En mi corazón (Robert Downey Jr.)

CAPÍTULO 50: DEAREST BRO

Después de llegar a casa y acostar a Exton, se dispusieron a dormir también ya que el día había sido largo para todos.

Robert estaba ya recostado y pensando en todo lo que había pasado hoy, que no sintió cuando Cata entró a la cama y se recostó en su pecho mirándole con atención. Cuando bajó la mirada y se encontró con sus grandes y expectativos ojos, sonrió por inercia bajando su brazo hacia su espalda y la abrazó dándole un beso en la nariz que arrugó con diversión.

—¿Y qué me dices Rob? —pregunté—. No has dicho nada desde que volvimos del edificio, ¿que tal mis hermanos?

—Creo que estuvo bien —repuso—. Sí, me cayeron bien tus hermanos. Peculiares, pero te quieren mucho.

—¿En serio? —pregunté sorprendida, vi como asintió—. Vaya, a pesar de que son unos... ¿tontos?

Robert rio. —Bueno confieso que la mayor parte del tiempo me tenían colgando de un hilo por no saber si en algún momento Andrés se pararía y me rompería la nariz, pero así son los hermanos. Así son, y sé que los quieres también. Además, tenemos algunos días para conocernos mejor, y si en algún momento él de verdad quiere golpearme espero que eso se le quite después de conocerme bien —repuso.

—No te preocupes Rob, él no es fan de la violencia —aseguré dándole un beso. Hablamos durante unos minutos más y después nos dormimos de la misma forma en la que estábamos acomodados, yo recostada en su pecho sintiendo su mano abrazándome por la cintura.

Al día siguiente salí un poco más temprano del hospital así que recogí a Exton y pasé hacia el estudio de Robert donde quedamos de vernos ya que me invitó a acompañarlo un rato antes de terminar su jornada. Estuvimos charlando y jugando con Exton hasta que entró una llamada a mi celular. Número desconocido. Fruncí el ceño.

—¿Pasa algo? ¿Quién llama? —preguntó al ver mi expresión extrañada.

—No. Bueno es que es desconocido —expliqué.

—Si quieres yo contesto —dijo extendiendo su mano—. Puede ser Gregory.

—No, no te preocupes yo contesto —dije mientras llevaba el teléfono a mi oído—. ¿Si? ¿Kevin? ¿Que? ¿Por qué? —Abrí los ojos con sorpresa—. ¿Una pelea? Si no te preocupes ya voy para allá. —Colgué y miré a Robert que me miraba preocupado.

—¿Que paso? ¿Eran tus hermanos? —preguntó.

—Si, están en la estación de policía —respondí—, al parecer estaban en una pelea y tengo que ir a ayudarlos —dije mientras me paraba de la silla con afán—. ¿Te puedes quedar con Exton?

—No, yo puedo ir contigo —respondió rápidamente poniéndose también de pie.

—¡No es necesario, Rob! Tú necesitas terminar acá, yo puedo ir sin ningún problema.

—Preciso te iba a decir que ya terminamos de grabar. Ya acabé mi trabajo con ellos, así que voy contigo —dijo mientras alzaba en brazos a Exton.

—Está bien, vamos —dije mientras salíamos del estudio hacia la estación de policía.

Llegamos rápidamente y contrario de lo que esperaba me encontré con un panorama muy tranquilo, allí en la sala de espera estaban sentados mis hermanos al parecer esperándome. Me acerqué a ellos.

—¡Dios mío, muchachos! ¿Qué fue lo que paso? ¿Por qué están acá? O más bien, ¿con quién pelearon?

—Estamos bien hermanita, ¡como en un hotel cinco estrellas! Gracias por preguntar —dijo Andrés con sarcasmo. Noté un pequeño morado alrededor de su boca.