CAPÍTULO 74: NUEVE MESES

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—Cata... Espera... —dijo, ella se detuvo y giró—. No... no lo sabía, lo siento de verdad. Sabes que si lo hubiera sabido no le hubiera hablado así.

—En ninguna circunstancia debiste haberle hablado así. Fernando tuvo una infancia difícil, no conoció a su padre y su único hermano murió cuando era un adolescente, si no hubiera sido por su beca nunca hubiera llegado donde esta y ahora la única persona que tiene se muere —dijo, él permaneció en silencio, había sido un exagerado quizás, pero había sido sin querer, luego se acercó a él—. ¿Hace cuánto te dijo lo que te dijo?

—Hace ya unas semanas, aunque desde antes lo sospechaba por la forma en la que te miraba, en la que te hablaba, en la que te trataba —respondió—. ¿En serio no lo notaste?

—No, Fernando se ha caracterizado siempre por ser así de... así como es —repuse—. Creo que por eso no lo sospeché, pero si lo llegué a temer. —Sacudió la cabeza—. No lo puedo creer.

—¿Por qué no? ¡Eres una mujer maravillosa! ¿No recuerdas la vez en la que te dije que me gustabas? —preguntó, ella asintió sonriendo—. ¿No te dije que de ti se podría enamorar cualquier hombre?

—Sí, lo recuerdo —dijo sonriendo—. Robert, ¿acaso no confías en mí? —preguntó segundos después.

—No, no es que no confié en ti —respondió rápidamente—. No confió en él —aseguró, se dio un silencio largo hasta que por fin habló.

—Hablaré con él —dijo de repente.

—¿Que le dirás?

—Arreglaré esto de una vez Robert —respondió—. Por el bien de todos —agregó al tiempo que se giraba y salía de la casa dejándole con la palabra en la boca, rápidamente se asomó por uno de los ventanales intentando ver qué pasaba.

***

—Cata, dime que no pasó nada grave —pidió Fernando poniéndose de pie.

—No, pero tengo que hablar contigo —dije pensando las palabras adecuadas, asintió—. Siento de verdad la perdida de tu madre, pero necesito saber acerca de lo que Robert me contó que ustedes hablaron hace unas semanas en Londres.

—Sé a qué te refieres Cata, y todo es cierto —respondió—. Lo siento, no quería que eso pasara... supongo que me dio nostalgia verte de nuevo, sabes que en ese entonces quería que lo nuestro funcionara.

—Bueno, tampoco quería que esto pasara —aseguré—. Te imaginaras además que esto se traduce en una situación no muy cómoda para nadie, y lo que menos quiero es que esto complique más las cosas... ¿sabes a lo que me refiero?

—Claro que sí, lo sé perfectamente —respondió—. Debo irme, perdona por provocarte disgustos con Robert, él te ama.

—No te preocupes —afirmé—. En todo caso, perdón por decirte todo esto en un momento tan difícil... sé cuánto amabas a tu madre.

—No es culpa de nadie Cata —respondió—. Creo que lo mejor que puedo hacer ahora es dedicarme a lo que se hacer: ayudar personas. Solo te pido que te cuides mucho... A ti y a esa bebe que pronto va a nacer, también cuida de tu matrimonio y pídele disculpas a Robert de mi parte.

—Bueno, tú también cuídate mucho por favor —respondí mientras me acercaba para abrazarlo, nos separamos y con un pequeño beso que dio en mi mano se fue.

Suspiré mientras le veía marcharse y entré de nuevo a casa buscando a Robert a quien encontré en la que será la habitación de nuestra niña.

En mi corazón (Robert Downey Jr.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora