The Last Guardian

Capítulo 10:Historias pasadas

"En un continente tan grande como Reguian, el viajar de un sitio a otro puede resultar tedioso y, en muchos casos, una memorable epopeya. Afortunadamente existen los arcos de transferencia, o dicho comúnmente, los teleportes. Nadie sabe desde cuanto hace que existen, solo que son capaces de transportar todo lo que entra en ellos a otro teleporte con el que se haya conectado. Su aspecto no podría ser más simple: un simple arco de piedra de forma asimétrica (no hay dos iguales). La superficie en el interior del arco parece de agua y se asemeja mucho a la superficie de un lago calmado que despide un ligero brillo blanco. Es gracias a estos artefactos que los cuatro reinos pueden mantener relaciones diplomáticas y los ciudadanos viajar rápidamente. Estos artefactos están fuertemente vigilados y todo el que los use debe dar fe de su destino, identidad y motivo del viaje para ser incluido en el registro de viaje de cada teleporte, ya que sería demasiado fácil llevar a cabo acciones como contrabando o terrorismo con ellos. Los eruditos creen que son de la misma época que los enlazadores y explican su funcionamiento diciendo que convierte la materia en maná, la desplaza a través de la red de maná global y la materializa en el teleporte de destino, pero sólo son teorías"

"Información básica de medios de transporte mágicos". Academia de ciencias arcanas de Extornus.

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Los primeros rayos de sol empezaron a iluminar el horizonte. Los pájaros comenzaron a piar mientras la luz iluminaba el rocío de la hierba. El primero en despertar fue Rickbert. Con sumo cuidado, salió del carro en el que dormía con Dalen y Frediflec. Una vez fuera, se estiró viendo al sol salir con un gran bostezo. Solo fue cuando se disponía a hacer sus necesidades de la mañana que se dio cuenta de que Estrik y Caju seguían despiertos en el mismo lugar donde los habían dejado la noche anterior. Caju luchaba contra el sueño, pero Estrik seguía mirando fijamente la linde del bosque.

-¿Aun la esperáis? Lo siento chicos, pero debe estar muerta-dijo Rickbert.

Ninguno de los dos se sorprendió por su comentario. Obviamente las probabilidades de que Elh volviera eran minúsculas.

-Volverá-dijo Estrik.

-Mira chico, si la conoces desde hace tanto tiempo es normal que le tengas aprecio, pero ella se metió en el bosque con una manada de Wargos, estando desarmada. Y a eso hay que sumar esos rugidos que parecían los de un monstruo salido del infierno. Lo que creo que pasó es que hizo de cebo para esas fieras, las alejó de nosotros y se topó con ese bicho que debió matarla a ella y a los Wargos.

Caju pensaba de misma manera que Rickbert. Lo que le dejaba ahora la tarea de tener que registrar el bosque en busca del cadáver de Elh para recuperar el enlazador, una tarea muy pesada y desagradable si aquel monstruo no se lo había comido junto a la semi-dríada. En ese momento pudo oír el sonido de pisadas sobre hojas venir del bosque, se puso alerta por si era algún Wargo superviviente, pero lo que vino le dejó sin palabras.

Con una ligera cojera, Elh salió del bosque. Tenía el pelo muy alborotado, estaba manchada de sangre y barro, su ropa estaba rasgada por varios sitios.

Caju y Rickbert estaban sin palabras, no podían parpadear del asombro. Solo Estrik se levantó y fue hacia ella.

-¿Estás bien?-preguntó Estrik con preocupación.

-Solo quiero limpiarme y descansar-dijo Elh con voz cansada.

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Todos en la caravana se quedaron de piedra al enterarse de la vuelta de Elh. Todos quisieron hacerle preguntas sobre lo que había pasado, pero ella no dio respuestas. Se limitó a pedirles que pararan en algún sitio donde pudiera lavarse. Le dijeron que había un río por el bosque, que la esperarían hasta que volviera. No era la primera vez que hacían esa ruta y tenían localizados los lugares donde reabastecerse. Elh cogió un balde y volvió a meterse al bosque en busca de ese río. En cuanto se fue, todos acosaron a Caju y Estrik con preguntas.