entró sin esperar a que le respondieran, Shuren nunca lo hacía. El mago seguía estudiando las runas del enlazador. En ese mes solo había conseguido traducir dos palabras: "condena" y "leyes". Caju se preguntaba cuál de los dos estaba más perdido. Sobre la mesa también había una taza humeante de café.
-Hombre Caju ¿Ya es por la mañana?-dijo Shuren sin apartar la mirada del enlazador.
-¿Has vuelto a pasarte la noche en vela? Elh te va a matar como se entere.
-El café ayuda-dijo el anciano dando un largo trago.
Como todas las mañanas durante el último mes, Caju se sentó en el suelo con las piernas cruzadas mientras se concentraba.
-Recuerda chico, capta tu maná y dirígelo a voluntad.
Era más fácil decirlo que hacerlo. Las explicaciones de Shuren eran tan vagas que Caju apenas sabía por dónde empezar. Intuía que la clave estaba en esa extraña niña que parecía vivir en su mente, pero no conseguía hablar con ella. Desde la última vez, nunca había conseguido que se volviera a manifestar. Ni siquiera aparecía para burlarse de él, como acostumbraba a hacer.
Llevaba un rato intentándolo cuando le pasó lo de siempre. El sueño pudo con él y se durmió en plena meditación. Shuren pudo empezar a escuchar sus ronquidos y le observó con decepción.
-Es la persona más negada y torpe que he conocido nunca-pensó el mago-Todas las personas pueden sentir su maná en mayor o menor medida aunque ellas no lo sepan.
Se concentró y volvió a mirar a Caju, intentando encontrar la fuente de su maná para poder darle una mejor guía, cosa que no haría si no le considerara un completo fracaso.
Shuren se levantó de la silla, bastante sorprendido por lo que había sentido en Caju.
-No me extraña que no lo consiga...
Se acercó a Caju y le despertó con un pequeño puntapié.
-Si vas a dormir mejor te vuelves a la cama. Estás aquí porque me pediste que te ayudara, no para dormir.
Caju no le contradijo. Intentó retomar la meditación, pero le era imposible concentrarse, ahora le rugía el estómago de hambre.
-Esto no lleva a ninguna parte...-dijo Caju para sí mismo.
Se levantó y se dirigió a la puerta. Shuren no hizo nada por impedirlo, todos los días sucedía lo mismo, pero todos los días Caju volvía a presentarse ante el mago para volver a intentarlo.
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The Last Guardian
Fantasy¿Qué pasaría si alguien se saliera del papel que la sociedad le ha impuesto? En la monótona ciudad de Nilven, el joven ladrón Caju busca su gran golpe para poder vivir a cuerpo de rey sin tener que preocuparse por nada. Cuando se presenta en la ci...