CAPÍTULO 51: NOCHE DE TEMPESTAD

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Durante el trayecto hacia la heladería me dio mucho gusto ver como la situación que se había presentado hacía unos minutos había fomentado la comunicación entre mis hermanos y Robert, aunque la conversación girara en torno de Gregory.

Como mi idea no era escucharlos ni mucho menos, mientras miraba la ventanilla pensaba que por fin descansaría de la carga que ese hombre representaba para mí.

Sé que será algo con lo que obviamente mi memoria siempre contará y mi corazón también, pero ahora puedo estar tranquila y pensar en que no tendré que verlo involucrarse en mi relación con Robert.

Estuvimos durante varias horas en la heladería disfrutando de muchos sabores, me sorprendió ver como de repente se pusieron a jugar a quien pedía más del menú y así estuvimos hasta que nos cogió la noche y decidimos dar un paseo por Hollywood Boulevard.

Dejamos a mis hermanos de nuevo en el edificio y regresamos a casa de Robert justo cuando inició una ligera llovizna. Después de dejar a Exton cómodamente dormido nos encontramos hablando en la cama de la semana que habíamos tenido, ya mañana debía regresar a mi apartamento y extrañaría mucho a Robert. Me propuso quedarme más tiempo, pero inmediatamente se retractó diciendo que mi familia tenía razón y aun era muy pronto.

Decidimos aprovechar la última noche en su casa y como es tan irresistible su coqueta insinuación hicimos el amor, al final, nos dormimos con el suave sonido de la lluvia que prometía prolongarse toda la noche.

***

El sonido de la tempestuosa lluvia logró que Robert se despertará.

Miró el reloj que mostraba las cinco de la mañana. Dentro de un rato amanecería y Cata se iría de nuevo a su casa. Si bien sabía que serían solo unos días, no podía evitar pensar en lo que la extrañaría.

La habitación estaba oscura, solo alumbrada por la luz de la luna que aún no se dignaba a desaparecer entre las cargadas nubes. Cata estaba dormida a su lado y se movió cuando un trueno se estrelló en el cielo con fiereza. La sabana que les cubría se corrió con su movimiento dejando una parte de su espalda desnuda. Robert hizo una mueca al reconocer que la tormenta no le dejaría conciliar de nuevo el sueño.

Otro trueno apareció y ella volvió a moverse. Esta vez la sabana se corrió un poco más y ahora toda su espalda quedó destapada.

Decidido a aprovechar aquellos momentos en los que podía contemplarla, se giró hacia su lado y con su mano recorrió su piel suave, con lentitud para disfrutarlo un poco más. Llegó casi hasta su nuca y un mechón de su cabello apareció, lo quitó.

No quería despertarla, solo quería contemplar la belleza que la tormenta le dejaba observar desde su lado de la cama.

Su mano, reacia a obedecerle, siguió sus impulsos. Bajó por el centro de su espalda y empujó un poco más la manta, sin poder o querer detenerse.

Algo dentro de sus piernas empezó a inquietarse, se inclinó sobre su cuerpo y la besó en el punto exacto donde termina su cuello, allí donde se encontraba su tatuaje.

—Te amo, Rob. —No pudo evitar sentirse un poco asustado al escuchar su voz en medio de los retumbantes rayos en el cielo. Sonrió intentando disipar la culpa de sentirse descubierto.

Giró y quedó debajo de su pecho, mirándole con fijeza. Con sus brazos le abrazó pidiéndole otro beso, pero esta vez en los labios. Él se dejó llevar por su abrazo y aquel beso que se volvió interminable. Mientras la lluvia sigue sonando contra el techo, él siguió deleitándose en ella. Se apoyó sobre su mano izquierda mientras la derecha palpaba su vientre y sus senos.

El beso siguió y su mano sintió como sus pezones reaccionaron buscando la repetición de la caricia. Dirijió sus labios hasta su cuello donde mordió levemente. Del cuello donde estaba dando pequeños besos, bajó hasta llegar a sus senos. Sintió como se retorcía bajo él ante el contacto, le tomó del cabelló y le apretó contra ella buscando mantener el contacto entre su boca y su cuerpo. Gritó pero su grito se opacó por el ruido de la tormenta.

Segundos después, Catalina le tomó por los hombros y le empujó sentándose sobre él. Sin mas preludió se deja caer sobre su miembro mientras que él con sus manos libres, apretó sus pechos en una caricia, y luego fueron a su espalda recorriéndola mientras se mueve. Sus caderas hacían círculos, se detenían, iban hacia adelante y hacia tras, volvían a hacer círculos y pronto fue Robert quien no aguantó.

Dejó caer su cuerpo sobre él y mordió su hombro y su cuello. Siguió moviéndose, hasta que se inclinó y lo besó. Robert aceleró los movimientos de su cintura buscando provocar el final de sus instintos, sintiendo en sus piernas y muslos la avalancha de calambres avisándole que ya casi estaba listo para complacerla, hasta que sintió como caía en su entrepierna el flujo de su cuerpo en el mismo instante que él llenó su interior con el suyo.

Catalina suspiró y se acomodó en su pecho para dormir un poco más antes que el sol saliera y el día llegara.

***

Desperté a eso de las ocho de la mañana porque creí escuchar un sonido en el cuarto de Exton así que me levanté con cuidado de no despertar a Robert al quitar mi pierna de su cadera, sin embargo, solo se movió para quedar boca abajo.

Me puse ropa interior, la bata del pijama y fui a revisar a Exton quien efectivamente había dejado caer uno de sus juguetes, lo acomodé de nuevo y bajé a preparar el desayuno.

Recordé que había evadido un poco mi dieta cardiosaludable así que preparé dos desayunos diferentes, uno para Robert y Exton: tortitas americanas, huevo a la americana y salchichas; y uno para mí: crepe fresca rellena de fruta y un café con leche.

Estaba terminando de hacer los huevos cuando sentí como unos grandes brazos me rodeaban por la cintura y una cabeza se recostaba en mi hombro. Sonreí y apagué la estufa para girarme y encontrarme con Robert recién bañado y las gotas de agua cayendo de su cabello desordenado, una camiseta y unos jeans junto con unos tenis. Se veía increíblemente sexy.

—Uhmmm huele bien —dijo asomándose por encima de mi hombro y mirando el desayuno recién hecho, sonreí.

—¡Oye! No es justo —dije dándole un ligero golpe en el hombro y girándome para servir los platos.

—¿Que? ¿Que no es justo? —preguntó confundido.

—Ya te bañaste y te arreglaste, yo aún estoy en pijama —dije terminando de servir el café y levantando a Exton que acababa de entrar a la cocina y lo puse en su silla, Robert sonrió y después de sentarme se sentó a la par mía mirando mi desayuno diferente al suyo.

—¿Y eso? —preguntó señalándolo.

—Es mi dieta cardiosaludable, no es permanente, pero hace rato la había olvidado —dije empezando a comer, frunció el ceño y luego empezó a comer.

—Sabe muy bien —dijo al probar el desayuno y sonreí de nuevo.

Iba a extrañar esto de desayunar juntos, pero sabía que de todas maneras esto era solo parte de todos los momentos que podíamos vivir.

El tener a Gregory lejos ahora me tranquiliza, sin embargo, a veces los problemas no demoran en aparecer. 


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Bueno, paso por aquí a dejar los capítulos que debo. 

Ayer no pude subir, así que hoy los recompensare en las dos historias que publico ;) 

En mi corazón (Robert Downey Jr.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora