CAPÍTULO 37: ¿PROBLEMAS?

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—¿Cómo diablos entraste Gregory?

El hombre rio. —Tranquila. No pasa nada, no te hare nada. ¿Por qué te alteras?

Respiré con más tranquilidad. —¿Que como diablos entraste Gregory? —repetí—. Me dices ya o llamo a la policía...

—¡Cálmate! Está bien —asintió—. Te aconsejo que cambien ese portero, estaba dormido y fue fácil encontrar la copia de la llave del apartamento.

—¿Sabes qué? ¡Lárgate! Lárgate ahora mismo, estas invadiendo mi propiedad.

—Tranquila, solo quiero que hablemos. ¿Cuantas veces quieres que lo repita? —dijo acercándose a mí, di un paso atrás.

—¿Hablar? Por Dios Gregory, ¿ya viste la hora que es? —repuse mirando el reloj que daba la una de la mañana—. ¡Estás loco! —dije y me devolví a abrir la puerta.

—Quizás, pero te dije que no me voy sin hablar —dijo quedando enfrente de mi casi aprisionándome contra la puerta.

—Y yo... y yo dije que es muy tarde... —tartamudeé.

Vi como sonrió de lado lo que me hizo poner nerviosa, siempre había temido que Gregory se enojara, y la mirada que tenía en esos momentos era un indicio de que se iba a enojar. Estuve a punto de que me diera un colapso nervioso hasta que escuché un pitido.

"Oh no. ¡El monitor!"

Gregory frunció el ceño y miró hacia un lado y otro lo que aproveché para salirme de su alcance. Giró y me miró, vi cómo se rio mientras miraba mi cadera

—¿Es enserio? Catica, no me digas que te agravaste del corazón —dijo de forma burlona, señalando el monitor que había quedado fuera del saco cuando se lo mostré a Rob.

"Dios, ¿Por qué lo vio? ¿Por qué precisamente él"

—A ti no te importa Gregory, ¡lárgate ya! —dije ocultando el monitor, oí como estalló en risas.

—¡Esto es el colmo! Cardióloga y usando monitor para revisar tu corazón, irónico ¿no? —Lo fulminé con la mirada—. ¿Robert lo sabe? Digo, es tu "novio" —dijo haciendo comillas con los dedos.

—Sí, Robert, mi novio, lo sabe —respondí mientras sentía como me hervía la sangre de la rabia que me estaba provocando.

—Confieso que no me esperé eso de que fueran novios —repuso—. Mi ex y mi actor favorito... ¡Ja! No creo que dure —agregó acercándose a mí de nuevo y sonriendo cínicamente.

Respiré hondo sintiendo una pequeña punzada en el pecho, saqué mi celular del bolsillo. —No es tu problema. Lo que si se convertirá en tu problema, es tu invasión a espacio privado —aseguré—. Llamaré a la policía...

—Vale. Ya me voy, no es necesario que seas tan dramática —dijo mientras caminaba hacia la puerta—. Pero pronto nos veremos —agregó guiñándome el ojo, lo miré con rabia a lo que sonrió, abrió la puerta y antes de salir tiró las llaves a un mueble y se fue.

Me senté en un mueble y suspiré. Estaba más tranquila pero no del todo, no me siento segura, y si ya había entrado una vez podría hacerlo cuantas veces quisiera. Decidí que al día siguiente cambiaría la cerradura de la puerta y hablaría con el portero.

Me acosté a dormir no sin antes haber revisado el monitor. Estaba bien, afortunadamente.

DOS SEMANAS DESPUES

Han pasado dos semanas desde aquel domingo en el que le conté todo acerca de mi condición a Robert, y desde que tuve ese horrible encuentro con Gregory.

En mi corazón (Robert Downey Jr.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora