CAPÍTULO 30: DATE TWO

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Aun no podía creer que esto estuviera sucediendo.

Llevábamos ya varios días en esta tónica de salir a conocernos más, hablarnos por teléfono bastante y aun no lo asimilaba. Ya me estaba acostumbrando a Robert y sus halagos, pero aún estaba incrédula. Sin embargo, saber que esta noche nos veríamos para cenar me hacía aterrizar y creer mi realidad.

He estado un poco afanada por terminar mi listado de pacientes que creo que hasta he sacado a algunos corriendo.

Bueno, con tal de que hoy no le dé a Gregory por aparecerse como la última vez todo está perfecto. Todo será perfecto.

Admito que esto de lidiar con periodistas no es muy cómodo, pero después de que Robert y yo diéramos una versión de lo que estaba sucediendo las cosas han estado soportables.

Mis colegas preguntan demasiado al igual que mis vecinos, sin embargo, respeto su curiosidad y ellos respetan mi discreción, alguien quien sí ha estado a punto de sacarme los estribos ha sido Lady con sus comentarios imprudentes tales como que Robert solo está conmigo por diversión, que Robert está confundido y que me votara en cuanto se recupere, o cosas como que yo estoy interesada en su fama y dinero. He tenido que contar hasta mil para no ponerla en su sitio, pero si vuelve a salir con esas, quizás no lo soporte.

A pesar de que intente salir temprano no lo logre y no alcance a cambiarme de ropa así que llegaría a mi cita con ropa que no me hubiera gustado llevar, sobre todo mi cabello, era de esos días en los que casi no lo pude controlar. Como tampoco quería retrasarme salí corriendo del hospital con la ya no sorpresa de encontrarme periodistas a la salida. Con un simple "ya Robert y yo lo aclaramos" me los quité de encima, me subí al auto y me dirigí a mi cita con el hombre de mi vida.

***

Robert llegó al restaurante donde habían quedado de verse, escogió una mesa cerca de un ventanal que daba a la calle y pidió una botella de vino tinto mientras Cata llegaba.

Miró su reloj y eran las 6:45 pm. En eso vio como ella llegaba, se estacionaba al otro lado de la acera y pasaba corriendo la avenida.

"¿Cómo es que no se caen con esos zapatos?, se preguntó, ¡Mujeres!"

Solo con verla desde el restaurante, sintió como la emoción se apodero de él y sonrió sin poder evitarlo. Llevaba un vestido a cuadros negros y blancos que se adhería a su cuerpo, su cabello cayéndole por la espalda recogido levemente en los laterales y zapatos rojos de tacón. ¿Cómo hacía para verse siempre bien?, se preguntó al verla. No lo sabía, era algo natural de ella. Y él... vestido como si fuera a quedarse todo el día en casa.

Catalina entró al restaurante y le ubicó rápidamente con la mirada, sonrió y se acercó, Robert se puso de pie rápidamente y se dieron un corto abrazo. Le acomodó la silla para que se sentara y ella le sonrió en agradecimiento. Rompió el silencio.

***

—¿Lo haces para provocarme? —preguntó, me sorprendí—. Los labios, rojos, ¿los traes así para provocarme? —volvió a preguntar expectante a mi respuesta.

—Ahm... No, no ¿cómo crees? Normal —respondí intentando parecer segura. La verdad es que, si me los pinté a propósito, su pregunta me había desarmado así que decidí intentar desarmarlo yo también. Me mordí el labio inferior y lo solté suavemente. Sonreí al ver como se reacomodó nervioso en su silla.

"Bien", me felicitó mi subconsciente.

Robert no se esperaba aquello. —¿Ah no? Pensé que lo hacías a propósito —repuso.

En mi corazón (Robert Downey Jr.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora