CAPITULO 4: EMOCIONES

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-¡Oh por Dios! –dije emocionada casi gritando y tartamudeando- Tu eres...¡tu eres Robert Downey Jr!

-Si soy yo, pero te agradecería que no hablaras muy fuerte –dijo mirando alarmado a su alrededor-.

Tal parece que nadie lo había reconocido, "imposible" –pensé, pero su voz interrumpió mi mente y siguió hablando.

-¡Se me cae la cara de vergüenza! ¡Pero que torpe soy! –dijo mirando mi vestido arruinado- ¡Discúlpame! No era mi intención, mira como deje tu vestido.

Yo seguía en shock. -No, no se preocupe, es solo un vestido –"Ahora si no importa el vestido"-reclamo mi subconsciente, lo ignore- Oh por Dios no lo puedo creer, ¡si es usted! Esto parece mentira –dije emocionada de nuevo.

Me sonrió tan perfectamente (como solo él sabe), que en ese instante mi respiración empezó a acelerarse al igual que mi ritmo cardíaco. Note entonces como su bella sonrisa se esfumo y de repente en su cara se vio preocupación.

-Estas...¿estas bien? –pregunto preocupado- Estas muy agitada y pálida. ¿Quieres que vayamos a un hospital? Debería...debería revisarte un doctor –dijo seriamente.

Sonreí pensando en lo tierno que era -No –dije aun agitada- No...no te preocupes. Es solo...solo una taquicardia –dije 'tranquila'.

-¡¿Una taquicardia?! –Dijo aún más preocupado- Si, ¡hay que llevarte a un hospital!

-No...no te preocupes, de verdad –dije todavía agitada- "Estúpida taquicardia" –pensé.- Yo soy cardióloga... -respire- Mira ya estoy mejor, además creo que la reacción es normal: soy fan tuya desde los 16 años. ¡Esto es increíble! –sonreí

Su expresión se relajo- Ah bueno. Me asuste –sonrió y miro de nuevo mi vestido, lo que hizo que dejara de sonreír- ¡Dios! Mira ese vestido, de veras no sabes cómo lo siento.

-Ay ya no más -reí- De verdad no pasa nada, ¡es solo un vestido! Seguro tiene arreglo –repuse. "Ojala lo tenga" –replico mi subconsciente.

Robert sonrió de nuevo. "No pues si sigues sonriendo de esa forma, estaré de taquicardia en taquicardia" –pensé.

-Entonces déjame recompensarte mi torpeza –dijo-. Permíteme invitarte una copa de margarita como la que tire.

-... -"¡Oh Dios! ¡Robert Downey Jr. me invita a una copa! –pensé- Reacciona Cata, ¡dile que sí!" Uhmmm bueno... no es necesario...

-Insisto –dijo.

-¡Ok! –Respondí emocionada- Creo que sería muy tonta si le niego una copa al mejor actor.

Robert sonrió. Nos dirigimos juntos a la barra y mientras caminábamos la cantidad de gente de la pista me apretujaba y me hacía tropezar pero me estremecí al sentir la mano de Robert levemente puesta en mi espalda baja para impedir que me cayera. "¡Dios! Creo que me desmayare" –pensé.

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Y si era él. 

Oficialmente, aquí empieza esta historia. 


En mi corazón (Robert Downey Jr.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora