Capítulo 3. UN ACCIDENTE

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A pesar de lo lleno que estaba el bar el ambiente estaba muy alegre, así que la cena transcurrió entre bromas, risas y recuerdos con Charles en el hospital.

-Ay ¡por favor! ¿Nunca lo van a olvidar? –replico entre risas- ¡Cualquiera se equivoca!

 -Pues yo nunca he ido al hospital con un zapato de un color y otro de color diferente -dijo Jhon riendo.

-Más bien creo que a ninguno de nosotros nos ha pasado –dije entre risas.

-Eso sí, te agradecemos la torpeza ya que si no hubiera sido por eso hubiéramos estado amargados y estresados todo el día con tanto trabajo que teníamos – apunto Karla sonriendo.

Todos asentimos.

Lucy grito emocionada- ¡Amo esa canción! ¡Vamos a bailar!

Bailamos por lo menos durante una hora sin parar. Intercambiamos parejas, bailamos entre todos y después nos sentamos.

¡Wow! –suspiro Peter cansado- ¡Eso si fue bailar!.

Asentimos sonriendo y cansados también. Tome lo que quedaba de mi margarita y decidí ir por otra a la barra.

Me puse de pie. -Voy al tocador y a la barra por otro cóctel. Ya vengo.

-¿Porque no llamamos al mesero? –pregunto Lady.

-Dime si ves alguno entre esta 'jungla' -dije señalando la pista llena de gente.

Lady abrió la boca intentando responder pero guardo silencio al mirar a su alrededor.

Me dirigí hacia el baño cruzando la pista y estrellándome entre las personas que saltaban y bailaban al ritmo de la música electrónica que sonaba en ese momento, hasta que divise la puerta con el aviso indicando el tocador de damas y suspire de alivio. "Vaya que si es una jungla" –pensé. 

Salí del tocador y fui a la barra raramente vacía con respecto al resto del bar. Pedí mi margarita y respirando muy profundo y con firme decisión empecé a cruzar de nuevo la 'jungla', más llena que hace un momento. 

"¿De donde sale tanta gente?" –me pregunte. Esta vez tenía que tener mucho más cuidado para pasar entre la gente. No sería mi día si me tiraran la margarita encima del vestido y me lo arruin... ¡Vaya! Parece que soy mentalista, ¡fue nada más pensarlo y sucedió! Cuando me di cuenta, sentí como otro cuerpo chocaba fuertemente contra mí y vi como mi margarita se salía de mis manos y caía directo en el vestido. "¡No! ¡el vestido no!" –pensé.

Todo paso muy rápido. 

Debido al alto volumen de la música no entendía bien aquella voz masculina que se excusaba por su torpeza al tirarme la copa encima. "Si, eres un torpe!" –pensé. El seguía hablando pero yo solo miraba mí vestido, hasta que hubo un intermedio entre una canción y otra, entonces escuche de nuevo su voz. "Una voz masculina muy sexy" –pensé. Pero fueron cuestión de milisegundos para reconocer esa voz. Rápidamente subí mi rostro para encontrarme con una cara avergonzada pero perfecta en todo el sentido, y esos ojos... esos ojos que muchas veces vi a través de una pantalla, ahora me miraban personalmente: es... ¡es el!

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¿Quien sera? 

Creo que la respuesta es sencilla. 


En mi corazón (Robert Downey Jr.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora