Capítulo 1

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Cerré la puerta con un estruendoso golpe, para luego arrojar las llaves lejos de mi punto de vista. La ira me consumía, y eso aumentaba mi fuerza. Aseguraba haber sentido una brisa fuerte que chocó contra mi espalda gracias a el portazo que dí unos segundos atrás.

Corrí a la escalera, subiendo a mi habitación con unas fuertes pisadas en cada uno de los escalones. También eso generó el suficiente ruido como asustar a cualquier vecino. Pero estaba más que enojada, sentía unas ganas indescriptibles de romper cualquier cosa Masisa que se me interpusiese en mi camino, solo para descargar mi ira, rabia y cólera contenidas en mi interior.

Entré en mi habitación dando mi segundo portazo, y sin pensarlo dos veces, me tiré, en todo sentido de la palabra, a la cama hundiendo mi rostro en los almohadones lilas rellenos de plumas.

Aún no podía aclarar mis pensamientos. Eran un remolino de imágenes, palabras, tanto que me mareaba hasta cerrar los ojos y pensar en algo concreto.

Suspiré.

Al cabo de un segundo, escuché un golpe en mi puerta. No quería contestar, más aún, sabiendo quién quería entrar en mi cuarto. Sin embargo, tocó una vez más, con unos golpes aún más fuertes en una seguidilla de toques en la madera de la puerta, que logró alterarme demasiado.

Con un bufido, me levanté y abrí la puerta.

Se me hizo un nudo en el estómago. Sabía que era él el que llamaría a la puerta de mi habitación, pero sentí una mezcla de arrepentimiento y furia a la vez. Él no tenía la culpa de mi comportamiento. Pero mi comportamiento tampoco tenía nada que ver con él. Aún así, verlo parado allí, con las manos en sus bolsillos delanteros, los músculos de sus brazos contraídos por la presión, su mandíbula en un movimiento constante a causa de un chicle, y sus ojos verdes clavados en mí, fueron causa de darme aún más intensidad a la situación.

-¿Qué quieres?

-¿Por qué actúas así?-susurró.

-Harry, sabes perfectamente que me dolió que se fuera.

-Eso tenía que pasar...

Sus ojos, se quedaron sujetos a los míos. Mantuve la mirada, aun que no pude evitar las ganas de reírme. Aún así, con fuerza en mis comisuras de los labios, pude contener el impulso de reír. Era inquietante el hecho de que el no movía los ojos, y lo peor, el color de sus ojos era demasiado profundo. Sentí que mis ojos se secaban, sentía el aire frío y no aguante más. Pestañee.

-Perdiste...-sonrió orgulloso.

-Está bien, puedes pasar.

(...)

Lo admito. Actué como estúpida. Pero cuando alguien actúa por impulso, suele actuar como una imbécil, sobre todo yo. ¿Por qué actuamos por impulsos? Aún..., es un misterio.

La cama se hundió a mi lado, y Harry quedó a la par mío, observando el techo de mi habitación, como yo hacía. Solíamos entretenernos con las estrellas pintadas en lo superior de nuestras cabezas, que quedaron allí desde que tenía unos 9 años, cuando decidieron pintarlas. Jamás reclamé que las cubriesen con nueva pintura, eran parte de la esencia de mi habitación, y una de las razones por la que de pequeña lograba dormir por las noches.

Harry apoyó su mano sobre la mía, dejando nuestros dedos perfectamente encima del otro, y en un solo movimiento, entrelazamos las manos. Me miró.

-________, ¿sabes que era lo mejor, cierto?

-Sí, pero..., podía terminar la preparatoria aquí, y yo...

-No- me interrumpió.- Él tenía que ir, podría haber perdido su beca completa al quedarse a terminar aquí la preparatoria.

-Pero, sí esa universidad lo quería allí sí o sí. Podrían esperar un año.

-Esto es un poco egoísta de tu parte, ________. Ésa universidad está en New York, es una de las más importantes y requeridas a nivel mundial. Muchos otros estudiantes podrían haber entrado, Logan tuvo suerte, y esas oportunidades no se pueden desperdiciar... Él luchó por esa beca completa.

-Él es mi hermano, Styles, puedo extrañarlo.

-No dije que no podías extrañarlo. Pero..., -bufó.- Él tiene un gran futuro. Él tiene esas oportunidades. ¿De verdad dejarías que se quede en Londres, donde estamos estancados en unas posibilidades inexistentes?

-Em, yo...

-No-respondió por mí.

Suspiré. Tenía razón, después de todo, él había pasado toda su adolescencia estudiando y dejando de lado las fiestas juveniles sólo para aprobar cada examen en la preparatoria. Él había sacrificado mucho solo para lograr una beca, y lo logró. No podía permitir que mis patéticas emociones irrumpiesen en su destino, y menos, suponiendo que tenía una de las más imposibles oportunidades. Tampoco dejaría que se quedase en Londres. Un lugar humero, lluvioso, casi siempre nublado, antiguo, gente testaruda, olor a café en las mañanas y, por supuesto, mi hogar.

My Trouble (Harry,Louis&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora