CAPÍTULO 28: HAPPINESS

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Aún estaba dormida cuando recibí una llamada de Lucy pidiéndome que encendiera el televisor. 

La verdad me esperaba salir allí, lo que no me esperaba era la cantidad de historias diferentes que nos inventaron y el hecho de que fuera del edificio tuviera a algunos periodistas complicaba las cosas.

Afortunadamente las personas del edificio eran discretas y yo no iba a necesitar salir de mi apartamento así que si ellos querían se podrían quedar a acampar.

Mientras desayunaba un plato de frutas y cereales recibí la llamada de Robert y de inmediato recordé la noche anterior, y ese beso...

—No puedo creer que también estén en tu casa, perdóname ¿sí? Esto es culpa mía.

—No te preocupes Rob —me apresuré a decir—. Yo sabía a qué enfrentarme desde un inicio. Es un poco incómodo, no te lo niego, pero te aseguro que sabré enfrentarme a eso.

—De todas formas, si necesitas ayuda, me avisas —pidió—. Si quieres puedo enviar gente que se encargue de tu comodidad. Te aseguro que ellos no se cansaran hasta que obtengan información...

—No, no creo que sea necesario... pero si las cosas se complican te aviso.

Seguimos hablando durante varias horas, recuerdo que cuando colgamos estaba cansada de sostener el celular durante tanto tiempo junto a mi oído -me regañé por dejar el manos libres en el consultorio-, prácticamente hice el almuerzo mientras hablábamos.

Sin embargo, antes de colgar, se podría decir que presenció algo un poco... desagradable.

Mientras conversábamos, alguien tocó a la puerta y yo no me fije quien era sino hasta que abrí la puerta y me encontré a Gregory. No tuve tiempo de colgar así que Robert escuchó toda la conversación que terminó en una discusión muy fuerte.

—No puedo creer que no se canse de molestarte, y no me gustó como te habló —dijo con enojo.

—Siento mucho que hayas tenido que escuchar todo lo que dijo.

—No, más bien creo que fue adecuado que lo escuchara, así sé más de su horrible personalidad. Solo espero que deje de tratarte así, y si no lo hace, deberías hablar con la policía, puede ponerse más agresivo.

—No creo, o bueno ¿más bien que crees que me dirían? —Dije—. He pensado en hacerlo y acusarlo de acoso, pero laboral no es y.... sexual...

—¿Te ha acosado sexualmente? —preguntó Robert con preocupación—. Porque si lo ha hecho, tienes las armas para alejarlo de ti.

—No, no, tampoco sexualmente... —negué— o no tan oficialmente... —bufé—. Según él lo único que quiere es hablar, pero no entiende que yo no quiero, no quiero —dije irritada.

—Te entiendo. Pero ¿porque no quieres hablar con él? Digo, quizás así puedas deshacerte de él de una vez. ¿O es que aun sientes algo por él?

Me sorprendí por esa pregunta. —Que... ¿que siento por él? —suspiré—. Siento muchas cosas por Gregory.

—¿Ah sí? —preguntó Robert un poco más serio de lo normal.

—Si. Siento asco, repulsión, molestia, rabia y no sé cuántas cosas más. Lo único que te puedo asegurar es que, en mi corazón, no hay nada bueno para él, así que porque desperdiciar mi tiempo con el sabiendo que siempre terminaremos discutiendo. Prefiero ahorrarme ese trago amargo.

—Bueno, entonces habrá que buscar la manera de que deje de molestarte.

Terminamos de hablar, pero antes de eso nos pusimos de acuerdo para desayunar al día siguiente.

Quise que fuera un almuerzo porque no quería hacerlo madrugar solo para vernos, pero el insistió en que quería verme a primera hora del día lo cual me hizo sonreír como tonta. Esa sería una cita oficial. ¡Por fin!

El resto del día estuve poniendo un poco de orden en la casa y bailando ballet un par de horas, en la noche hablé de nuevo con Robert y me divertí mucho con sus anécdotas y chistes. Luego me acosté a dormir pensando que, por primera vez en mucho tiempo, apreciaría levantarme temprano un lunes sabiendo que mi primer evento sería una cita con Robert.

***

A Robert le tranquilizó y molestó a partes iguales saber los sentimientos de Cata hacia ese imbécil de Gregory.

Le tranquilizó porque pensó que ella aun sentía algo de aprecio por él, pero le molestó porque no le daba gusto saber que en ella había sentimientos tan amargos por su causa.

A veces sentía que más allá de lo emocional, todo eso que sucedió con Gregory tuvo un impacto aún más grande en ella. Esperaba estar equivocado.

Como no quedó del todo tranquilo, le llamó en la noche y le sorprendió el sentimiento de felicidad que le invadía al escucharla reír al otro lado de la línea. En momentos duraron riendo durante varios minutos. a veces todo empezaba con simples risitas y terminaban en carcajadas...

Robert lo disfrutaba en verdad, pero hubiera preferido escuchar su risa en persona.

Estaba decidido: al día siguiente la haría reír, al día siguiente haría todo lo posible por sentir la misma felicidad que ella ya provocaba en él.


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¡He regresado! y actualizaré a diario :D

En mi corazón (Robert Downey Jr.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora