En mi corazón (Robert Downey Jr.)

CAPÍTULO 55: MALA IDEA

Después de cenar ese día regresamos a nuestras respectivas casas con la intención de descansar para seguir con nuestra rutina los días siguientes, sin embargo, al llegar a mi departamento me invadió de nuevo la nostalgia de estar sola como en el inicio, así que después de alistarme para dormir llamé a Robert.

Duramos hablando durante un buen rato lo que me hizo sentir menos sola. Me contó que ya mañana Exton debe volver con Susan y me preocupó un momento que siguiera tramando su plan, pero me tranquilizó saber que él no lo llevaría sino Jimmy ya que tenía que ir a rendir cuentas en el juzgado con el psicólogo encargado de llevar el divorcio como influyente en Exton. Al parecer cada mes uno de los dos padres debe ir a rectificar que todo esté bien y este mes le toco a él.

El resto de semana estuvo bien, eso creo.

Bueno, en realidad no estuvo bien, me recordé.

La mayoría de veces que salí con Robert corríamos con la suerte de encontrarnos a Susan hasta en la sopa. En los restaurantes, en los bares, en los parques, no había un lugar en el que no apareciera y siempre con la excusa de que era coincidencia. Robert y yo sabíamos que no era así, y si no hubiera sido porque Robert me lo pidió ya le hubiera dado su merecido cada vez que intentaba seducirlo que era cada vez que lo veía. No acostumbro ser celosa, pero de pensar que Robert puede siquiera volver a ver a Susan con otros ojos me preocupa. Él me dice que no debería preocuparme porque según él está totalmente enamorado de mí, le creo, pero la presencia de esa mujer entre nosotros me estresa, me altera, me molesta de tal forma que he sentido mareos y palpitaciones más seguido. Trato de controlarme, pero siempre busca decir y hacer cosas que no le puedo permitir. Si Robert supiera que me he sentido mal gracias a ella creo que el mismo se encargaría de que no se me acercara más pero no lo quiero preocupar.

La semana que siguió fue también molesta.

Recibí dos veces la visita de Susan en mi consultorio, pero me salvé de escuchar sus estupideces gracias a que siempre que llegaba me encontraba ocupada, lo cual aproveché para dejarla esperando durante horas a que me desocupara, pero obviamente solo lo hacía para molestarla. Creo que mi secretaria se ganó un par de gritos de su parte, pero eso le pasa por intensa.

Robert me contó que también lo había buscado un par de veces pero que siempre trató de evitarla, le creí porque la verdad no creo que me oculte algo que haya pasado y que me pueda afectar. Eso espero.

El jueves en la noche antes de dormir hablamos y le conté que el día siguiente, viernes, estaría todo el día en el hospital ya que el gerente del mismo vendría a hacer una revisión y a tener unas reuniones con los especialistas de cada rama médica. En la tarde tendría consultas y en la noche había programada una cirugía de trasplante de corazón que nos llevaría prácticamente toda la noche y quedaría libre a las cuatro de la mañana. Si, sería un día largo y Robert quedó sorprendido con eso ya que no nos íbamos a ver lo que no le agradó mucho.

Ese viernes resultamos todos en el hospital con una sorpresa muy grata al llegar y darnos cuenta que el gerente que había venido a revisar todo era Charles.

(¿Lo recuerdan? El neurocirujano al que le hacíamos la despedida el día que conocí a Robert en el bar-restaurante. Gracias a esa despedida conocí al amor de mi vida, aunque creo que eso no le gustó ya que su saludo fue un 'tenemos que hablar', ¿será que tiene que ver el hecho de que algún día le gusté? ¿Sera que aun siente algo por mí? Espero que no.)

Después de tener la reunión con él y los demás integrantes de Cardiología tuvimos un breve receso de almuerzo en el que nos reunimos los siete, como en los viejos tiempos. Hablamos, reímos y molestamos con Charles y sus nuevas experiencias en Washington, tal parece que está soltero aun y también muy interesado en saber acerca de mi relación con Robert más allá de lo que al parecer ha leído y visto en los medios. Mis colegas no vieron ningún problema en contarle todo lo que sabían y si no hubiera sido porque tenía la tarde copada en citas hubiera tenido que soportar su interrogatorio. Después de terminar todas las consultas tuve un breve tiempo de cena en el que solo cruce unas palabras con Charles quien dijo que esperaría que terminara la cirugía para que habláramos mejor. También hablé un poco con Robert y lo noté raro, distante y a pesar de que le pregunté me dijo que todo estaba bien, hasta armó un plan para el día siguiente.