CAPÍTULO 75: LOSING MY CENTER

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Fueron pocos los minutos que pasaron antes que Lucy llegara de nuevo con unos enfermeros y se la llevaran sin dejarle entrar a él, lo que hizo que el pánico se multiplicara.

No entendía porque no le habían dejado ir con ella. Si no le habían dejado entrar muy seguramente era porque algo malo pasaba.

Su mente se había vuelto un desorden y se cuestionaba todo lo que podría estar pasando así que para no perder su polo a tierra llamó a Allyson, necesitaba de alguien en estos momentos y ella fue la que primero cruzó su cabeza. Minutos después, salió Lucy.

—¿Ya? ¿Ya puedo entrar con ella? —preguntó.

—Robert, haremos una cesárea —respondió. No fue la respuesta que pedí.

—¿Una cesárea? —La miró confundida—. Se suponía que sería natural...

—Lo sé, pero las cosas están complicadas —respondió, sintió algo de conmoción en sus palabras.

—¿Cómo que complicadas? ¿Mi bebe está bien? ¿Catalina está bien?

—La bebe está bien, ya está preparada para nacer y su posición es la adecuada —aseguró—. Pero...

—¿Pero? Siempre hay un pero... —refunfuñó—. ¿Pero qué? ¿Me puedes decir porque Cata se desmayó?

—No fue un desmayo como tal, fue un como sincope —dijo, él frunció el ceño—. Robert, Cata llegó con un indicio de paro cardiaco... sus latidos se interrumpieron durante unos segundos y por eso se desvaneció.

—¿Que? —preguntó aturdido—. ¿Pero ella va a estar bien? Ella está bien, ¿verdad?

—Está estable Robert, tuvimos que inducirla a la inconsciencia —dijo—. Pero entenderás que en este momento cualquier esfuerzo puede llevar a un desliz en su corazón y no es lo que queremos, un parto natural podría lograr un paro cardiaco y nuestra solución es la cesárea... te imaginaras que no puedes entrar entonces...

Asintió, quizás no entendía, pero si lo imaginaba. —Está bien, pero Lucy, por favor tenme al tanto de todo y cuida de ellas —pidió.

—No tienes ni que pedírmelo —aseguró—. Haré todo para que estén bien, y te avisaré de cada detalle... ahora necesito que estés tranquilo, en unos momentos traeré a tu hija y su primera impresión de un padre no puede ser la que tienes ahora: en pijama y alterado —agregó señalándome, él sonrió sin ganas y cerró la bata de dormir que traía, se sentó y trató de ser paciente mientras veía como Lucy desaparecía corriendo entre el pasillo, mientras Allyson llegaba por otro extremo. Le abrazó.

—Gracias por venir Ally.

—Cuéntame todo Rob —dijo mientras se sentaban.

***

—Por eso te necesitaba, sé que yo soy el hombre aquí, pero es que tengo miedo de que algo salga mal... —dijo.

—Hiciste bien, esperemos que todo salga bien... —repuso Allyson.

Pasaron algunas horas antes de que viera por fin a Lucy salir con una manta rosa en sus brazos y fue cuando supo que allí venia su pequeña. Después de nueve meses conocería por tercera vez la alegría de cargar entre sus brazos un hijo.

No esperó a que terminara de llegar, sino que aceleró el paso hasta llegar donde ella quien se la pasó. Con cuidado la recibió y sintió como se le cristalizaron los ojos de la felicidad al ver por primera vez su rostro. Estaba despierta y miraba para todas partes adaptándose al nuevo mundo que la rodeaba, su tez era blanca pero no pálida y tenía bastante cabello comparado al de sus dos hijos cuando nacieron, imaginó que se trataba de un rasgo propio de Catalina. Se emocionó aún más cuando vio que al mirarle esbozó una sonrisa como si le reconociera...

En mi corazón (Robert Downey Jr.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora