CAPÍTULO 57: ROCIO

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Seguía manejando y seguíamos en silencio, él iba con la mirada fija al frente sin embargo se veía algo tenso, yo miraba por la ventana como la lluvia caía y mojaba los arboles sin que a estos pareciera importarles la humedad.

"Ojalá a mí tampoco me importara lo que pasa a mi alrededor", pensé mientras sentía como las lágrimas mojaban de muevo mis mejillas, las sequé intentando que Robert no lo notara, pero fue en vano. Se apartó de la carretera y frenó el carro abruptamente, lo miré sorprendida.

—¡No! No, no, no —dijo mirándome—. Esto lo vamos a resolver ya mismo, no voy a conducir más —agregó.

—Robert, no pienso hablar más por el momento. Sera otro día, pero ahora llévame a mi casa o me bajo aquí y sigo sola, así sea caminando —dije mirando de nuevo a la ventana, sentí como bufó y encendió de nuevo el auto entrando en la carretera mientras recibía un par de insultos de los demás autos que pasaban por la vía, sonreí.

—Creo que no es justo que me ignores —repuso con la vista en la carretera—, deberíamos hablar y solucionar esto ya.

—No te estoy ignorando. Solo quiero pensar en lo que paso —dije.

—¿Pensar? ¡Pensar! —dijo alzando de nuevo la voz, me sobresalté—. Tu siempre quieres pensar las cosas, ¿por qué no actúas simplemente según lo que sientes y dejas de pensar tanto? —agregó desviando su mirada de la vía y mirándome, lo miré y luego a la vía.

—Robert, Robert antes que nada no dejes de mirar la vía por favor —dije con prevención, asintió y se enfocó en ello—. En cuanto a tu pregunta, créeme que, si decidiera actuar conforme a lo que siento, es decir a las carreras, en vez de pensar las cosas, seguramente ni siquiera te escucharía, ni te vería de nuevo —afirmé, me miró de nuevo sorprendido y le señalé la vía, se concentró y el silencio se presentó durante unos minutos.

—¿Cómo? ¿Eso quiere decir que, si no hubieras pensado las cosas en la primera discusión, me hubieras dejado? —preguntó alterado.

—Quizás —repuse.

—¡¿QUIZAS?! —alzó de nuevo la voz, y empezó a acelerar lo que me asustó, sentí como empezaba un episodio de taquicardia—. ¡Quizás no es nada Catalina! ¿Sí, o no? ¿Me hubieras dejado? No quiero un quizás como respuesta porque no es una respuesta —gritó de nuevo.

Respiré hondo intentando calmar la taquicardia, pero sentí una punzada. —Robert... Robert por Dios baja la velocidad, ¡podemos tener un accidente! ¿Quieres matarnos? Avísame si es lo que quieres y te juro que me tiro del auto. —Logré decir mientras sacaba el seguro de mi puerta. De repente me sacudió la forma en que frenó de repente, pero suspiré de alivio, lo miré y lucía enojado sin embargo suavizó la mirada.

—Respóndeme —dijo aun con la mandíbula tensa.

Rodé los ojos. —¡Ya! No más Robert. ¡Hubiéramos podido tener un accidente! —Suspiré—. Fue mala idea discutir en el auto, ¿pero sabes qué? Eso no va a pasar más porque me voy —agregué bajándome del auto a pesar de la lluvia. Tan pronto sentí que me mojaba me estremecí del frio, pero no me importó y seguí caminando mientras me soltaba el cabello intentando cubrir algo más mi nuca, no quería resfriarme a pesar de todo.

—¡Catalina! Cata espera —gritó desde el auto, pero no le hice caso—. "¡Soy un imbécil! ¿Como le voy a gritar?", se reprochó. Arrancó de nuevo el auto y se puso a mi nivel, bajo la ventanilla—. Catalina, Catalina entra al auto...

—No insistas Robert —dije y apresuré el paso, ya estaba completamente mojada y empecé a temblar del frio al tiempo que sentía como las lágrimas salían de mis ojos sin detenerse.

En mi corazón (Robert Downey Jr.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora