Después de unos minutos de reír nos pusimos serios de nuevo.
—¿Sabes qué? —pregunté—. Yo me quito el vestido —resolví.
—¡No! —exclamó Robert con alerta—. Yo te lo quiero quitar, creo que me corresponde —dijo sonriendo mientras me ayudaba a poner de pie, me tomó de la cintura y me dio un pequeño beso antes de girarme.
Sentí como empezó de nuevo a intentar bajar el cierre y duramos unos minutos antes de que pudiera destrabarlo. Lo terminó de bajar y con un movimiento suave pero rápido dejó caer la prenda en el piso. No lo podía ver ya que estaba de espalda a él, pero sentí como suspiró muy cerca de mi espalda y me entraron de repente los nervios, hace mucho no estaba en ropa interior frente a un hombre. Sentí que cogió mi cabello y lo puso a un lado mientras besaba mi hombro hacia mi nuca donde se detuvo de golpe, recordé que había algo allí que había olvidado comentar.
—Eso... ¿eso es un tatuaje? —preguntó con sorpresa—. No sabía que tenías uno, ¿porque lo ocultas?
—Ah sí. El tatuaje. —"¡Cierto! ¡Ese tatuaje!", recordé. —No lo oculto, solo lo olvidé —dije mientras me giré quedando frente a él, me miraba confundido—. Rob, lo que pasa es que me lo hice cuando era una chiquilla y fue en un arranque de locura.
—¿Locura? ¿Por qué?
Vacilé. —No es una historia larga, pero si aburrida —dije.
—Tienes razón. Después me cuentas, tenemos que aprovechar —dijo sonriendo picaronamente mientras me llevaba hacia él—. Te ves hermosa, eres perfecta —susurró en mis labios. Una risa que pareció más bien un bufido salió de mis labios.
—¡Claro que no soy perfecta, Rob! ¿No ves esto? —dije mostrando mi abdomen no tan plano—. Es grasa acumulada, ¿y ves esto? —añadí señalando mi busto—. No se comparan con los de las revistas. ¿Como dices que soy perfecta?
—Pues a mí me encantas, así como estas —aseguró sonriendo con sinceridad—. Eres bellísima, perfecta para mi. No son ciertos tus complejos.
—No tengo complejos Rob. Solo digo la verdad —afirmé—. Además, no es justo...
—¿Como que no es justo? ¿Que no lo es? —preguntó de pronto perdido por el rumbo de la charla.
—¡Pues mírame y mírate! —exclamé—. Estoy en ropa interior y tu aun vestido completamente, estoy en desventaja.
Sonrió y lo atraje más hacia a mí de la chaqueta. Nos besamos y mientras tanto aproveché para quitársela al igual que su camisa mientras él me ayudaba. Luego pasamos al pantalón y al fin estaba él también en bóxer, aproveché que ahora él estaba de espalda hacia la cama y con un leve empujón lo recosté en ella mientras yo igualmente me subía en él. Nos seguíamos besando entre risitas, era increíble que esto estuviera a punto de pasar. A pesar de que era una noche fría nosotros teníamos el calor del otro para calmar la temperatura que a cada segundo subía unos centígrados.
Robert empezó a subir sus manos por mis piernas hasta mis glúteos que acarició por unos segundos, sentí rozar en algunos momentos mi vientre bajo contra su erección separados por la tela que nos cubría mientras seguía su recorrido por mi espalda hasta llegar al borde del sostén que desabrochó rápidamente, este fue a parar a un lado de la cama y al momento que sentí mis senos desnudos hacer contacto con su pecho se me erizó completamente la piel. En un movimiento ligero Robert giró para quedar ahora encima mío y empezar un recorrido con su lengua y sus labios por mi cuello, mi clavícula y llegando a mis pechos donde empezó a besarlos haciendo que estos reaccionaran al contacto con su lengua. Como no encontraba otra cosa a la que agarrarme, enredé mis manos en su cabello que estaba sedoso mientras seguía bajando ahora por mi abdomen y llegando al borde del panty de encaje blanco que llevaba puesto. Besó mi feminidad por encima del encaje haciéndome gemir de nuevo mientras sentí que me empezaba a humedecer. Nuestras respiraciones se agitaban a un nivel demasiado alto y rápidamente se deshizo de lo que quedaba de mi ropa interior dejándome totalmente vulnerable y preparada para lo que seguía. Lo necesitaba, y se lo di a entender.
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En mi corazón (Robert Downey Jr.)
FanfictionLa vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Si, hace parte de una canción. Y si, también suena a frase cliché. Pero, ¿que sucede cuando el destino te envía de frente contra una de las cosas mas increíbles de tu vida? Si Catalina creía que n...