En mi corazón (Robert Downey Jr.)

CAPÍTULO 31: DATE THREE AND...

Estuve hablando con Lucy hasta entrada la madrugada, ella es la persona que más sabe acerca de la relación que he venido llevando con Robert, es mi confidente y consejera.

Se quedó a dormir en mi apartamento por esta noche. Recién se acostó se durmió, en cambio yo solo podía pensar en que hubiera sucedido se ella no hubiera estado en mi casa...

Al inicio odié haberle dado copia de mis llaves. Me picaba la curiosidad y la resignación de no saber qué hubiera pasado, pero ya me lo imaginaba.

Después de dar vueltas en la cama pude dormirme, no sin antes pensar que anhelaba ya la próxima vez que me fuera a ver con él. A pesar que no habíamos programado cuando, lo anhelaba muchísimo. Por mí, no me separaría de él nunca.

Pasaron unos pocos días en los que estuvimos hablando por teléfono, y por mensajes. Me comentó acerca del avance de Indio en su rehabilitación, y que quizás para su cumpleaños número veintidós ya estaría limpio de sus problemas de adicción. Me alegró mucho oírlo tan entusiasmado con el avance de Indio. Es un excelente padre, eso es seguro.

Ayer sucedió algo muy gracioso.

Mientras me dirigía a mi segundo tiempo en el hospital, me lo encontré en un problema de tráfico en pleno centro de la ciudad. Yo estaba en mi auto y él en el suyo. Iba tan distraída, pero reconocí su voz y cuando giré allí estaba él, en el auto del lado. Estuvimos hablando durante mas o menos quince minutos que duró el restablecimiento del tráfico, pero duramos tanto despidiéndonos que casi hacemos otro atasco. No me hubiera importado a no ser porque tenía programada una cirugía dentro de una hora y tenía que llegar temprano a preparar todo. Ese encuentro tan gracioso me terminó de alegrar el día y en la cirugía me fue muy bien. Hablamos de nuevo en la noche durante largo rato.

Al día siguiente amanecí con una emoción que no me explicaba, como si fuera a suceder algo muy bueno en el transcurso del día. Era una hermosa mañana de domingo y hablamos de nuevo por teléfono un par de horas, no programamos ningún encuentro porque me dijo que estaría algo ocupado, así que decidí arreglar mi biblioteca. Después del almuerzo aún estaba arreglándola. Ya estaba terminando de colocar mis últimos libros de la saga de Harry Potter cuando recibí una llamada de él.

—Pensé que tal vez estarías descansando, no organizando, se me hace raro —dijo.

—Bueno, no me gusta quedarme quieta —respondí—. Además, no es algo desgastante.

—Ya. ¿Y tienes planes para el resto del día? —preguntó.

—No. ¿Por qué? —pregunté curiosa.

—Porque aprovechando que me desocupe temprano me gustaría invitarte a salir. ¿Qué dices?

—¿A salir? Bueno... si, ¡claro! Es una gran idea —acepté con emoción.

—¡Perfecto! Entonces paso por ti, quiero que conozcas un lugar, seguro te gustara. Además, tengo algo que preguntarte.

"¿Preguntarme algo?", pensé, "¿Qué será?"

—¿Recogerme? —dude un poco—. Está bien. Entonces, ¿te espero?

—Sí, igual no creo que tengas que esperar mucho, estoy cerca de tu edificio, creo que llegare en diez minutos...

—¿Diez minutos? —repetí—. ¡Vaya! Estas cerca —dije sorprendida.

—Sí, entonces te veo en minutos.

Colgamos. Me emocioné por verlo de nuevo, estaba muy sonriente, pero me preocupé al verme en el espejo y notar que no estaba presentable, bueno no para salir... Tenía 10 minutos para arreglarme y no podía ponerme de indecisa. Corrí a la habitación y me arreglé lo mejor que pude, decidí dejarme el short, en parte porque quería ver que reacción tendría Robert. Justo cuando me estaba poniendo la chaqueta oí el timbre. Cogí el gorro, y fui a abrir la puerta. Sonreí al verlo, estaba casual, pero se veía tan guapo como si estuviera para una gala. Nos dimos un abrazo a modo de saludo y luego nos separamos. Sonreí cuando vi como involuntariamente miró mis piernas, luego me miró de nuevo y al ver que yo lo había visto sonrió algo tímido. Rápidamente sacó su mano de atrás donde la traía algo escondida revelando un arreglo floral de margaritas y dándomelo.