Capítulo 60.
Navidad.
Fiesta.
Familia.
Regalos.
Había estado tan absorta en mis pensamientos que no había caído en la cuenta de que era el día. El día donde me juntaba con familiares que no veía en todo el año. Podría sonar infantil, pero para mí era muy importante. Estar cerca de todos, cuando apenas conocía algo sobre ellos, solo por una simple distancia. Yo tenía la terrible obsesión de querer tener a toda la familia junta, cosa que me sucedía de forma contradictoria. Tal vez, según me digieron, era un trauma infantil por no tener a mi padre cerca: era una estupidez. Yo sabía que los quería juntos para no sentirme sola, o para poder tenerlos cerca. Quería sentarme en una mesa larga llena de comida, mientras miraba los asientos ocupados por todos los familiares sonrientes, mientras se tiraban hambrientos sobre sus platos y entablaban una conversación.
Por suerte, este año, vendrían algunos familiares lejanos, que vivían fuera de Londres, hasta incluso de Inglaterra. No podía quitar la sonrisa de mi cara, y Harry se dio cuenta de eso.
-¿Sabes? -susurró-. Me gusta que te veas tan feliz, ojala fuera Navidad todos los días.
Me sonrojé.
Sentada a su lado en una silla de jardín, mirábamos la tarde. El cielo se teñía de colores vivos, que pasaban del naranja a un rosa encariñado. El frío aún formaba parte de mi panorama, las nubes que provocaba mi aliento contra el aire se visualizaban frente a mí.
Harry pasó su mano al lado de mi silla, y unió nuestras manos otra vez, apretándolas en un aspecto cariñoso, para luego sonreír.
-Hey -me animó-. Faltan sólo unas horas... ¿qué hacemos?
La realidad era que no sabía qué hacer, solo quería quedarme pasando el tiempo con él. Negué con la cabeza.
Mi mejor amigo hizo una mueca. Había un problema, ambos estábamos nerviosos y no sabíamos qué hacer. Por lo que, optamos, por hacernos preguntas aún mirando el paisaje. Era estúpido, por supuesto, nos conocíamos demasiado, por lo tanto, cambiamos las reglas del juego.
-Mi color favorito -pedí.
-Violeta..., y negro. Pero también te gusta cómo se ven combinados el negro y el rojo, y te agrada el color café. -Sonrió complacido, y yo maldije por lo bajo.
-Tú.
-Mi juego favorito de la Play Station 2.
-Veamos -susurré, haciendo una mueca-. ¡Final Fantasy 12!
-¡Pensé que no lo sabrías! -respondió, molesto-. Ese juego es excelente.
-Sí, me lo hiciste jugar... Es muy bueno, de verdad.
Bien. Me encantaba jugar a la Play, era una parte rara de mí. Suelo ser varonil, pero no me importa en realidad. Vivir con Logan y Harry durante tanto tiempo es algo que definió mi parte no femenina. Igualmente, no era una chica demasiado femenina por naturaleza, pero podría decirse que mi hermano y su amigo era una razón de que no lo fuera.
(...)
-¡________, cariño!
No me negué al abrazo. Envolví a mi tía Karen en mis brazos y la estrujé intentando igualar su fuerza que me retorcía. Recibí la misma demostración de afecto de el resto de mi familia.
La casa de Harry estaba hermosamente decorada. Iluminada por velas y las luces que caían del árbol, por la baranda de la escalera, y puntos estratégicos de iluminación. La mesa estaba finamente decorada con utensilios de metal plateado, platos cuadrados blancos y negros, y copas de cristal, que todavía no se encontraban llenos. Al lado de éstas, estaban unos vasos de plástico para los niños: Dylan y Lucy.
Harry y yo nos habíamos dedicado a decorar el jardín, también lleno de velas y luces que caían por el árbol grande que decoraba todo con su grande copa verde. El resto de la casa estaba igual de hermosa.
-¡Prima!
Matt me abrazó por el cuello, y depositó un beso en mi mejilla. Mi primo Matthew tenía 19 años, era alto, musculoso, atractivo, ojos claros y tez bronceada que combinaba a la perfección con su cabello oscuro. Era un chico muy bonito, y Harry siempre le tuvo celos.
Ahora que lo pensaba, Matt tenía los ojos azules, Harry verdes, mientras que Logan los tenía verde azulado. ¿Por qué yo era la única con ojos marrones, además de mi madre?
-¡Matt! -lo saludé-. ¿Cómo estas? ¡Cuánto tiempo!
-Bien, ¿tú?
-Bien -sonreí.
Aún era temprano. La familia de desplazaba de un lado al otro, sin interrupción alguna. Algunos charlaban animadamente en el living, metiéndose puñados de los ricos platos dulces navideños que la mesa central les daba al lado del cómodo sofá.
Me reía con mi familia sin parar. Mi abuela Abby no paraba de apretarle las mejillas a Harry, mientras él pedía que se detuviera rogándole.
-Aw, ¡qué niño más mono! -chilló-. ¡Míralo, querida! ¿No es una ternura?
Lo miré por un instante, y me vi obligada a ocultar mi sonrisa detrás del borde de mi copa llena de sidra. Intenté controlar mi carcajada, mientras mi mejor amigo me miraba con las mejillas rojas y contraídas mientras mi abuela las mantenía apretadas, haciéndole una especie de pico.
-Sí, realmente lindo -ironicé.
Harry soltó una risita.
Como era típico en mi familia, comimos temprano, dejando unas horas para seguir charlando y esperar con ansias a medianoche.
Subí a la habitación de Harry, buscando algo de silencio. Mi teléfono sonaba y debía contestar.
-¿Hola?
-¡Sr. Styles! ¿Cómo te la estás pasando?
-Zayn, hola -sonreí-. Bien, realmente bien. ¿Y tú? ¿Algo nuevo? Dime, ¿decidiste decirle a Meredith que la quieres? -bromeé.
-No, no en realidad -respondió-. ¿Y qué cuentas tú? ¿Todo bien con... ese Tomlinson?
-Sí -susurré, sonrojada-. Más que bien.
-Bueno, debo irme. Pero, quiero que sepas que te llamé porque Payne me obligó -rió-. Te manda saludos y dice ''Te deseo la mejor navidad de tu vida''. ¿No es tierno? -Soltó una carcajada.
-¡Qué dulzura! Dile que igualmente. Hasta luego, Malik.
-Hasta luego.
Tomé la decisión de llamar a familiares durante la siguiente hora. Llamé a Louis, consiente de que no es un familiar, pero debería llamarlo.
Contestó al cabo de tres pitidos, y susurró mi apodo ''bebé''.
-Hola, Lou. Sólo te llamaba para decirte ''Feliz Navidad''.
-Y ''Feliz Cumpleaños'' -dijo riendo.
-¿Perdón?
-Es mi cumpleaños.
-¿¡En serio!?
(...)
-De verdad no lo sabía, Louis.
-Está bien.
Él sonrió, dejándome pasar al interior de su casa. Mamá me había concedido el permiso de ir a entregarle el regalo que le había comprado días atrás. Harry me había dado una mirada fulminante, pero cerré la puerta frente a él antes de tiempo.
La familia de Louis me miró un instante: consistía en Johanna, la hermana de Louis, Lottie, lo que serían sus tíos, un señor mayor y un joven chico con mirada clara.
Me sentí fuera de lugar, porque me encontraba frente a ellos con un solo regalo en la mano. Louis notó mi tensión por lo que decidió presentarme.
-Familia, ella es __________; ___________, ellos son mi familia: mi madre, mi hermana, mis tíos Andy y Lincy, mi abuelo John, y mi primo, Niall.
Ellos me saludaron alegremente, y el nerviosismo que sentí se desvaneció. Me disculpé por el único regalo, y se lo entregué a Louis. Él me besó en forma de agradecimiento y terminé charlando con su hermana Lottie.
Era una chica agradable, por supuesto. Tenía los ojos de Louis, y una sonrisa similar, pero a la vez muy diferente. Niall se unió a la charla un instante después acompañado del chico tierno de sonrisa encandilante al que quería abrazar por su cumpleaños. Niall me contó, era de Irlanda, primo de los Tomlinson. Sonreí mientras hablaba para mantener una buena vibra.
-Y... dime, ¿cómo es Irlanda?
-Hermosa, hermosa en realidad -sonrió-. E... eso no quiere decir que Londres no sea perfecto, realmente lo es.
Volví a la casa de Harry, ya eran las diez de la noche, y en dos horas abriríamos los regalos por lo impacientes que éramos todos. Él me recibió con el pequeño Dylan en brazos, quien no paraba de toquetear su cuello intentando hacerle cosquillas. Sin embargo, él continuaba mirándome con enojo. Intenté ignorarlo, por lo que pasé a su lado, dejándolo con la miraba clavada en mí.
-_________ -me llamó-. Logan te ha llamado.
Mi corazón se detuvo.
Lo miré, incrédula, y él asintió. No podía creerlo, no. Mi hermano se había ido a la universidad y no podía darle un abrazo navideño como solía hacerle cuando él estaba conmigo. En ese momento caí en la cuenta de la falta que hacía en la casa, por lo que corrí escalera arriba y tomé mi celular. Lo llamé, con las manos temblorosas. Aún no podía detener la adrenalina que corría por mi sangre.
-¡Bicho! -saludó-. ¿Dónde estabas?
-L... Logan -susurré-. Saludaba... a un amigo.
-Ya sé, Louis Tomlinson, ¿cierto? Harry me contó sobre él.
-¿En serio? -pregunté.
-Sí, dice que no le cae muy bien..., pero que estás contenta -sonreí-. Aunque yo no, ¡que no se acerque a ti demasiado, porque voy a ir a romperle los dientes!
Reí.
Entre lágrimas.
Su voz continuaba igual que antes, solo que un poco más grave. Él debería estar aquí conmigo...
-Feliz Navidad, bichito.
-F... Feliz Navidad.
-¿Por qué lloras? -dijo de forma tierna-. No me hagas esto, no puedo abrazarte desde aquí. -Las lágrimas brotaron de mí como flores en primavera.
-Porque.. ¿sabes que te extraño? Mucho, Logan Timothy. Deberías estar aquí, ahora.
-Oye, no puedo estar allí, perdón, pero te envié tu regalo... Sabrás cuál es, porque... Lo sabrás. Nos veremos pronto.
(...)
Tenía la foto de Logan entre mis manos, ambos riendo en las montañas frías, llenos de nieve. Mi tía había sacado esa foto dos años atrás, cuando nos habíamos ido a un viaje familiar a esquiar. Recordaba perfectamente que ese día Logan se había roto la pierna... unas horas después de sacar esa foto. Se había caído del esquí. No era raro en él, por supuesto.
Tenía muchos regalos. De toda mi familia. Los pequeños corrían por la casa con los juguetes nuevos, chillando, mientras que los adultos se reían en la sala de Star mientras bebían algo alcohólico.
Pero Harry y yo estábamos apartados de todos, de vuelta en el jardín. Aún no había abierto el regalo que él me compró, ni él el suyo. Se le había ido un poco el enojo al verme con los ojos rojos después de hablar con mi hermano, por lo que decidió ser algo bueno conmigo. Yo, por mi parte, traté de portarme de la mejor manera.
-Ábrelo -pidió.
Lo abrí, contenta. Era una cadena de plata, con una insignia de un corazón que tenía un ''F''. Él ya tenía su parte de corazón partida a la mitad en el cuello. ''BF''.
Sentí alegría, sí... Pero me molestó, raramente, tener en mi cuello algo que mostraba que era la mejor amiga de Harry, porque me gustaba que las otras chicas pensaran que éramos algo más. Qué estúpida, ¿no?
-Aw, Harry... Ésto es hermoso...
Él se ofreció a ponérmelo. Se levantó de su silla, se pudo detrás de la mía, y corrió mi cabello, colocándome el collar. Se quedó cerca de mi cuello durante un instante, y luego dejó un beso húmedo en su lugar, dejando caer la cadena fría. Fría, al lado del calor de su beso. Me estremecí, pero traté de ocultarlo, avergonzada.
-Abre el tuyo.
Harry sonrió, ansioso, y rompió delicadamente el sobre de aluminio. Debajo de él, había un diario, con una cubierta marrón.
-Es para que escribas sobre lo que piensas... Eres un chico misterioso -sonreí-. Y pensé que sería bueno que dejaras de lado por un tiempo tus pensamientos, y dejarlos escritos ahí...
Harry se inclinó sobre su asiento, y me abrazó fuertemente. Yo correspondí, envuelta en su calor. Me gustaba estar así con él, me hacía sentir única con una simple mirada.
-Nena, esto es hermoso -susurró contra mi cabello, sin apartarse de mí-. De verdad. Te amo.
-¡Chicos! -nos llamó Anne-. Vengan, les tenemos una última sorpresa.
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My Trouble (Harry,Louis&Tú)
Fiksi PenggemarEstá basada en una joven, que pasa la línea de amistad con su único amigo, como un hermano, generándole más de un problema. A su vez, vive un amorío junto con su vecino, un chico nuevo en el vecindario, dispuesto a vivir cualquier tipo de aventura...