Capítulo 6

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Harry me miró, levantando la cabeza, y sonrió. Me indicó con un movimiento de mano, que me acercase a él, junto a la mesa de la cocina. Sobre ella, había diversos alimentos y unos tantos cuchillos y cucharas. Había de todo, podría asegurar que sería imposible que le quedase algo en la nevera luego de eso. Queso, pan, mermelada, tomate, lechuga, jamón, desde verduras a aderesos a base de mostasa.

-Hazza...-nos miramos.- Vamos,-sonreí- tápate los ojos.

Mi amigo obedeció. Puso la tela negra sobre sus ojos y se sentó cuidadosamente sobre una silla de madera, muy moderna. Bien, manos a la obra.

Recogí de la mesa a un pedazo de pan blanco. Con experencia y técnica, fui introduciendo los ingredientes misteriosos.

(...)

-Mmmm-musitó Harry degustando.- Diría que... ¿queso chedar?

-Sí. ¿Qué más?

-N...no lo sé.

-Prueba más-dije introduciendo más sandwich en la boca de Harry.- ¿Ahora?

-Ya. Creo que es queso chedar y...mermelada de durazno. ¡¿Cómo se te ocurren esas mezclas, _________?!

-Bien, lo siento-dije, sin aguantar la risa.

Nos pasamos la noche con ese juego. Desperdiciamos más de lo que se podría creer. Y comimos menos de lo que parecía. La noche fue larga, y aún más, porque Harry no me dejaba dormir rogando que viese una película con él.

Desperté, sintiendome demasiado acalorada. Me removí incómoda en la cama, entre las sábanas de mi amigo. Él, que me tenía apretada contra su pecho, gruñó gravemente cuando me moví. Suspiré. No sabía como salir.

Con delicadeza, me levanté de la cama sin despertarlo. Bajé a la cocina y me serví un baso de agua fresca. Distraídamente, mientras bebía, vi por el borde de el baso el reloj. Era demasiado tarde.

-¡Mierda!-maldecí.

Corrí escaleras arriba y comenzé a sacudir a el bello durmiente, que comenzó a insultarme dormido. No paré de moverlo, y me tiré sobre él para moverlo aún más. No llegaría tarde al segundo día de colegio. Harry se removió, molesto.

-Nena, para-suplicó, adormecido.

-No paro nada, Styles. Llegamos tarde a la escuela. ¡Tenemos que salir en 20 minutos!-chillé.

Como por arte me magia, él se despertó. Se incorporó de golpe, y caí de la cama con un estruendoso ruido. Sólo escuché su risa.

(...)

Salí de mi clase de Química. Caminé por los pasillos, vacíos, ya que había salido unos 10 minutos más tarde de lo normal. Quería caminar, no tenía hambre, así que usaría la hora del almuerzo para despistarme.

Me adentré en un lugar, donde no había nadie, era todo silencio. El sol entraba por una puerta, que daba paso a lo que sería el jardín de la escuela, o el campo donde jugaban futbol o cualquier otro deporte. En ese pasillo, por donde yo me encontraba, estaban los baños, casilleros viejos y el silencio. Sin embargo, casi inaudible, el suave murmullo de los alumnos en la cafetería llegaba hasta ese lugar. Me acerqué a la puerta, para salir a el jardín... pero apenas pude tocarla, o intentar abrirla.

Detrás de mí, escuche un estraño ruido. Como si alguien lo suficientemente torpe, chocase dos botes de basura. Sobresaltada, me di la vuelta para encontrarme con el mismo chico de la noche anterior. El de los ojos azules, y estos, se posaron en mí, cuando este chico me miró avergonzado. Se había estrellado contra algo, al parecer, y a su lado, unos restos de basura, papeles y fragmentos de alimentos podridos, se hallaban sueltos por el suelo. Él solo soltó una risa nerviosa.

-Hola-tartamudeó.

My Trouble (Harry,Louis&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora