CAPÍTULO 60: MOTHER'S HEART

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En un momento me preocupé, sin embargo, al momento lo vi jugando de nuevo así que me tranquilicé. Nos despedimos de todos y después volvimos de regreso a L.A., me sorprendió un poco ver que Allyson se llevaría a Exton.

—Pensé que Exton se quedaría contigo —repuse.

—Si, pero no todavía —respondió—. Solo hasta que Susan se vaya a ir a su viaje de bodas.

Fruncí el ceño. —¿Acaso no se va hoy? —pregunté.

—No —respondió—. Está terminando de organizar un proyecto que va a empezar el otro mes, creo que se va a mitad de semana, el miércoles.

Al llegar a L.A. Robert me dejó en casa. Ese domingo fue tranquilo, sin muchas cosas. Me reuní con él para cenar en mi apartamento y luego nos vimos una película que daban en la televisión, un clásico: Edward Scissorhands o El joven manos de tijera con Johnny Deep, de mis favoritas. Me dijo que algún día me lo presentaría luego de que le contara lo mucho que me gustan sus películas.

La semana empezó y con lo tranquila que iba nadie esperaría que algo podía andar mal.

El lunes después de mi día laboral fui a cenar a casa de Robert y me encontré con que Susan ya había llevado a Exton, así que después de la cena jugamos los tres con las figuras de lego en medio de la sala. Sentí a Exton de nuevo con algo de fiebre y le comenté a Robert quien se alarmó un poco, le di algo de ibuprofeno aprovechando que había en la casa y lo acostamos.

Al día siguiente me desperté temprano ya que mi día empezaría una hora antes. Me arreglé poniéndome un pantalón negro de tela estampado con flores, una camisa blanca manga larga y unos zapatos de tacón negro. Robert terminaba con el desayuno, y luego él se arregló mientras yo desayunaba. Después fui a revisar como había amanecido Exton, entré a la habitación y abrí gradualmente las cortinas, me acerqué a su cama y lo encontré aferrado a sus cobijas. Me acerqué más y pude ver que aún estaba con las mejillas rojas y los labios agrietados, lo que me hiso preocupar así que me asomé a la puerta y llamé a Robert.

—¿Que paso? —preguntó aun terminando de secar su cabello—. ¿Exton está bien?

—Aun no le baja la fiebre —repuse—. Y mira como tiene aferrada la cobija —agregué intentando quitársela, Robert se acercó rápidamente y vi como su cara se transformó en preocupación, tiró su toalla a un lado y con suavidad, pero firmeza le quitó la cobija haciendo que se despertara.

—Exton, hijo, ¿estas bien? —preguntó haciendo que el niño terminara de abrir los ojos, vi como Robert se sobresaltó y me preocupé más al ver sus ojitos rojos—. Dios Cata, ¡mira sus ojos! Exton, ¿que tienes?

—Si, ya los vi —dije mientras sacaba rápidamente del bolso el termómetro y lo ponía dentro de la camisa debajo de la axila para tomarle la temperatura, al cabo de un par de minutos lo saqué y lo revisé, miré a Robert quien estaba a la expectativa—. Cuarenta y un grados, Robert —dije preocupada.

—¿Eso es muy alto verdad? —preguntó a mi lado—. ¿Demasiado?

—Si, esto no está bien —dije quitándole las medias, mire las plantas de sus pies y luego las palmas de sus manos y estaban rojos y algo hinchados, creo que ya sabía que tenía y no me gustaba para nada, Robert me miraba ansioso—. Robert ayúdame a quitarle la camisa por favor...

—¿Sabes que tiene? —preguntó, mientras quitaba la camisa del bebe revelando erupciones a nivel del pecho y vientre— Es... ¿es varicela? ¡Pero si ya la tuvo! —preguntó mirando estupefacto.

—No, no es algo tan simple —dije teniendo casi un diagnostico en mi cabeza, pero deseando que no se tratara de lo que pensaba.

—¿No es algo tan simple? ¡Como que no es algo tan simple! —casi grito mientras yo abría la boca del niño mirando su lengua con un revestimiento blanco, como manchas blancas "Si, lengua de fresa, lo que me esperaba", pensé, le mostré a Robert y me miró de nuevo con una expresión de miedo en su rostro—. ¿Qué es? Por Dios Catalina, ¿qué es?

En mi corazón (Robert Downey Jr.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora