My Trouble (Harry,Louis&Tú)

Capítulo 41.

Capítulo 41.

El fin de semana había llegado. Sentía la lluvia que se extendía por todo Londres en los huesos. Cada gota, cada trueno. Me sentía bien, en cierto modo. La lluvia podía ser como una amiga para mí. Sonará raro, lo sé. Pero, cuando llovía, era capás de pensar y aclarar mis pensamientos. La lluvia solo me escuchaba a mí, mientras ocultaba con sus gotas el resto del ruido laboral que inundaba las calles comerciales. ¿Que en qué se centraban mis pensamientos? A veces eran vacíos, a veces sólo repetía situaciones y pensaba qué habría sido mejor hacer en su lugar. En otros, sólo repetía malos momentos y recordaba qué cosas tenía en el presente. En otros, sólo olía el húmedo aroma de tierra mojada que se introducía en mi habitación a través de mi ventana. 

-¿Otra vez pensando? -preguntó una voz detrás de mí. 

-Harry -susurré-. Me asustaste. 

Se acercó al lado mío, y se sentó en lo que sería un asiento pegado a la pared, bajo las puertas, ahora abiertas, de la ventana. Miró detenidamente cómo las gotas chocaban contra el césped verde de mi jardín: mamá sí había hecho un buen trabajo con las plantas. Dirigió una última mirada afuera, y me observó. 

-¿Qué? -pregunté. 

No podía hablar en voz alta. Simplemente no me salían las palabras de mi garganta de un modo normal. 

-Te terminarás resfriando -sentenció. 

-Bueno -se encogí de hombros-, sería una simple congestión. 

Inclinó su rostro para la derecha, casi tocando el cristal de la ventana que era recorrida por las gotas de agua. Me miró cada facción de rostro, y me ruboricé. 

-¿Qué tengo en la cara? -pregunté sarcásticamente. Él sólo rió. 

-Tu madre ya hizo la merienda, ¿no bajarás? -comencé a levantarme. 

-Hubieses empezado por eso. 

(...) 

Anne aún no llegaba a Londres, había asegurado que llegaría la siguiente semana. Lo que sería un retraso de tres días, pasó a ser de siete. Agradecí egoístamente, que a mi madre no le había tocado el mismo problema laboral. Sabía que no soportaría un plazo largo de tiempo así, como sí lo hacía Harry. 

Respecto a Harry... 

Él seguía comportándose extraño. Y, trágicamente, pensé que eso nunca más cambiaría. Después de haber compartido esa ''experiencia'' poco conveniente con mi mejor amigo, me sentí una chica demasiado fácil. No quería parecerme a Alison, no quería ser una zorra como ella. Descarté la atormentable idea, y recordé que para Harry todo lo que tendría que ver con atracción... justamente, se detenía en simple atracción.

No quería quedarme pensando en eso, mientras que me sentía confundida sin sentido alguno. Obviamente, Harry se había dejado llevar. Sólo quería encontrar alguna razón para demostrar su inminente odio hacia Louis, y eso le había venido muy bien. Era lógico. Conocía a Harry perfectamente. Y todas las razones por las que supuestamente se comportaba raro que me había dado,-que se acostaba con Alison para evitar sentir algo por mí, que sentía, obviamente, celos por Louis, entre otros-, eran completamente mentira. Sus ojos brillaron en ese momento, y solían brillar cuando mentía, estaba emocionado, a punto de llorar, o simplemente se sentía eufóricamente feliz. Y de todas esas, era la primera: mentía. 

Él no me había hecho ninguna insinuación más. Y no dejaría de lado a Louis porque a él le molestara. Lamentaba admitirlo, pero me comenzaba a agradar Louis... de otra forma. Pero el hecho de que Lou actuase tan educado o caballero, respetando mi espacio personal, por alguna razón me irritaba. ¿Acaso eso sería todo? 

El mismísimo Louis Tomlinson se encontraba a unos casilleros de mí. No podía verme, había mucha gente al rededor y le sería difícil encontrarme entre ésta. Suspiré. 

El fin de semana no había pasado tan rápido como había esperado, solo para poder acercarme a él. ¿Por qué me esforzaba tanto en ello? 

Negué con la cabeza enérgicamente, dejando de lado todas mis confusiones. Me sobresalté cuando alguien me llamó a mis espaldas.

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