CAPÍTULO 47: PAD THAI

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Por fin vi como Robert volteó a verme, pero creo que fue mala idea ya que se distrajo y Gregory aprovechó para pegarle en la mandíbula haciéndolo caer a un lado y ahora siendo él quien llevaba las de ganar abofeteándolo.

—¡Oh por Dios, no! ¡Robert! ¡Gregory! ¡Suéltalo! —grité mientras me acercaba a ambos intentando separarlos, pero no lo logré, así que después de pensarlo un poco me monté en su espalda pasando mi brazo alrededor de su cuello y presionando por unos momentos hasta que por fin vi como aflojó su ajuste hacia Robert y cayó encima de él quien inmediatamente lo quitó.

Me recosté en un mueble y vi como Robert se paró con algo de dificultad, no lo había podido ver bien pero ahora noté que tenía una ceja un poco rota y la boca también con un certero golpe y algo de sangre.

Después de que la policía se llevara aun algo adormilado a Gregory, estaba dándole una sesión de curación a Robert que me hizo recordar mis clases de la universidad. Mientras le pasaba el algodón con alcohol por las heridas que tenía escuchaba que se quejaba y refunfuñaba lo que me hacía sonreír. Después de un rato por fin habló.

—Mi amor no sabes cómo siento el desorden que hicimos, pero ese tipo ya me tenía cansado. ¿Estas enojada? —preguntó.

—No —respondí aun concentrada en las heridas, ahora en su boca rota—. ¡Quédate quieto! —ordené al sentir como se retorcía por el ardor.

—¿En serio no estas enojada? —Asentí—. Que bien, pensé que te molestarías.

—Bueno estaba más bien preocupada —afirmé mientras guardaba de nuevo todo y lo miraba—. Nunca pensé que lo cogerías a golpes, pero creo que se merecía que alguien le moviera un poco el mundo. —Me miró sorprendido—. ¿Que? Yo también estaba cansada de él, pero no podía cogerlo a golpes sola. Por lo menos no te hirió demasiado.

—Si, pero si no hubiera sido por ti por lo menos me hubiera roto un par de costillas —repuso—. No sabía que tenías conocimiento de defensa personal, eso que le hiciste con el brazo fue un buen ataque —dijo mientras recibía el vaso de agua que le brindaba y me invitaba a sentarme a su lado.

—¿De verdad? Bueno, no sabía que era un ataque, yo la conozco como llave del sueño —dije, me miró confundido—. Yo solo apliqué conocimientos básicos de medicina para hacerlo. —Su expresión se confundió aún más—. Vale, te voy a explicar: envolví mi brazo alrededor de su cuello utilizando el radio para aplicar presión a la arteria carótida externa y lo bajé lentamente. Lo que se consigue básicamente es interrumpir casi todo el flujo de sangre que llega al cerebro. Las arterias carótidas son las principales arterias que irrigan al cerebro. Como el cerebro se encuentra irrigado por estas arterias principalmente, cuando se bloquean o no llega suficiente sangre por alguna otra razón, se produce la pérdida de consciencia. Eso fue lo que hice —dije encogiéndome de hombros—, medicina simple.

—Interesante, muy interesante. Me tienes que enseñar —dijo divertido. Reímos.

Luego de eso me ayudó a ordenar todo el caos de la sala y lo acompañé a la cocina para desempacar lo que había comprado y ser testigo de su obra de comida tailandesa. Dijo que iba a preparar "Pad tai" que es algo así como fideos fritos y "Nam tok" que es una ensalada de carne a la plancha. Sonaba bien, pero lo que más disfrutaba era ver lo bien que lucía con su delantal y explicándome cada paso de las recetas. Al terminar de preparar todo nos sentamos a cenar acompañados de un vino tinto. En medio de la cena, surgió la conversación de Gregory.

—La ventaja es que estará por lo menos unas horas detenido, a ver si escarmienta y deja de molestarte.

—¡Ojalá! Claro que lo dudo un poco, Gregory está loco. Su trabajo le ha alimentado la mente de cosas no muy gratas. ¿Que crees que pueda quedar de una persona que trabaja escuchando y analizando el comportamiento de asesinos y psicópatas? No me extrañaría que descubrieran que tiene tendencias destructivas —dije.

En mi corazón (Robert Downey Jr.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora