Capítulo 59.

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Capítulo 59.


Cerré la puerta detrás de mí, sabiendo que debería estar feliz. Lo estaba, en realidad. Aunque sonara una tontería, me alegraba no haberme peleado con Harry finalmente. Terminamos de ver la película, merendamos, dormimos abrazados una siesta, -aunque seguía sabiendo que él seguía algo molesto-, y me despedí de él, mientras él me dejaba un último beso en la cabeza, y se encerró en su casa.

No quería razonar nada, porque terminaría confundiéndome otra vez. Estaba bien con Louis, y con Harry, así que decidí dejar todo de lado, y me centré en el momento.

-¡_________! -me saludó mi madre-. ¿Dónde estabas?

-Con Harry -respondí-. ¿No te llegó ningún mensaje?

Mi madre negó con la cabeza, y yo me disculpé.

Me dirigió a la cocina, dispuesta a hablar mientras ella terminaba de cocinar la cena. Tenía hambre ciertamente, por lo que no me negué.
Me senté frente a la mesa central, que en realidad era como un cuadrado con mármol en su superficie, con la misión de dejar guardar en sus costados de madera llenos de cajones utensilios de cocina.

-Oye -musitó mi madre-. Me he dado cuenta... Bueno, he visto que... Es decir, te he visto muy cerca de ese chico, el nuevo en el barrio... ¿Tomlinson puede ser? Bueno, ése. ¿Qué puedes decirme? Me parece un buen chico, linda, pero... dímelo tú. ¿Qué crees que...? 

Continuó hablando, pero no la escuché.

Me sentí culpable, porque ya no pasaba tanto tiempo con ella, y no porque ella no pudiera. No tenía trabajo por ahora, lo que significaba que tenía tiempo para mí, pero yo me la pasaba de un lado al otro, centrada en estupideces adolescentes mientras ella estaba en casa. Mientras ella creía que apenas conocía a Louis, yo lo conocía hace meses, era compañero de la escuela, lo había besado más de una vez, y me había ido más de ahí. Era, por supuesto, la peor hija de todas, y la peor amiga. Hacía todo mal, y yo que no quería pensar en nada...

-Estamos saliendo, mamá -susurré, avergonzada de mí misma.

Ella dejó el cucharón de madera a un lado, y se volteó para mirarme intensamente. Su boca demostraba cuán sorprendida estaba, y me sentí todavía peor.

-¿En serio? -preguntó-. Bueno, eso es... estupendo -respondió, recuperando la compostura-. Y, ¿es un buen chico?

No, no sabía si estábamos ''saliendo''. Pero, supuse, que con lo que pasamos... tal vez era algo más. Pero la pura realidad, era que me parecía cada vez más a Alison: me sentía una cualquiera. Seguramente, solo había sido algo de una noche, no lo sabía, porque él nunca había declarado que éramos novios... Aunque, creo, que me asustaría ser su novia. Porque... lo primero que se me cruzó a la cabeza a pensar de esa manera era que era algo bueno, estupendo, lo quería, pero se me cruzó, también, algo por la cabeza de forma incorrecta... ¿Harry? 

-Sí -afirmé-. Es un buen chico... 

-Bueno, me alegro por ti... ¿Qué haremos para navidad? -cambió de tema-. Faltan un par de días, sé que vamos a hacer, pero... ¿qué quieres? Pensábamos con Anne, en celebrarlo en su casa, ya que ella también estará sola con Harry, así que... No lo sé.

-Sí, con Harry sería genial.

-Y tal vez -comenzó rápidamente-, podrías invitar después de medianoche a ese chico tuyo, ¿qué te parece?

Sería raro, tanto para él, para Harry y para mí. Además, la navidad se pasaba en familia, y seguramente él estaría toda la noche con su familia. Así que, lo excusé al instante.

-¿Podrías ir mañana a comprar cosas para la fiesta? -pidió.



(...)



Todo era de segunda mano, muchos eran de mala calidad, y tenían un precio poco aceptable. Salimos de esa tienda, mientras la gente se movía al rededor nuestro, hambrientas por comprar cosas.

El frío que mostraba Londres era algo normal, era navidad, por lo tanto, invierno. Aquí nunca nevaba, y si lo hacía, era relativamente poco y se derretía al instante. Aún así, prefería que lloviera con un frío penetrante, lo cual, no sería raro que pasara.

-Nena, ¿sabes qué quería que compraras?

-No, todo menos el árbol, supongo que tu madre tiene uno.

Harry asintió.

Pasó su brazo por mis hombros, caminando a mi lado, apegado a mí. No era un problema porque el frío era demasiado fuerte. Su calor se clavó en mí de la misma forma que lo hizo su sonrisa. Él estaba contento, le encantaba pasar la navidad junto a mí, y a mí me pasaba exactamente lo mismo. 

Caminamos por el centro de Londres, lleno de tiendas que no paraban de vender cosas de color rojo y verde en su preferencia. Todo parecía mágico, más con Harry a mi lado. Él traía puesto un saco largo negro, unos jeans rotos y unas zapatillas comunes. Su rostro... bueno, igual que siempre: pelo removido y una destructiva sonrisa que podría carcomerte al instante si así él lo quería. Pero, por supuesto, su sonrisa era dulce y tierna, tranquila. 
Entramos a una tienda grande, pensando en comprar algún regalo a nuestras madres. 

Por suerte, no había tanta gente dentro de aquella tienda decorada hasta los vidrios por la navidad. Harry supo al instante qué comprarle a Anne, él era un hijo demasiado atento y apegado a su madre, por lo que sabía qué comprarle, y otra vez, me sentí estúpida por no saber nada sobre mi madre en los últimos días.

-Cómprale algo personal -intentó-. ¡Ya sé! ¿A ella no le gusta escribir? -Asentí-. Cómprale un equipo de escritura, por aquí he visto uno...


Terminamos con los regalos, y nos centramos en la decoración. No sabíamos qué comprar, por lo que Harry llamó a Annie. Ella dijo que no había que comprar más, ella tenía todo.

-¿Qué? -pregunté fastidiada.

-Seguramente tu madre quería que compraras los regalos -susurró Harry.

-Sí, eso parece -dije, enojada.

Él soltó una risita tierna, y entrelazó nuestros dedos, dejándome ver su hermosa sonrisa tranquilizadora.

-Nena, no te enojes, fue un hermoso día.

My Trouble (Harry,Louis&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora