My Trouble (Harry,Louis&Tú)

Capítulo 4

La gente se reía, gritaba o corría hacia sus amigos, celebrando el rencuentro. El bullicio de gente me aturdía, mis oídos gritaban de dolor. Todos se movían de un lado a otro, inquietos. No sabía el por qué de tanta emoción, claro, era el principio de clases. Me removí entre la gente, intentando llegar a mi casillero. Un nuevo casillero...

Con la lista de mis horarios escolares en mi mano derecha, y una mochila con lo poco necesario para ese primer día, busqué un poco de oxígeno entre la multitud. ¿Cómo podría salir de allí?

Todo era apretado. Los jugadores de rugby, futbol, futbol americano y basquet, se lucían entre los adolescentes, mostrando sus camperas a juego con el equipo. Las chicas, con sus polleras cortas y pelos rubios, teñidos o no, lisos sobre sus hombros, remeras escotadas y tacones en punta, se maquillaban de una forma que encontré algo exagerada. Parecía que tenían maquillaje para gastar.

A través de todo lo que era el pasillo, la preparatoria se dividía en lo que eran los ''niveles de popularidad''. Nerds, chicas populares, chicos ''cools'', normales.

Con esfuerzo, llegué a mi casillero, donde comenzé a acomodar mis nuevos útiles escolares. Por alguna razón, siempre me gustaba cuando eran nuevos, sin usar... No sé si era por el hecho de no usarlos, o porque simplemente me gustaban más nuevos. Dejándo el último libro prolígamente cologado al lado de otro más, observé mis horarios.

Biología.

Bufé. ¿Quién será el profesor de este año? ¿Otro señor aburrido, con su típico montón de hojas y olor a café?

-¡________!-dijo Harry, detrás de mí.

-¡Harry!-fingí la misma emoción, de forma ''tan discreta'' para que se diese cuenta.

-Déjame adivinar... -sonrió sarcásticamente- ¡Lo sé! Estás de malhumor, porque es el...

-Primer día de clases-lo interrumpí.- Además, ¿qué haces tú aquí? ¿No deberías estar dándole la bienvenida a las nuevas chicas sexys?

-¡Sí! Sobre eso... Ya estoy con mi chica sexy-coqueteó, probocando que golpee su pecho.

-Cállate, por favor. Ánda, ve a ver a tus chicas-dije dándome la vuelta para recoger el libro de biología que segundos antes había dejado allí.

-Te acabo de decir que estoy con mi chica-rió.

Levanté una ceja, desafiante. Él solo aguantó una carcajada y se encojió de hombros para luego irse. Se movía con estilo, seguro de sí mismo. Las chicas, las cuales mensioné antes, lo saludaron moviendo ridículamente los dedos, soltanto unos suspiros agudos.

Cerré mi casillero de un golpe.

No sé por qué todas eran tan idiotas a veces. Harry podía ser el imbécil del año de ser por él. Podía actuar como un caprichoso, como un mujeriego, como un egoista, sólo, sólo si se lo proponía. Y a veces lo hacía, por supuesto.

Dejé a el Harry mujeriego a mis espaldas, caminando a mi siguiente clase. Biología.

(Narrador Omnisiente)

El joven caminó por los pasillos del colegio, con la barbilla hacia arriba y la mirada al frente, demostrando superioridad. Él era popular, claro que lo era. Cualquier chica, de cualquiera de sus categorias, caía a sus pies en un abrir y cerrar de ojos. Las inteligentes eran lo suyo, y una chica era inteligente si se fijaba en él. Siguió con su camino, como dijo que haría, dar la bienvenida a las nuevas chicas sexys.

(...)

________ estaba aburrida. Era primer día de clases y ya se encontraba aburrida en su pupitre. Garabateó unas simples rayas con birome en la esquina de su cuaderno, lo suficientemente aburrida.

El sr. Stones, así se hace llamar el profesor de Biología, decidió utilizar esa hora para explicar sus formas de trabajo, sus reglas, sus evaluaciones y ensayos. En definitiva, su clase aburrida. Stones hablaba sin parar, lo que parecía inhumano. ¿Cómo podía no respirar? ¿Acaso no era la respiración una de las necesidades principales? ¿El profesor de Biología, justamente, desconocería tal regla?

Sin embargo, y con demasiado esfuerzo, la castaña logró apartar su voz, la cual se asimilaba a la de un locutor de radio a las 7 am, y me consentró en algo que sí le importaba: Nada.