My Trouble (Harry,Louis&Tú)

Capítulo 94.

  (Narra ___________)

Ya era de noche. Llamé a la puerta de la casa de Harry, meciéndome sobre mis talones intentando mantener el calor. Suspiré, dejando en el aire el rastro de frío. Se erguí rápidamente cuando oí el cerrojo. Por fin.

-¿Qué haces aquí? -preguntó de mala gana.

Claro que se había enojado. Actuaba como una estúpida la mayoría del tiempo, no me sorprendía su repentina furia.

-He venido para dar una vuelta -respondí nerviosa, apretándome los dedos fríos-. ¿Me acompañas?

Él dio una mirada alrededor, y asintió. Se introdujo en la casa y en unos segundos volvió con una cazadora y una bufanda. Me tendió un buso grande, y agradecí con una sonrisa.

(...)

Apenas había luz en la calle. Pero el frío no faltaba. Con Harry jamás me sentía incómoda a pesar del silencio, pero intentaba sacar un tema de conversación de cualquier forma.

-Uhm... Harry.

-¿Sí? -preguntó detrás de su gran bufanda.

-Tienes la nariz roja -comenté riéndome.

Él se sonrojó. Escondió la mitad del rostro en la lana y agachó la cabeza. Pero aún así, soltó una pequeña risita.

-Al menos estás más abrigado -comenté y me arrepentí al instante. Sonó a reproche, tanto, que Harry ya se había detenido y se estaba quitando la chaqueta-. ¡No, no! Estoy bien, Harry, en serio.

Se me quedó mirando atentamente. Se veía muy tierno con la nariz roja, esta sobre el borde de la bufanda. Se acomodó otra vez la chaqueta sin quitarme el ojo de encima. Estaba muy callado.

-Harry...

-Nena -llamó a su vez-. ¿Qué hay ahora con Louis...?

Comprendí a qué se refería. Creía que por haber hablado con Louis había vuelto a besar sus pies.

-Todo está igual que antes.

-¿Y qué tenemos nosotros? -preguntó, tímido.

Lo peor de todo eso era que había un «algo» entre nosotros. La pregunta era, ¿quería cambiar eso?

-Necesito un respiro -aseguré-. Estoy confundida y...

-No te estoy pidiendo mucho.

-... creo que ...

-Solo una oportunidad.

Lo miré funciendo el ceño. ¿Una oportunidad? La oportunidad no se trataba de si era suya, el problema era qué haría yo en tal caso. No quería lastimarlo. No porque me creyera lo suficientemente importante como para lograrlo, sino que intentaba alejarlo de mí, pero evidentemente no funcionaba. Lastimaba a todos con mis constantes mentiras. Debía ser sincera por un momento.

-No creo que te merezca -admití, bajando la mirada-. Nunca hago lo correcto...

Harry se inclinó y levantó mi rostro con la ayuda del golpe que dieron sus labios suaves contra los míos. Los suyos estaban fríos, pero era una clase de esos que te hacían estremecer con placer, sabiendo que arderías en el infierno si me separaba de ellos. Sentí su nariz fría contra la mía, hasta que ladeó la cabeza. Me atrajo hacia él, cogiéndome del cuello. Fue suave, paulativo, frío e incluso dulce. Metí mis manos por debajo de su abrigo, y cogí su cadera, acercandome. Aproveché su cuerpo caliente. Soltó una risa, cuando rascó mi labio con sus dientes, sonriente.

-Tú solo querías calentarte las manos -susurró.

-Y vaya que lo logré.