My Trouble (Harry,Louis&Tú)

Capítulo 90

(Narra _________)

Había esperado todo el día para verlo. Estaba ansiosa, aunque trataba de ocultarlo. Él se encontraba junto a mí, mirando por la ventana el jardín triste de mi madre, pero a lo lejos se veía el hermoso Londres, frío y solitario. En cualquier momento llovería, y lo cierto era que no podía quejarme. Londres era perfecto para mí. Me levanté. Harry salió de su trance y me clavó la mirada.

-¿Adónde vas?

-A darle de comer a Scott.

-¡Scott! -exclamó Harry-. No lo he visto más.

-De acuerdo, ven. -Le tendí la mano, y lo ayudé a levantarse, aunque no apartó sus dedos de los míos-. Está más regordete -dije con ternura.

Mi amigo sonrió mirándome fijamente, pero luego apartó la mirada. Caminamos escalera abajo, él detrás de mí, en paso rápido. Eché una mirada veloz a la sala, al jardín y a la cocina, pero Scott no estaba por ninguna parte.

-¿Está todo bien? -preguntó Harry, escrutándome con la mirada.

-¡Scott no está! -chillé.

Lo empujé, sacándolo de la cocina. Le rogué que me ayude a buscarlo, pero él se limitaba a reírse de mí.

-¡No encuentro a Scotty y te mato!

-¿Es mi culpa que no esté? -dijo entre risas.

-No, ¡pero ayúdame, joder!

Harry soltó una carcajada.
Él siempre era así. Mientras que yo me arrancaba los pelos con las manos, él se mostraba tranquilo y lógico en las situaciones. Podría decirse que actuaba de una forma inteligente, aunque estaba siendo un estúpido en ese momento. No sabía qué hacer. Scott podría haberse escapado. Era un pequeño gatito, ¿dónde podría haber ido? Mi madre me mataría, ella también lo apreciaba. A pesar de que al principio no quiso acogerlo, luego se fue suavizando. ¿Quién no lo haría? ¡Era adorable! Incluso Harry lo quería. Siempre lo buscaba, aunque en los últimos días no lo había visto. ¿Acaso había escapado hace unos días y yo no me había ni enterado?

Corrí escaleras arriba dejando a Harry en la sala. Entré en mi habitación y miré por todos lados. Abrí el armario y revolví la ya desordenada ropa. Corrí al baño y busqué hasta detrás del inodoro, en el canasto de ropa sucia, pero no estaba allí. Salí del baño y miré debajo de la cama. Solo había, y admito, algo de suciedad, y una caja de zapatos. La cogí, preguntándome qué sería. No era más que una caja de cartón algo destrozada, pero sin embargo, tendría algo adentro, solo era que no lo recordaba.

Solo encontré imágenes. Logan, Harry y yo éramos los tres amigos perfectos en todas las fotos. Lo cierto es que no me molestaba que mi hermano fuese uno de mis mejores amigos. Él me comprendía en todos los aspectos así como yo a él. Y en cuanto a Harry, era como mi segundo hermano, era lo mismo que Logan. Bueno, formaba parte de algo más que solo hermandad, tal vez algo más profundo e incluso prohibido.
Había también cartas. Harry y mi hermano se las ingeniaron para escribir algunas cartas todos mis cumpleaños, sin dármelas, y juntarlas todas en el paso de los años para entregármelas todas cuando cumplí dieciséis años. Recuerdo que eran tantas, y tan largas, que no las leí todas. Me disculpé, pero ellos decían que era mejor, así podía leerlas en un futuro. De eso sí me acordaba. Las aparté, encontrándome con una foto mía y de Harry en el fondo de todo. Era algo vieja, pero lo que mostraba era que yo le estaba dando un beso a mi amigo en la mejilla, mientras él sonreía. Parecía sonrojado. Detrás de la fotografía había una dedicatoria, con la letra inclinada para delante de Harry.

'9 de noviembre, 2010.
Para mi nena. Te amo.
Harry.'

Sonreí.

Corrí escaleras abajo y encontré a Harry buscando junto al sofá. Estaba arrodillado, por lo que tuve que acercarme e inclinarme para cogerle la cara entre las manos. Lo besé, atrevidamente, sin importarme nada. Él, aturdido, se quedó quieto, pero luego dejó sus manos en mi cintura y movió sus labios.

-¿A qué... viene... esto? -preguntó entre besos.

-Solo tenía ganas.

-Pues, tenlas todos los días -susurró contra mis labios.

Sonreí, y me separé de él. Le tendí la mano.

-Scott -le recordé.

Asintió sonriéndome. Pero, de repente, su rostro quedó neutro.

-¡Ya sé!

-¿Estás seguro? -pregunté-. Está durmiendo, y sabes que cuando duerme, no es bueno despertarlo.

Años atrás, cuando Harry apenas comenzó a conocer a Logan, se atrevió a despertarlo. Terminó con un vaso de agua fría y hielo en los pantalones.

-Sí -dijo simplemente.

Tragué saliva.
Abrí la puerta lentamente. Perdí el miedo a ver a Logan con el teléfono mirando Dios sabe qué cosa. Scott estaba a un lado, tranquilamente dormido, mientras mi hermano lo abrazaba.

-¡Scott! -grité, tirándome sobre la cama.

-¡Bicho! -exclamó Logan-. ¿Qué pasa?

-Pensé que Scott se había perdido -susurré mientras acariciaba al gatito, él ronroneaba.

-¿Scott? Yo lo llamo Connor.

Lo miré atónita. Qué nombre...
Connor. Scott tampoco era el mejor nombre, en realidad me sonaba a un perro, tal vez por la marca de papel higiénico, pero Connor era imposible. Suspiré.

-Llamémoslo de las dos formas...

Quedamos en silencio. Harry se acercó y se sentó junto a mí, silencioso. Logan apagó la pantalla de su teléfono y la dejó a un lado. La habitación estaba bastante oscura. En realidad, las persianas estaban bajas, aunque no cerradas del todo.

-¿Y bien? -preguntó Logan, esperando un tema de conversación-. Bueno, ustedes irrumpieron en mi habitación, tienen que tener un plan para divertirnos.

-En realidad, veníamos a buscar al gato -aclaró Harry.

-Ahora solo importa el gato -masculló-. Connor me está robando el puesto. ¡Hagamos algo, aburridos!