En mi corazón (Robert Downey Jr.)

CAPÍTULO 72: TRES MESES

"¡Claro! Sí, ¡es él! Con unos años más pero el mismo moreno sonriente de siempre", pensé.

—¡Vaya! Creí que nunca te volvería a ver —dijo Fernando mientras me abrazaba sin poder evitarlo, lo abracé también—. ¡Cuánto tiempo!

—¿Cinco años verdad? —pregunté, asintió—. Si es una gran sorpresa.

—¡Lo es! Además, sigues igual de linda —repuso, sonreí en agradecimiento. En eso llegó Robert.

—Mi amor ya estoy lis... —alcanzó a decir antes de notar a Fernando—. Buenas noches señor –saludó con curiosidad.

—¡Buenas noches! —respondió sonriendo—. Y aprovecho para felicitarlos por su boda, se ven muy bien juntos... —agregó.

—¿Lo sabes? —pregunté confundida.

—¿Quien no lo sabe Cata? —respondió—. Estas casada con Iron man —dijo. Sonreí y reaccioné.

—Ah Rob, te presento a Fernando... ¿recuerdas que te hablé de él un par de veces? —pregunté mirándolo, lucia algo confundido, pero luego lo recordó.

—¡Claro! Si, ¡obvio! —respondió—. Es un placer conocerlo —aseguró mientras le estrechaba la mano.

—El honor es mío, no soy un fan del cine como Cata, pero llegué a verlo en unas cuantas películas y es un gran actor... —dijo—. Además, no todos los días se conoce a un actor de Hollywood.

—¿Y qué haces en L.A.? —pregunte—. ¿No estabas en Hungría?

—Sí, aún vivo allí. Estaba en unas conferencias, pero ya me voy —dijo—. Es una lástima, me hubiera gustado que nos encontráramos con más tiempo para que me cuentes acerca de tu embarazo, ¿cuento tiempo tienes? —preguntó, Robert y yo nos sobresaltamos con sorpresa, se suponía que nadie más lo sabía.

—¿Cómo lo sabe? Aun no se le nota —cuestionó Robert a la defensiva.

—¿Entonces si lo estás? —preguntó Fernando sonriendo—. ¡Vaya que si soy bueno!

—¿A qué te refieres? —pregunté confundida.

—A que hice una especialización adicional en Ginecología y Obstetricia... Es decir, aparte de pediatra, soy ginecólogo y obstetra, me dediqué además a investigar las señales que diferencian a una mujer embarazada y aunque quizás no se te note aún mucho tienes ese brillo en los ojos y ese color en tus mejillas característico de una primeriza —dijo—. ¿Cuánto tienes?

Miré a Robert quien asintió ligeramente. —Casi cinco semanas... —respondí, sonrió.

—Me daría mucho gusto hablar más contigo y con tu esposo, seria excelente si pudiera ser quien controle tu embarazo —dijo—. Pero mi avión ya va a despegar y me tengo que ir, fue un placer volver a verte y conocer a tu esposo, felicidades por el embarazo —agregó despidiéndose, estrechó de nuevo la mano de Robert y me dio un abrazo.

Jimmy nos esperaba fuera del aeropuerto, después de saludarnos y subir las maletas arrancamos hacia nuestra casa. Llegamos, pero en vez de desempacar la ropa de Robert hacíamos una nueva maleta, en un par de días debería viajar de nuevo hacia Inglaterra para iniciar con las grabaciones de la película. Después de empacar nos acostamos no sin antes hablar acerca de lo que haríamos ahora.

—¿Y entonces que te dijo el director de la clínica? —preguntó.

—Dijo que sabe las complicaciones de un embarazo por primera vez así que me dará seis meses de licencia además de los tres meses después del parto —respondí, su cara se iluminó.