En mi corazón (Robert Downey Jr.)

CAPÍTULO 38: ALL WE NEED IS...

—Yo... Ehmm... Ahmmm —tartamudeó. No sabía cómo decirle o que decirle, así que dijo lo primero que se le ocurrió—. Lo siento... —Robert observó cómo Cata sonrió de lado, pero no fue una sonrisa grata, sacudió la cabeza—. Como... ¿cómo te enteraste? —preguntó—. ¿Susan te lo conto?

—Sí, ella me lo contó

—Debí imaginármelo —Robert se enojó—. ¿Así que te buscó? ¡Cómo se atrevió!

—No, no me busco, me la encontré de casualidad hoy en el almuerzo —respondí recordando aquel encuentro.

~ ~ ~

El almuerzo que me programaron resultó muy bien. Estuvimos hablando de implementar nuevos recursos para el área de cardiología que les sentaran muy bien a los pacientes. Terminamos de almorzar y antes de irme decidí ir al baño. Entré y justo iba saliendo una mujer que reconocí inmediatamente como Susan, la ex esposa de Robert. Me sorprendí un poco, pero mi sorpresa fue mayor al ver su reacción.

—¿Tu eres Catalina verdad? La cardióloga y novia de Robert —Asentí—. ¡Que gusto conocerte nena! He escuchado tanto de ti —dijo sonriendo.

—¿Ah sí? —pregunté incrédula—. Oh, el gusto es mío señora... Levin... —dije estrechando su mano, sentí como su sonrisa se esfumo un par de segundos, pero de inmediato volvió a sonreír.

—Oh por favor, dime Susan, sé que no soy una nena como tú, pero tampoco soy tan vieja —sonreí un poco incómodamente. Susan siempre me había parecido una gran mujer, y creo que muchas personas estamos agradecidas por lo que logró en Robert. Sin embargo, ahora que la tenía frente a mi sentí algo de temor, esta mujer inspiraba mucho respeto. Sentí como su mirada me recorrió rápidamente de arriba hasta abajo y más incómoda me sentí. —¡En fin! —fin dijo—. Tengo muchos amigos que han estado bajo tu cuidado y hablan maravillas de ti, al igual que Robert.

—Muchas gracias —aseguré.

—De nada nena —"¿Por qué me dice tanto nena? Esto no me gusta", pensé—. Sobre todo Robert, él me habló muy bien de ti la vez que nos encontramos

"¿Robert y Susan han hablado de mí? ¿Cuándo?", me pregunté.

—Mmm ya. ¿La vez que se encontraron?

—Sí, hablamos un buen rato aquel día en el que tú estabas en Colombia. ¿No lo sabias? —preguntó con curiosidad.

En ese momento me preocupe en serio. ¿Robert y Susan habían hablado de mí, y él no me lo había dicho? Ni siquiera me había dicho que la había visto mientras yo estaba en Colombia. No quiero parecer una persona celosa o posesiva, porque sé que ella es su exesposa y la madre de su hijo, es normal que se vean. Pero si hablaron de mí, creo que si me incumbe.

Allí estaba Susan mirándome muy atenta a lo que fuera a decir, su sonrisa no me gustaba para nada, y tampoco lo que estaba a punto de hacer.

—Sí, si lo sabía —apresuré a contestar—. Solo que como Robert y yo hablamos de tantas cosas se me olvidó que habíamos hablado de eso

—Bueno, no hubiera sido buena señal si te lo hubiera ocultado —repuso—. Como sea, me tengo que ir ya me están esperando. Fue bueno conocerte nena, salúdame a Robert.