—¡Lo siento! —se disculpó Robert rápidamente—. De verdad Cata, siento mi imprudencia, soy un chismoso, no debí entrar aquí —agregó avergonzado.
Relajé mi expresión y sonreí. —No te preocupes. No me molesta... —dije y sonreí aún más al ver como se relajó también—. ¿Chocolate? –pregunte un poco risueña enseñándole las tazas rebosantes del líquido en mis manos.
—Uf, ¡qué alivio! —Suspiró—. Pensé que te molestaría... —. ¡Gracias! ¡Huele muy bien! —dijo recibiendo la taza—. Hmmm y ¡sabe muy rico! —me dijo sonriendo.
—Gracias —respondí—. Y no tendría por qué molestarme, no estoy acostumbrada a mostrar el salón, pero no hay problema. Un día dije que confiaba en ti. Además, no tengo nada que esconder... —agregué sentándome en el centro del salón e invitándolo a que me acompañara.
—Bueno, pues para serte sincero, en un momento pensé que eras algún tipo de psicópata o asesina en serie y guardabas acá todos tus secretos —dijo sentándose en frente de mi—. Me da gusto saber que no es así, que eres bailarina y que no seré tu próxima víctima —agregó conteniendo la risa.
No pude evitar estallar en risas al escuchar aquello, pero, aprovechando la loca suposición que Robert hizo, decidí jugar un poco. —¿Y cómo sabes que no lo soy? —pregunte tratando de permanecer seria—. ¿Como sabes que no escogí ser cardióloga solo por el placer de abrir cuerpos y sacar corazones para mi colección personal que guardo en diversos sitios de este salón? —agregué esperando ver su reacción.
"¡Reacciona, Robert!", pensé, pero no soporté la cara de confusión que trataba de ocultar Robert detrás de una media sonrisa. Reí.
—No soy una bailarina —afirmé.
Su expresión confundida se tornó tensa. —¿Ah no? Entonces... ¿coleccionas corazones? —preguntó con un toque de seriedad.
—¡Claro que no Robert! ¿De qué me crees capaz? —dije intentando parecer enojada. No lo logre. Sonrió y luego se rio. Me reí también al escuchar un suspiro aliviado de su parte.
—¡Solo te seguía el juego! ¿Ya me creíste tan crédulo? —dijo sobradamente— Pero si no eres bailarina, ¿porque tienes un salón de ballet? —preguntó.
—¿Cómo sabes que es de ballet?
—Son cosas que no se olvidan, Cata. Este piso es de parquet, el material usado en los salones de bailar ballet adecuadamente.
Recordé que él bailó ballet cuando era un niño, me critiqué por olvidarlo. —Bailé ballet cuando era una niña, pero por cuestiones de fuerza mayor no seguí —suspiré—. Sin embargo, practico de vez en cuando. No me gustaría perder todo lo que aprendí.
—Mmm ya. Me gusta. Es amplio, cómodo y alejado del ruido... —dijo mientras tomaba un sorbo de chocolate.
—Si. Por eso es que no solo lo uso para bailar. También vengo aquí cuando estoy muy estresada, leo libros, o paso días enteros cuando estoy de vacaciones... Es mi rincón favorito —Dije—. Y aparte de Lucy, mi mejor amiga, tú eres él único que sabe que existe.
—Gracias por hacerme parte de eso –dijo sonriendo, se recostó en el suelo y me invitó a su lado, así que me recosté también—. Cambiando de tema, aun se me hace raro ver que una mujer haya salido de compras y no haya comprado nada.
Sonreí. —No soy una mujer normal —Respondí orgullosa—. Pero aparte de eso, fue que no conseguí nada que me gustara... para el evento.
—Ah, ¿es para eso? No te compliques mucho Cata, ya te dije que con cualquier cosa te verías bien, la belleza no depende simplemente de lo que te pongas —dijo—. A propósito, me gusta tu playera...
Su comentario logró ruborizarme. —Gracias, Robert. Pero no se trata de eso. Es un evento muy importante, va ir gente muy importante, van a ver medios de comunicación, tengo que estar a tu altura... Ya solo falta una semana y no he encontrado nada, todavía me queda mucho donde buscar, pero no tengo mucho tiempo y esta semana estaré hasta el tope ya que es mi última semana de prueba, si acaso tendré tiempo para dormir —dije un poco resignada.
—Entiendo —sonrió—. Y te admiro, eres una mujer muy responsable... Eso hace que me gustes más —dijo.
Robert logró que, una vez más, Catalina se sonrojara. Y Robert reconoció, una vez más, que le fascinaba tener ese efecto en ella. Estuvieron hablando por el resto de la tarde en el salón de ballet, recordaron algunos pasos de ballet juntos y rieron.
El tiempo se pasó volando, la noche llegó y Robert tuvo que marcharse. Se despidieron y prometieron mantener el contacto el resto de la semana antes de evento. La verdad es que a Robert le dejo algo preocupado el hecho de que ella estuviera preocupada por su vestido. No quería que ese día se sintiera incomoda ni mucho menos, así que tomó una decisión que quizá iba a tener buen resultado. Tomó su celular y buscó los dos números que necesitaba, uno no contestaba así que le dejó un mensaje de voz y el otro...
—Por supuesto, Rob. Yo no tengo ningún inconveniente, seguro que ella tampoco, igual espera que te responda el mensaje.
—Gracias Scarlett —respondió aliviado—. Sabia que contaba contigo.
—Rob, siempre cuentas conmigo, y más en un gesto tan especial como ese. Con mucho gusto lo hare.
Robert y Scarlett terminaron de hablar, y quedaron de esperar la confirmación de la otra persona. El actor estaba a punto de dormirse cuando llego un mensaje:
"¡Claro que si Robby! Cuenta conmigo para lo que necesites, hiciste bien en llamar a Scarlett. Nos vemos entonces el miércoles. Cuidate. Att: Gwyneth."
Después de ese mensaje Robert estuvo más tranquilo, Scarlett y Gwyneth le iban a ayudar. Solo espero que su idea marchara bien...
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*Chocolate caliente en Francés.
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¿De que se tratara el plan de Robert?
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En mi corazón (Robert Downey Jr.)
FanfictionLa vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Si, hace parte de una canción. Y si, también suena a frase cliché. Pero, ¿que sucede cuando el destino te envía de frente contra una de las cosas mas increíbles de tu vida? Si Catalina creía que n...