My Trouble (Harry,Louis&Tú)

Capítulo 33.

Capítulo 33.

Miré a Harry aún dormido. ¿En qué soñaría? ¿Con quién? Pero eso no era lo que quería saber. Quería saber qué le sucedía... si era sobre mí, si yo era la razón, o algo que influía en su actitud. ¿Por qué me lo preguntaba justo en ese momento? Porque no soportaba que estuviera tan alejado de mí... no lo aguantaba.

Lo sacudí un poco, levemente. Él gruñó, y susurró mi nombre. ¿Cómo sabía que era yo? 

-Nena, para -susurró, con la voz grave que me erizó los pelos.

-Tenemos que hablar.

-¿Sobre qué? 

Sabía que hablaba dormido. No me prestaba atención. Suspiré, me subí sobre él, y vi cómo jadeó, con un gruñido. Puso sus manos sobre mi cadera, y abrió por fin sus ojos, clavándolos en los míos.

-Te dije que tenemos que hablar -espeté.

-Y yo pregunté sobre qué -contraatacó.

-Y yo respondo: sobre tu comportamiento.

Él frunció el ceño. Se incorporó lentamente, y rodeó mi cintura. Sus ojos verdes tenían las pupilas dilatadas. El silencio nos rodeó, mientras no quitábamos los ojos el uno del otro.

-¿Qué he hecho ahora? -susurró.

-Sé que revisaste los mensajes que Louis me envió.

Él se tensó. Lo había visto aquel mismo día. Harry me avisó que no volvería conmigo, que la clase de gimnasia fue suspendida. Fue allí cuando vi el mensaje de Louis, diciéndome ''Hasta mañana, bebé''. No lo había leído, lo sabía perfectamente. Y me di cuenta... Harry lo había leído. No podía explicar cómo me sentí, pero sí podía decir que quería romperle la cara. Harry jamás había sido sobreprotector a lo excesivo, pero tampoco entendía por qué no quería a Louis. No le había hecho nada, sacando la paliza que recibió tiempo atrás que él mismo provocó.

-Lo siento, yo...

-¿Pero por qué, Styles? -me levanté y lo miré enojada.

-Porque... -bajó la mirada, y me dieron ganas de golpearlo.

-¿Sabes? No tienes ninguna razón, no sé por qué no te cae bien. No estás obligado a tratarlo como a un mejor amigo, pero al menos no arrojarte encima de él en medio de la cafetería -le recordé, fríamente.

-¿Y por qué te esfuerzas tanto en que me caiga bien? -dijo, furioso.

-¡Porque eso influye en mí! ¡Él es mi amigo!

-¡No, no lo es! ¡Yo soy tu amigo, _________! -levantó la voz, sacado de quicio-. ¡Y que yo sepa, ese mensaje que te mandó, no sonó como una invitación de amigos!

-¡Admitiste leer mis mensajes! -lo señalé con el índice, amenazante-. ¡Y tampoco te importa si no es de amigos o no!

-¿Te gusta? -preguntó derrepente, entre sorprendido y herido-. ¿Tienes algo con... él?

-No, no te importa -dije, indignada-. Y...

-Sí, sí me importa -me interrumpió, y se levantó, quedando frente a mí-. No vayas el sábado con él -rogó.

-¿Por qué? -lo fulminé con la mirada-. Sí quiero ir.

Pude ver el dolor en los ojos de Harry. Aún no discutíamos el por qué a su comportamiento, sólo terminamos peor. No entendía por qué no quería que valla. Yo... no paraba de recordar cómo disfruté aquel beso con Louis. Su sonrisa me encantaba. Me gustaba, sí, de algún modo lo hacía. Y sí quería ir el sábado, estaba ansiosa por ir. Pero..., ¿qué le pasaba a Harry? ¿Por qué no quería que vaya con él?

-Te lo pido por favor, nena -posó sus manos en mis brazos, y apretó éstos suavemente, cuando sus ojos se llenaron de lágrimas. ¿Qué mierda le pasaba a éste?-. No vayas.