CAPÍTULO 14: Red

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-Vaya instrumento más peculiar –dijo sonriendo-. No sabía que lo tenías. ¿Qué es?

-Hace poco lo tengo -respondí-. Es parte de mi prueba para lo que te mencione con respecto al departamento de cardiocirugia. Cada vez que llega a urgencias algún caso de cardiopatía independientemente de la hora o mi posición, tengo que ir al hospital.

-¿O sea que vas para el hospital? ¿A esta hora? ¿Un domingo? –lo dijo como si fuera inaudito.

-Si, es parte de mi trabajo –suspire-. Y no puedo tardar mucho, lo siento Robert, me tengo que ir –dije mientras miraba hacia la autopista buscando un taxi y haciendo una mueca porque no veía nada.

-Oh no. ¡No señorita! Yo te llevo –Dijo adivinando mis pensamientos-. Mira, ahí viene Jimmy, nosotros te llevamos.

-No es necesario Robert –Respondí-. Creo que iré a mi casa a ponerme algo más... cómodo y a coger mi auto –dije mientras miraba mi ropa.

- Yo te veo bien –repuso sonriendo-. Pero, si te pones a calcular el tiempo que tardaras en coger un taxi, ir a tu casa, cambiarte de ropa, coger tu auto: que creo que no es buena idea ya que bebiste, y te devuelves al hospital que relativamente está más lejos que si te vas directo desde aquí, podrías demorarte más y si es una urgencia yo te aconsejo que aceptes mi oferta –dijo.

-Vaya que argumentos más validos. Mmm... ¡Ok! Tienes razón, acepto tu oferta –dije sonriendo.

Robert sonrió victorioso. Abrió la puerta del auto con caballerosidad para que me subiera y luego entro él. Le aviso a Jimmy, éste se puso en marcha y seguimos conversando hasta que llegamos al hospital. Me baje y Robert me acompaño.

-Bueno aquí estamos –dijo- ¿Sabes? Te diré algo que quizás no venga al caso, pero que creo que debo decirte?

-¿Ah sí? –Pregunte-. Adelante, dime... -pedí con curiosidad.

Vi cómo se acercó insinuadoramente hacia mí, y lo que me dijo al oído hizo que mi piel se pusiera como de gallina.

-Me encantan tus labios rojos –dijo con una voz muy sexy, tanto que casi me desmayo. Lo mire, y me dio una gran sonrisa a la que respondí sonriendo también

-¡Gracias! –dije tímidamente, me gire dispuesta a entrar al hospital pero tome valor y me devolví, ame la cara de sorpresa de Robert y aun más la que puso cuando le hable–. ¿Sabes Rob? –pregunte en una voz que desconocí de mi misma-. La próxima vez, no me pidas permiso para besarme... ¡simplemente hazlo! Ten por seguro que será bien recibido –le di un beso rápido en la comisura de los labios y camine rápidamente al hospital sin voltear a verlo.

"¡Cata! ¿Que fue eso? ¿En serio lo dijiste tú? –Me preguntó mi subconsciente-. Creo que Robert me lleva a hacer cosas que nunca haría" –pensé, sonreí y justo antes de entrar al hospital voltee a mirarlo y me encontré con una gran sonrisa de su parte. Entre al hospital y suspire. "De nuevo a mi vida normal" –pensé-. Inmediatamente vi como habían enfermeras y doctores por doquier y me fui a presentar a la recepción principal para preguntar por mi urgencia, sonreía al ver como algunos colegas y enfermeras le daban el visto bueno a mi estilo, y justo cuando me dirigía hacia mi emergencia lo que me dijo la recepcionista me hizo sonreír aún más.

-Piso 4, sala de cirugías 2. El doctor de turno ya la está esperando doctora Quintero –me informó.

-¡Gracias! –dije.

-De nada doctora –Respondió-. ¡Ah, doctora! –me gire-. Le quedan muy bien los labios rojos.

Sonreí y asentí con agradecimiento. Creo que la emoción que sentía por todo lo que había pasado esa noche, era mayor que el cansancio que tenía por tanto trabajo. "Después de todo no fue mala idea la del labial rojo" –pensé.


En mi corazón (Robert Downey Jr.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora