Capítulo 68.
Me encontraba frente al fuego, envuelta en una manta de lana que provocaba a mi piel una extraña picazón. Scott permanecía frente a mí, entre mis piernas dobladas, que habían un tipo de cama para él. Acariciaba su hermoso pelo gris, mientras él ronroneaba pausadamente, dejándose llevar poco a poco por el sueño.
Ya era el quinto día en aquella cabaña. La noche comenzaba a caer nuevamente, mientras el cielo se oscurecía, dejando al bosque un toque espeluznante. Tenía que admitir que a veces me aterraba aquel sitio, más todavía cuando era de noche. Por mi mente pasaban cualquier tipo de cosas y personas que se podrían esconder entre las sombras y tirarse sobre mí cuando pasara por al lado. Mi mente jugaba conmigo a un juego macabro de terror, pero me sentía protegida por Harry. Sabía que él siempre me abrazaría a la noche cubriéndome del frío, así cómo también lo haría si algún psicópata asesino saliera del bosque con la intensión de cortarme el cuello.
En el foco de vista que tenía, pude ver un poco de negro. Caí en la cuenta de que eran mis párpados, que comenzaban a caerse a causa del sueño. Scott yacía entre mis piernas, con la cabeza sobre ellas, dándome calor allí donde reposaba tranquilamente. Su ronroneo había sido remplazado por una respiración pausada y tranquila. Terminaría como él, durmiendo tranquilamente en el suelo si continuaba así.
Oí pasos detrás de mí, pisadas firmes pero no ruidosas. Harry se aproximó, mirándome detenidamente. Él debería estar pensando que me caería de cabeza gracias al sueño. Al parecer, le leí la mente, porque soltó una risita suave, y me acercó más todavía.
-Nena, ¿qué haces? -susurró-. Levántate.
-No, no tengo energías -respondí, mientras se retorcía plácidamente bajo la manta.
-Vamos a la cama.
Cogío a Scott lentamente entre sus manos grandes y lo dejó a un lado. No se inmutó. De lo contrario: continuó durmiendo. Harry hizo lo mismo conmigo. Con sus dedos largos y calientes me abrazó, alzándome lentamente para llevarme a la cama. Sentí la yema de sus dedos quemándome bajo la sudadera que llevaba.
Él pasó su brazo por mi estómago cuando se acostó al lado mío. Me miró lentamente, cada facción de mi rostro, esperando a que me duerma. Aún así, no lo lograba. Tenerlo enfrente hacía que no pueda dejar de mirarlo, así que mis ojos no se cerraban. Sus pómulos, sus pestañas. Sus labios rosados, húmedos gracias a su hábil lengua; sus ojos verdes dispuestos a mirarme durante minutos largos con la intención de matarme lentamente.
-No puedo dormir -admití en un susurro.
Él me dedicó una suave sonrisa de costado. Tenía la cabeza sobre su brazo, de forma que podía mirarme desde un poco más arriba, mientras yo descansaba mi cabeza sobre la almohada de la cama. Habíamos arreglado las tuberías, por lo que el colchón había vuelto a su sitio. Ahora, estábamos encerrados en la habitación, mientras él me miraba, esperando algo.
Yo también lo esperaba.
Harry dio el primer paso. Acercó su rostro al mío, y dejó un beso en la comisura de los labios. Los suyos seguían con su típica textura suave, dejándome un rastro de escalofríos en donde me besó. No pude evitar sonreír sin fuerzas cuando él lo repitió, esta vez en la punta de mi nariz.
-¿Te hago cosquillas? -preguntó.
Negué con la cabeza, deseando que no parara.
No lo hizo, sin embargo. Besó suavemente mi mejilla, mi frente, mi cabello. Pero llegó el momento, al fin. Depositó un beso sobre mis labios.
El dulzor de su boca se abrió paso por la mía. Quería absorberlo todo de él en ese preciso instante. ¿Por qué practicaba esa clase de torturas conmigo?
Sentí, segundos después, sus dientes feroces. Rasgaron mi labio inferior, tirando de él. Parecía que Harry esperaba quedárselo, porque no lo había soltado en ningún momento. No sentí sueño, mis ojos se abrieron cuando salió de mi boca un gemido. Luego soltó mi labio, pero volvió a besarme más dulcemente todavía.
Este chico sabía cómo jugar.
Su mano caliente pasó por debajo de mi sudadera, tocando mi estómago. Cogió mi cuerpo desde abajo y tiró de él para acercarlo. Quería acortar nuestra distancia, y yo no podría decirle que no. No podía ni en mi santo juicio decirle que no a Harry. Jamás le había dicho que no, y en ese momento no sería la excepción.
Recuperé torpemente el aire cuando se separó de mí pero, ciertamente, sería capaz de perder cada gota de oxígeno con tal de volver a besarlo.
De cualquier forma, sus besos bajaron a mi cuello. Rozó mi piel con sus labios, y mis piernas tiritaron tanto de frío, como del calor que él provocaba, como las terribles ganas de tenerlo más cerca. Besó mi hombro, y bajó por mi brazo. Sus dedos levantaron éste, tocando con sus yemas las mías. Beso mi antebrazo y llegó a mi mano. Dejó un camino de besos calientes y húmedos, llenos de lujuria. Su boca pasó por mis dedos, hasta que besó la punta de ellos.
Cerré los ojos, dejándome llevar por él. Dejándome.
Harry se deshizo de mi sudadera y la tiró a algún lugar de la habitación.
Sin embargo, esto no llegaría a más, y ambos lo sabíamos.
Besó otra vez mi hombro, pero esta vez bajó hacia mi vientre. Dejó besos por todos esos rincones, hasta en mi otro brazo. Beso mi cuello, mi mandíbula y mis labios. Suave, lenta y tentadoramente. Cuando se separó de mí, me sentí completa. Él había dejado en todo mi cuerpo sus besos. Estaba bañada en el dulzor de Harry.
Me abrazó tiernamente. Hundió su rostro en mi cabello, y suspiró. Yo cerré los ojos fuertemente.
-Buenas noches, nena.
ESTÁS LEYENDO
My Trouble (Harry,Louis&Tú)
FanficEstá basada en una joven, que pasa la línea de amistad con su único amigo, como un hermano, generándole más de un problema. A su vez, vive un amorío junto con su vecino, un chico nuevo en el vecindario, dispuesto a vivir cualquier tipo de aventura...